La empresa ha utilizado sus influencias políticas y económicas en las altas esferas del gobierno para dilatar la solución del conflicto que la opone al sindicato por el cese colectivo de cientos de trabajadores.

Una reunión bipartita celebrada el lunes 20 mostró una vez más que la firma persiste en su estrategia de dilaciones, al enviar a sus representantes sin capacidad de negociar el cese colectivo, que es el principal problema para el logro de un acuerdo serio con los trabajadores.

Según Julio Falla, secretario general del gremio, “nos están forzando a que adoptemos medidas de fuerza y lleguemos a la paralización de la empresa a nivel nacional”.

Las negociaciones comenzaron hace ya meses, cuando la nueva dirección decretó el cese de 500 trabajadores. En ese momento SINATREL destacó los vicios legales de la medida, a la vez que señaló lo improcedente de no reconocer al Sindicato como un interlocutor válido para negociar estas situaciones.

La negativa contumaz de la firma a encarar con seriedad la negociación forzó a que los trabajadores reclamaran ante las autoridades de trabajo del Perú y realizaran una serie de movilizaciones para hacer conocer a la población sus reclamos.

Después de varios meses de infructuosas negociaciones, en los que Coca Cola ha recurrido a los subterfugios más absurdos para dilatar una solución, el Sindicato no encuentra otra opción que romper el trato directo y confirmar la convocatoria a huelga nacional a partir del jueves 30. “Esto no es beneficioso para los trabajadores ni para la empresa, pero ante la intransigencia de la actual dirección de Coca Cola en Perú, no nos queda otra opción”, comentó Falla.

El Sindicato ha cumplido estrictamente con lo que establecen las leyes del país y ha mostrado en todo momento su disposición a negociar soluciones adecuadas a los problemas de la empresa. Sin embargo, la dirección de la compañía, con la excusa de la modernización, concibió un plan, llamado Centenario, que deja en la calle a cientos de trabajadores.

¿Hasta cuándo las autoridades peruanas permitirán que la empresa se burle de sus resoluciones? ¿Hasta cuándo los trabajadores seguirán siendo rehenes de la debilidad de quienes tienen, por mandato constitucional, la obligación de hacer respetar a todos las leyes vigentes?

Ariel Celiberti

© Rel-UITA

21 de setiembre de 2004