Se estima
que la FIFA ingresará al menos 2 mil millones de dólares,
que derivarán de la suma de los derechos de televisación de
los 64 partidos y de lo pagado por las 15 firmas que se
convirtieron en patrocinadores oficiales del campeonato.
Entre esas
últimas figuran las multinacionales de la alimentación y la
bebida Coca Cola, Mc Donald´s y Anheuser-Busch,
la del equipamiento deportivo Adidas, las
tecnológicas Philips, Toshiba, Fujifilm,
Continental y la tarjeta de crédito Mastercard.
Todas
ellas, al igual que Gillette, Deutsche Telekom,
Emirates y Avaya, pagaron fortunas para usar
al Mundial, el cual es visto por decenas de millones de
personas en todo el mundo a través de la televisión, como
gigantesca plataforma publicitaria.
Que esta
“fiesta del fútbol” es un excelente negocio bien lo sabe
Gillette, que patrocina los mundiales desde 1970 y que a
partir de entonces ha visto crecer su volumen de negocios
global.
O la
japonesa Toshiba, que luego que auspiciara la copa de
2002, disputada en Japón y Corea del Sur, aumentara las
ventas de sus computadoras portátiles en 50 por ciento.
La
fabricante alemana de indumentaria deportiva Adidas,
que además equipa con su ropa a seis de las 32 selecciones
presentes en esta copa, entre ellas a tres ex campeonas
mundiales (la local Alemania, Francia y Argentina) y provee
las pelotas con que se disputan los partidos, espera que en
2006 sus ventas crezcan por encima de los 1.000 millones de
dólares que ingresó en 2005, en parte gracias a la
publicidad que realice este mes.
Y por
supuesto entre los grandes ganadores del Mundial estará la
propia FIFA, que copa tras copa ha logrado recaudar cada vez
más dinero. El año pasado, según sus propias cifras, la
Federación obtuvo ingresos por 723 millones de dólares. Algo
menos de la mitad de ellos (unos 359 millones) provinieron
de los derechos de televisión y casi 160 millones del
merchandising (la venta de camisetas, pantalones, remeras, y
todo tipo de objetos, incluidos preservativos) en el que
participan los 15 patrocinadores de esta copa.
La
televisión representa para la FIFA (y para la mayoría de las
asociaciones nacionales que están afiladas a ella, y por
ende para los clubes) una parte cada vez más sustancial de
sus ingresos, muy por encima de la venta de entradas a los
partidos.
Para el
Mundial de 2010, que se organizará por primera vez en
África, un continente al que hasta ahora le sacó mucho menos
jugo que a los otros, la transnacional futbolera prevé
acrecentar 40 por ciento el dinero percibido por derechos de
televisación y pago de patrocinadores respecto al actual de
Alemania.
Para las
empresas que “esponsorizan” este Mundial –es cierto también-
no todas han sido rosas. La firma cervecera estadounidense
Anheuser-Busch, que comercializa la marca Budweiser,
ha debido aceptar que la industria alemana del sector saque
algunas tajadas del negocio futbolero. Los negocios habían
llevado a que en la patria por excelencia de la cerveza (los
alemanes consumen muchísimo más esta bebida que los
estadounidenses, cerca de 140 litros per cápita al año) las
marcas nacionales no pudieran ser comercializadas en los
estadios. “Somos un país cervecero, pero por el poder de la
FIFA deberemos resignarnos a tomar Budweiser”, llegó a
quejarse el presidente del Comité Organizador del Mundial
2006, el ex capitán de la selección alemana ganadora de la
copa de 1994 Franz Beckenbauer.
Fue tal la
indignación de los ciudadanos alemanes al verse privados de
ese derecho a beber “sus” cervezas mientras asistían a los
partidos en “sus” estadios, y tal la presión de las firmas
locales, que Anheuser-Busch debió admitir que la
popular marca alemana Bitburger Pils, de la compañía
Bitburger, pudiera ser vendida en las canchas.
Eso sí, en
vasos de plástico que no deben lucir marca alguna, y en
mucho menor cantidad que la Budweiser.
Esa
concesión llevó a que el volumen de negocios para la
transnacional basada en Missouri, que pagó a la FIFA unos
80 millones de dólares por tener exclusividad en su sector
en los mundiales de 2002 y 2006, sea menor este año al que
había previsto.
“Hay que
reconocer que el hincha alemán se enorgullece de las
cervezas locales”, tuvo que admitir, al fin de cuentas buen
perdedor, el vicepresidente de Anheuser-Busch, Tony
Ponturo.
De todas
maneras, la compañía estadounidense sabe que le conviene, y
mucho, figurar en el campeonato de Alemania, ya que tiene
necesidad de expandirse fuera de Estados Unidos, donde
concentra el grueso de sus ventas. Europa continental, al
igual que América Latina y Asia, son los objetivos
inmediatos de la empresa dueña de Budweiser.
Otra que
tiene por qué quejarse es la tarjeta de crédito
Mastercard, que si bien se aseguró la exclusividad para
el Mundial de Alemania, fue desplazada por su competidora
Visa de cara a los de 2010 y 2014, para los cuales sus
directivos alegan que también habían abonado los derechos
correspondientes. Visa habría acordado pagar a la FIFA cerca
de 300 millones de dólares a partir de 2007 para lucir sus
escaparates en esas dos vitrinas. Mastercard ya
anunció que batallará con la FIFA en los tribunales de
comercio de Nueva York.
Y por
supuesto hay también otras muchas transnacionales que, sin
estar entre los patrocinadores oficiales de la copa, sacarán
jugosas ganancias de este Mundial, como lo hacen
habitualmente del negocio global del fútbol.
En ese
grupo se ubican las firmas de indumentaria deportiva Puma
(alemana), Nike (estadounidense) o Umbro
(inglesa), que visten a varias de las selecciones presentes
en Alemania 2006 y en especial a muchas de las estrellas más
rutilantes de cada una de ellas, con las cuales han firmado
jugosos contratos de publicidad (se dan casos de jugadores
que suscribieron acuerdos con empresas distintas de las que
equipan a sus propias selecciones).
Puma, que
viste a Italia, Paraguay, Polonia e Irán, se aseguró también
la exclusividad de las cinco selecciones africanas que se
clasificaron para este campeonato. “África es una parte muy
importante de nuestra campaña de marketing”, señaló uno de
los directivos de Puma, Ulf Santjer.
Nike,
a su vez, apostó, más que a futuro, casi a ganador de este
mundial, al quedarse con el “privilegio” de equipar a Brasil
(así como a Holanda, Portugal, Estados Unidos y México,
entre otros). En 2005 Nike extrajo del fútbol 1.500
millones de dólares al año, contra apenas 40 millones en
1990.
Se estima
que en total, únicamente en los primeros tres meses de este
año, las empresas del sector han gastado en publicidad y
pago de derechos un total de 3.000 millones de dólares,
sabiendo, por supuesto, que conocerán a corto plazo
beneficios muy superiores.
Fútbol son
amores.
Daniel Gatti
© Rel-UITA
20 de junio de 2006
(Datos extractados de diversas
publicaciones de prensa, en especial Laprensagrafica.com y
el diario argentino Página12).
Foto: espndeportes.com
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