Se
intensifica agresión antisindical
en Unilever Pakistán
Continúan los ataques de
la gerencia de Unilever contra el sindicato y los derechos
sindicales en la fábrica de la compañía en Rahim Yar Khan,
Pakistán.
Los ataques incluso se han intensificado desde la
presentación de la UITA ante la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el año
pasado acusando a la compañía de violaciones fundamentales a
las Directivas para Empresas Multinacionales de la OCDE.
La UITA elevó su presentación el pasado mes de
noviembre cuando la gerencia despidió brusca y
repentinamente a todos menos a 5 de los 292 trabajadores/as
temporarios, tras el anuncio del sindicato que extendería
sus categorías de miembros a los trabajadores/as temporarios
y los ayudaría a alcanzar el carácter de permanentes, que
les corresponde por ley luego de nueve meses de servicios
continuos. Todos los empleados temporarios despedidos fueron
sustituidos por trabajadores/as de agencias de empleos,
quienes ni siquiera cuentan con el derecho teórico de
alcanzar a la larga el carácter de permanentes. Los
trabajadores/as de agencias de empleos –contratados
formalmente por ese tipo de agencias laborales en lugar de
Unilever–
no pueden afiliarse a un sindicato de trabajadores de
Unilever.
Los despidos masivos tuvieron lugar después que la gerencia
había llamado a la policía armada, a tropas de elite y a
guardias armados de seguridad adicionales - ante cuya
presencia se exigió a los trabajadores/as despedidos que
firmaran sus cartas de cese, a medida que entraban para el
primer turno. La policía armada y los guardias de seguridad
continúan estando destacados en la planta. ¡Incluso la
gerencia ha puesto el ex cuarto de huéspedes de la fábrica a
disposición de la policía!
En tanto que el sindicato lucha para defender a los
trabajadores/as despedidos y asegurar su reincorporación, al
presente la gerencia ha comenzado a atacar el papel del
sindicato en la negociación colectiva y su liderazgo en la
planta. Actualmente la gerencia se rehúsa a permitir que el
Secretario General del sindicato, Said Zaman (quien
es también el Secretario General de la Federación de
Empleados de Unilever de Pakistán, afiliada a la UITA)
participe en las negociaciones para solucionar el conflicto.
La opresiva presencia policial acentúa el mensaje en cuanto
a que los directivos sindicales pueden ser arrestados si
tratan de reunirse con sus miembros en la fábrica; a la vez,
la gerencia está alentando a los trabajadores/as a
restringir la participación del Secretario General en las
próximas elecciones sindicales en la planta.
Los directivos sindicales, los dirigentes obreros y los
miembros militantes han sido trasladados de un puesto al
otro y aún de una máquina a la otra en una maniobra obvia
destinada a disminuir la posibilidad del sindicato a
comunicarse con sus miembros y a apoyarlos. Los miembros
sindicales fueron amenazados con ser transferidos a un bolsa
de trabajo "excedentario" y que sus tareas serían
desempeñadas incluso por otros trabajadores/as de agencias
de empleos.
Si bien ha sido una práctica aceptada consultar con el
sindicato para poner en funcionamiento el ajuste anual de
jornales y salarios, este año la gerencia de
Unilever ignoró el pedido por escrito del sindicato para realizar
conversaciones, en tanto que pagó un mayor aumento a los
pocos trabajadores/as que apoyan la maniobra antisindical.
De tal manera, parece que
Unilever Pakistán
está aplicando la misma estrategia que
Unilever
ha intentado poner en ejecución en Assam, India,
donde intervino activamente para socavar la dirigencia
sindical existente, auspiciando un sindicato amarillo en el
curso de un largo cierre patronal, con el objeto de
suplantar la legítima organización laboral.
Mientras tanto, la gerencia de
Unilever
en Asia continúa obteniendo nuevos galardones de
Responsabilidad Social Empresarial (RSE) –
últimamente, los Premios Asiáticos de Responsabilidad Social
Empresarial por la "excelencia en las relaciones en los
lugares de trabajo"…