Pese a la tregua
acordada entre el SITRAFCOREBGASCELIS y Cervecería Nacional (SABMiller) y el
inminente inicio de las negociaciones para buscar una salida al grave conflicto,
los trabajadores organizados no pueden ni quieren olvidar la manera en que la
empresa atropelló sus derechos humanos, al retenerlos contra su voluntad para
obligarlos a firmar un “acuerdo mutuo” de despido.
Rodny Martínez
es dirigente sindical del Centro de
Distribución de Chiriquí-Majagua y tiene 12 años de estar trabajando en la
Cervecería Nacional.
Él
recuerda perfectamente la noche del 4 de mayo. Su voz cargada de indignación
recorre los detalles de aquel brutal atentado contra las libertades individuales
de los trabajadores organizados.
Eran casi las 8 de la noche y los guardias de
seguridad de la empresa cerraron los portones
eléctricos y nos retuvieron. Se comunicaron con
la gerencia y recibieron la orden de no dejarnos
salir. |
“Eran
casi las 8 de la noche y los guardias de seguridad de la empresa cerraron los
portones eléctricos y nos retuvieron. Se comunicaron con la gerencia y
recibieron la orden de no dejarnos salir, hasta que nos reportáramos en la
oficina para firmar un mutuo acuerdo de despido. Al negarnos a ello, recibimos
una carta de despido”, dijo Martínez.
Ante
esta flagrante violación de los derechos humanos, el dirigente sindical decidió
llamar a la Policía. “Cuando llegaron a la empresa se enteraron de lo que
estaba ocurriendo y constataron que se trataba de un verdadero secuestro. No fue
fácil, pero al final pudimos regresar a nuestras casas”, afirmó.
Para
Martínez aún es difícil entender la actitud profundamente violatoria de los
derechos humanos de Cervecería Nacional (SABMiller).
“Nos
hicieron escoltar por los guardias de seguridad como si fuéramos delincuentes y
nos sacaron a la calle que ya eran las 10 de la noche. Con tantos años de
estar trabajando en la empresa merecemos más respeto y vamos a exigir nuestro
reintegro al puesto de trabajo”, concluyó.
Augusto Domínguez, representante
sindical, asegura que lo mismo ocurrió en el Centro de Distribución La Chorrera.
“Los
guardias retuvieron a tres compañeros que se rehusaron a firmar el mutuo
acuerdo. Procedí entonces a llamar a la Policía y logramos que los liberaran. La
gerencia se justificó diciendo que los guardias habían entendido mal, pero no es
cierto, fue una medida de presión que violentó sus derechos humanos”, sentenció
Domínguez.
Para
él, el comportamiento de la transnacional ha sido lamentable. “Fue algo
totalmente ilegal que violenta toda legislación laboral y los derechos humanos
de los trabajadores”, manifestó.
Ante esta situación, directivos del
Sindicato explicaron a Sirel que la posición de la organización es
preparar toda la documentación para presentar una denuncia penal contra la
empresa.
“Ahora SABMiller debe
demostrar que quiere resolver el problema y dejar de atropellar los derechos de
los trabajadores. De ser así estaríamos dispuestos a negociar la posibilidad de
retirar la demanda en los tribunales, pero no olvidaremos lo que sucedió”,
sentenció Alejandro John, presidente del Sindicato.
La negociación
entre las partes está prevista iniciar el 22 de mayo próximo y tendrá una
duración de tres días.
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