Código de
Ética de la SABMiller
El
caballo y el jinete
En el
Boletín Nueva Avanzada, el órgano de prensa oficial del
Sindicato Nacional de Obreros de Unión de Cervecerías
Peruanas Backus y Johnston SA, cervecerías que quedaron
incluidas en el gran negocio realizado por la familia
Santodomingo con SABMiller1,denuncia
y recomienda a sus afiliados que se abstengan de firmar el
“Código de Ética” que la cervecera trasnacional le ha
presentado a sus trabajadores y trabajadoras.
No podía ser
otra la reacción del sindicato, pues el texto del denominado
“Código de Ética” parte de la falsedad ideológica de que en
el mundo del trabajo sólo es responsabilidad de los
trabajadores y trabajadoras cumplir con normas éticas en las
relaciones capital-trabajo, normas preconcebidas y
determinadas por la trasnacional de acuerdo a sus intereses
comerciales y económicos. Lo más grave es que además
pretende establecer un control político, cultural y social
sobre el trabajador, la trabajadora y su familia,
descolectivizando su relación que hasta ahora pasa por el
sindicato para focalizarla de manera individual con la firma
“personalizada” de un “compromiso de honor”. Este
procedimiento es violatorio de la Convención Colectiva de
Trabajo, que es la que realmente regula las relaciones de
trabajo bajo la titularidad del sindicato y la empresa que
la suscriben.
El léxico
utilizado por el “Código de Ética” elimina la palabra
TRABAJADOR y la cambia por COLABORADOR. Según el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,
“colaborador” es la persona que colabora en una obra o
escribe para un periódico sin ser de la dirección, y
“trabajador” es la persona que trabaja con una remuneración,
entre otros derechos sociales. Pues bien, en este caso, no
se colabora para un periódico sin ser de la dirección, pero
se colabora para la SABMiller sin participación en la
dirección. Ese es realmente el mensaje político, porque la
dirección define la política de producción, la política
laboral y la política de comportamiento social de los
trabajadores y sus familias, mientras que los colaboradores
se limitan a ejercer COLABORACIONISMO. Esto que el
diccionario define como “colaboración con el invasor” no es
una invasión a un Estado geográficamente hablando, es la
invasión al “Estado Social de Derecho” que consagra al
trabajo como inherente al derecho a la vida, y al trabajador
como ciudadano con derechos individuales y colectivos
establecidos en las legislaciones laborales nacionales en
los Convenios Internacionales de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
artículo relacionado
Colombia
30-08-2006
Un gueto laboral
SABMiller – Bavaria en Colombia
Por Luis Alejandro Pedraza |
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SABMiller
viene de “disfrutar” las mieles de la explotación
capitalista que practicó mientras duró la oscura noche del
apartheid en Sudáfrica, y que para bien de la humanidad fue
derrotado por Nelson Mandela y los demócratas del mundo. Por
eso no es extraña su política de segregación laboral. Para
SABMiller, los trabajadores, “sus colaboradores”, son
objetos de uso y no sujetos de derecho, en cualquiera de sus
fábricas de Honduras, Panamá, Salvador, Colombia, Ecuador y
Perú, entre otras que también le pertenecen en el mundo y
que son guetos de explotación laboral. En esas plantas, y
siguiendo el “Código de Ética”, se establecen líneas de
comunicación secretas para que los “colaboradores” denuncien
todo acto que atente contra la integridad corporativa de la
empresa, incluyendo a familiares que tengan relación
comercial con la competencia, que se involucren personal o
socialmente con otras personas que laboren en compañías que
tengan alguna relación comercial con SABMiller. Por
ejemplo, es delito contra la ética solicitar créditos sin el
consentimiento de la patronal. El “colaborador” debe evitar
cualquier conflicto de interés real o aparente con la
empresa; claro, por esta razón los sindicatos son
proscritos, los derechos individuales y colectivos de los
trabajadores y trabajadoras son ignorados y la proliferación
de empleos temporales es el mejor filón de explotación.
En las
resoluciones sobre trasnacionales la 13
Conferencia de la Rel-UITA realizada en Santo Domingo,
República Dominicana, del 3 al 6 de octubre, se rechazó
enérgicamente la política laboral de SABMiller, sus
pretendidos “Códigos de Ética” y el exterminio de sindicatos
y Convenios Colectivos como ocurrió en Colombia en la
Cervecera Bavaria.
De los
sindicatos y los trabajadores depende la reorganización
político-sindical que confronte con éxito el modelo de
oprobio y exclusión que nos quieren imponer, como la más
clara negación de la democracia, de los derechos civiles,
individuales, colectivos y de familia, con el argumento
falaz de establecer “compromisos éticos y de honor” que en
realidad ocultan una relación caballo-jinete, en la cual el
caballo son los y las trabajadoras, y el jinete…
En Bogotá, Luís
Alejandro Pedraza
©
Rel-UITA
22
de noviembre de 2006 |
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1- Véase
artículo relacionado
SABMiller logra el 89,5% de
acciones de Backus
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