Jíbaros en Unilever

 

Tal parece que dentro de los altos ejecutivos de Unilever -donde es lógico que abunden británicos y holandeses ya que en sus países se originó la compañía- se han infiltrado algunos jíbaros. La sospecha surge del obstinado empeño puesto de manifiesto últimamente en reducir el tamaño de las cosas y “hacerle la cabeza” a sus empleados.

 

En los primeros días del pasado mes de agosto, en nuestro artículo “La perinola de Unilever”, informábamos sobre la decisión de la compañía de reducir entre 50 y 60 su número de fábricas en el mundo, lo que significa reducir 20 mil puestos de trabajo de los 179 mil existentes. Mientras los jíbaros reducían las cabezas de sus enemigos para convertirlas en amuletos, la reducción de fábricas y puestos de trabajo en Unilever está destinada a aumentar el lucro de los accionistas.  

 

Apenas un mes después, nos enteramos que el Departamento de Protección y Defensa del Consumidor (DPDC) de Brasil multó a Unilever en 788.217 reales (409.000 dólares aproximadamente) debido a que redujo el contenido del envase del extracto de tomates Arisco, el que pasó de 370 a 350 gramos.

 

Con un razonamiento mezcla de burla y cinismo, Unilever se defendió aduciendo que redujo el contenido de los envases de Arisco para unificarlo con el de Cica, su marca líder en el mercado. A su entender no existió publicidad engañosa u omisión capaz de inducir al consumidor a un error, dado que el nuevo embalaje contiene todas las informaciones sobre el producto. Por su parte, el DPDC desechó esos argumentos por entender que la simple indicación del nuevo peso en el envase, sin cualquier otra advertencia expresa, no informa de manera clara y ostensiva la alteración efectuada en la cantidad y, por lo tanto, no fue respetado el derecho a la información del consumidor.*

 

Si bien los modernos jíbaros de Unilever no pretenden imitar a sus antepasados reduciendo las cabezas de sus víctimas -los miles de hombres y mujeres despedidos- pretenden “hacerle la cabeza” a los que queden trabajando. Ya comenzaron con una primera experiencia en sus oficinas de Barcelona (España) donde los empleados podrán enterarse de lo que sucede en la compañía a través de un canal de televisión interno. La llamada Unilever TV consta de un conjunto de paneles multimedia con grandes pantallas distribuidos en las zonas de descanso. El sistema mantiene a los empleados informados sobre lo que sucede en el exterior de la oficina con titulares de las principales noticias y la previsión meteorológica. También destaca las ventajas de trabajar en la compañía, entre ellas descuentos en determinadas tiendas y restaurantes.

 

Más allá de las acciones legales que esta novedad pueda generar, considerando el derecho que asiste a los trabajadores de disponer con total libertad de su cuerpo y de su mente durante el descanso, TV Unilever debe provocar una rápida acción sindical que reivindique el derecho que los trabajadores tienen de apagar el sistema durante su descanso. Mejor aún, que durante el descanso, el sistema -como una extensión de la cartelera sindical- se encuentre al servicio del sindicato.

 

Mientras tanto usted, trabajador o trabajadora de Unilever, si divisa algún personaje vestido con plumas y portando una cerbatana…desconfíe.

 

En Montevideo, Enildo Iglesias

© Rel-UITA

11 de setiembre de 2007

Enildo Iglesias

 

 

 

 

* Además de Unilever, el DPDC multó a otras dos empresas al encontrarlas culpables de reducir el contenido de sus productos: La transnacional argentina Arcor, fabricante de los caramelos Butter Toffee, fue multada en R$ 472.930 (245.000 dólares) por la reducción de las cantidades en tres embalajes. La segunda multa fue para Néctar, esta vez por R$ 177.350 (91.900 dólares) debido a que sus embalajes de dulce de leche pasaron de 500 a 400 gramos.

 

Fotocomposición: Rel-UITA

 

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