Con
Siderlei de
Oliveira
Se avanza hacia la Alianza Mundial
de Trabajadores de InBev
El sindicato
estadounidense Teamsters organizó los días 15 y 16 de agosto
una reunión en la ciudad de Saint Louis,
Missouri,
Estados Unidos, a la que invitó a sindicalistas de InBev de
Canadá, Europa y de América Latina para discutir acerca de
las posibles consecuencias del ingreso de esta transnacional
belga-brasileña en el mercado cervecero estadounidense. En
representación de la Federación Latinoamericana de
Trabajadores de InBev participó en la reunión su presidente,
Siderlei de Oliveira, quien dialogó con Sirel al respecto.
Recientemente se concretó la adquisición de Anheuser-Busch
(propietaria de la marca Budweiser, entre
otras marcas) por parte de InBev, quien desembolsó 52
mil millones de dólares para que la operación fuese posible.
Ahora InBev llega a Estados Unidos
precedida por su reputación de cerrar plantas, reducir
drásticamente la plantilla de trabajadores, imponer sistemas
productivos de alto impacto en la salud de los obreros e
impulsar políticas antisindicales.
-¿Cómo observan en los Estados Unidos el desembarco de
InBev?
-El movimiento sindical estadounidense está muy preocupado
por la compra de empresas de ese país por parte de capitales
brasileños. Ya se vendió Swift, una de las mayores
empresas frigoríficas mundiales que fue adquirida por la
brasileña Friboi; el también brasileño Grupo
Gerdau se adueñó de una de las mayores siderúrgicas
estadounidenses y ahora InBev absorbió a la
Anheuser-Busch. Esto alarmó al movimiento sindical de
Estados Unidos y también a varios senadores y diputados.
-Se han invertido los roles…
-Siempre éramos nosotros los que les estábamos preguntando a
ellos sobre las empresas que llegaban a nuestros países.
Esta vez estuvimos allá para explicar cómo funciona InBev
y compartir la experiencia que hemos tenido en nuestro
subcontinente. En mi conocimiento, fuimos el primer
sindicato que enfrentó el proyecto de Ambev (hoy
InBev) que comenzó aquí en Brasil, y por eso
tenemos experiencia sobre su política. Esto contiene una
cierta paradoja, porque se trata de los discípulos de los
tenebrosos Chicago Boy’s, aquellos economistas que
pusieron a punto el neoliberalismo como teoría política.
Ahora Estados Unidos recibe de regreso una dosis de
su propio veneno. Y esto no está ocurriendo sólo en el
sector de la cerveza, sino en varios otros muy importantes.
-¿Cómo reaccionaron los estadounidenses?
-Cuando les conté lo que ocurrió en Brasil con
AmBev quedaron muy sorprendidos, y reaccionaron diciendo
que no creen que suceda lo mismo en Estados Unidos.
Les dije que tal vez no con la misma dimensión que en
Brasil, pero que la política de esta transnacional ha
sido muy parecida en todos lados, dependiendo de las
características del país al que ingrese.
InBev
va a Estados Unidos para multiplicar su lucro,
y la forma en que lo hace siempre no es incrementando las
ventas sino recortando gastos. Para eso concentra la
producción y reduce la cantidad de fábricas. Los compañeros
quedaron muy alertas con estas informaciones. En mi opinión,
hay otras dos cosas que van a cambiar rápidamente: la
primera es que Anheuser-Busch paga el seguro médico
de los trabajadores jubilados, cosa que es muy difícil que
InBev sostenga, por lo menos para quienes ingresen a
la empresa de ahora en adelante. Y la segunda es que la
empresa estadounidense hace muchas obras de caridad, tiene
una actividad filantrópica, lo que InBev seguramente
eliminará de sus costos.
Los estadounidenses están acostumbrados a ponerle un nombre
y una cara a los empresarios, pero con InBev eso
cambia, los patrones son las Bolsas de Chicago, de Tokio y
de Sao Paulo. Estos son inversores que buscan lucros
rápidos, cueste lo que cueste. Por ejemplo, InBev ya
anunció que no continuará financiando al Saint Louis
Cardinals, el club de béisbol más popular del estado de
Missouri,
cuyo campo de juego se llama, justamente, Busch
Stadium.
-En el marco del encuentro se realizó una movilización…
-Se desarrolló un acto público en el cual los Teamsters
movilizaron cerca de 30 camiones gigantes realizando una
protesta por las calles de la ciudad de Saint Louis
que contó con la una gran cobertura de la prensa. Fue algo
muy significativo, además, contó con la participación de la
comunidad, con representantes de diversas organizaciones e
instituciones, y de las iglesias católica y anglicana.
-¿Cuál fue el resultado de la reunión?
-Algo muy importante: se establecieron las bases para
crear una Alianza Mundial de los Trabajadores de InBev.
Lo mismo que hemos hecho en Latinoamérica, ahora se
configuró a escala mundial, aprovechando la presencia de los
compañeros de Bélgica, de Canadá y de Estados Unidos.
-¿Se fijó una próxima reunión?
-Tenemos el propósito de realizar un nuevo encuentro
coincidiendo con la reunión de la Federación Latinoamericana
de Trabajadores de InBev, que tendrá lugar en
septiembre en Buenos Aires. Los compañeros belgas ya
aceptaron la invitación, los Teamsters y los
canadienses también estarían dispuestos a venir. Debemos
actuar rápido porque InBev se mueve a toda velocidad.
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