En el marco
del Círculo de Estudios organizado por la
Rel-UITA denominado “Los sindicatos y la crisis”
-celebrado en Santiago de Chile los días 6, 7 y
8 de mayo- que reunió a trabajadores de
diversas compañías transnacionales, Sirel
dialogó con Claudio Urrutia, presidente de la
Federación Nacional de Sindicatos de Unilever
Chile (FENASIUN).
-¿Cómo es la relación con la empresa?
-Hay una relación de puertas abiertas, dinámica
no exenta de problemas, pero en general hay
disposición al diálogo. De todas maneras no
dejamos de tomar en cuenta que
Unilever
no cesa de generar estrategias para que, incluso
la negociación con los sindicatos, sea parte de
una lógica. Lo que exigimos es que siempre en la
mesa de negociaciones, esté el gerente general
de
Unilever,
Silvio
Savoldi.
-¿Cuántos sindicatos hay en
Unilever
Chile?
-Existen ocho sindicatos, de éstos -que suman
alrededor de 900 trabajadores- cuatro están
federados.
-¿Cuántos trabajadores
representa
la Federación?
-Algo más de 600 de un total de 1.300
trabajadores que tiene
Unilever
en Chile con contrato de trabajo
permanente, sin tomar en cuenta los tercerizados.
-¿Cuál fue el último Convenio Colectivo firmado
con la empresa?
-El último lo firmamos en el año 2007 y tiene
una vigencia de tres años y para ello aplicamos
criterios de “convenios colectivos dinámicos”.
Instalamos criterios de estudios económicos,
contratamos a especialistas en economía e
hicimos un diagnóstico que nos permitió plantear
hipótesis sobre resultados posibles. Encontramos
que radicalizar los contratos colectivos en
función de crecimientos únicos en un año o dos,
hoy en día, para nosotros no es lo más
apropiado. Hicimos entonces un planteo bajo sus
mismas normativas, sus mismas estructuras
salariales y de beneficios. Ésto le ha dado
cierta dinámica a la negociación colectiva que
sospecho
Unilever
querrá descartar.
-¿Cómo están distribuidas las plantas de la
transnacional en Chile?
-En este momento hay cinco plantas, pero se van
a reducir a dos, todas en Santiago. Tenemos una
en Carrascal que es la planta de detergentes
líquidos y en polvo y actualmente existen dos
plantas de alimentos, una ubicada en la comuna
de San Joaquín -en la región metropolitana- que
se está trasladando, hacia Panamericana Norte y
pasará a formar parte de una única planta
multipropósito donde se concentrarán la
fabricación y empaque de alimento.
-¿Cómo se vive este proceso de centralización
que lleva adelante
Unilever
mediante el cual se pasa de trabajar en cinco
plantas a hacerlo en dos?
-Tiene que quedar claro que ésto no tiene que
ver con un cierre de plantas, lo que sucede aquí
es muy distinto de lo que en Europa se ha
dado en llamar “deslocalización
empresarial” que es un proceso mediante el cual
las compañías trasladan sus capitales de un país
a otro o de una región a otra.
En nuestro caso,
Unilever
compró terrenos en una localidad de Santiago y
pretende juntar dos plantas de producción de
alimentos: la planta de producción de aceites y
margarinas y la planta de producción de té
Lipton.
Ésto se va a hacer dentro de la estructura de lo
que entiende
Unilever
como
clústers*;
la planta ubicada en
San Miguel -que hoy en día emplea unos 600
trabajadores- pasaría a ser parte de una planta
multipropósito
de nivel internacional
o "worldclass".
-¿Cómo definirías esta planificación en plantas
multipropósito?
-Significa -dentro de la lógica de
Unilever-
convertir una planta básica, que está dividida
en distintos niveles de eficiencia, en una
planta multipropósito que habilita distintos
niveles de inversión. Ante estas reestructuras,
la empresa predica que vamos a tener
posibilidades de crecimiento en la región y eso
implicaría más puestos de trabajo.
-¿Cuántos sindicatos hay actualmente en la
planta de Lipton?
-En esa planta hay dos sindicatos, el que está
afiliado a la Federación es el de los
especialistas y está integrado por unos 200
trabajadores en un total de 400.
-¿Cuánto se estima que pueda durar este proceso?
-Este proceso debería estar concluyendo para
finales del año. Es un proceso muy distinto al
que se llevó adelante con el cierre de planta de
Carrascal en el 2003, la planta de pastas
dentales. En aquel caso no hubo aviso previo,
hubo alrededor de 12 puntos que
Unilever
impuso y tenían que ver con despidos,
desvinculaciones en términos de jubilación y
retiros voluntarios, una baja salarial de un 20
por ciento para todo el que quedó trabajando y
pérdida de beneficios.
En esta oportunidad, Lilian Hersing
que dirige la sub Gerencia de Recursos Humanos,
quien además tiene una política antisindical
tremenda, armó equipos de gestión para el
traslado, ellos les llaman “equipos
participativos” donde hay un especialista
técnico, hay encargados de recursos humanos y
operarios, estaba dejando afuera a los
dirigentes sindicales con el pretexto que eran
equipos técnicos. No estamos de acuerdo con ésto
porque pensamos que esta medida busca quitar
fuerza al sindicato, por lo que denunciamos
nuestra disconformidad con esta situación.
Por otra parte lo
que nosotros consideramos un problema serio, es
que
Unilever no ha sido clara respecto al número de personas que va a
trasladar, nuestro problema ahora es que se
defina ese número.
-¿Qué medidas piensan tomar?
-Hay un acuerdo con la empresa que tiene que ver
con disminuir el impacto social a su mínima
expresión. Por otra parte la Federación instaló
un proceso de traslado de la planta de San
Miguel donde la Gerencia Técnica, la Gerencia de
Recursos Humanos y los dirigentes sindicales de
la organización de base tienen que estar de
alguna manera relacionados con el proceso de
cambio. Garantizar que se respete el contrato
colectivo y que se minimicen los despidos.
Unilever
por su parte propone un plan de retiro
voluntario que abarca a aquellos trabajadores
que estén decididos a dejar la empresa. De todas
maneras, las condiciones en que ésto suceda serán
negociadas con el sindicato.
-¿Cómo surge la decisión de formar parte de la
UITA?
-Venimos analizando durante mucho tiempo la
afiliación a una organización internacional, de
ahí surge la idea de pasar a formar parte de la
UITA. Dado que es una de las
organizaciones internacionales de trabajadores
más importantes del mundo y con mayor capacidad
de gestión para los sindicatos de compañías
transnacionales. La mayoría de los sindicatos de
Unilever a nivel mundial están afiliados
a la UITA.
Además, esta organización manifiesta dentro de
su gestión, no sólo los asuntos sindicales sino
que se involucra con los derechos humanos, el
ambiente, la perspectiva de género, etc.
Ésto
fue fundamental para que los trabajadores
reunidos en los sindicatos de base votaran para
que la UITA sea nuestro referente
internacional, y ahora los dirigentes junto a
los trabajadores tendremos que aprender a
movernos en ese ámbito.
Así como
Unilever
ejecuta una política empresarial regional,
nosotros los trabajadores debemos ver la ventaja
de formar una Federación Latinoamericana de
Trabajadores de
Unilever
como una posibilidad de poner pisos a los
salarios a nivel regional y de esta manera,
junto a la UITA, adentrarnos a un
sindicalismo más universal.