El Sindicato clasista de trabajadores de SABMiller de Panamá, ha denunciado
recientemente el “secuestro colectivo” del personal de la transnacional, para
obtener “retiros voluntarios”. El objetivo es destruir la organización sindical
y la negociación colectiva.
En el léxico de los derechos humanos y laborales lo denunciado en Panamá
se denomina acoso y violencia laboral, y no es un acto aislado de SABMiller
ni exclusivo en ese país, pues la misma política pretendió -y aún pretende-
aplicarla en Honduras, Ecuador, Perú y Colombia, por
citar solo algunos casos.
En Colombia, luego de la destrucción del Sindicato Nacional de
Trabajadores de Bavaria (SINALTRABAVARIA) y de su Convención Colectiva de
Trabajo, autonegoció un Pacto Colectivo con supuestos representantes de los
trabajadores que fueron seleccionados a dedo por ella misma, e impuso así sus
condiciones miserables en la remuneración del trabajo. Además, aplicó su código
de ética o de conducta por medio del cual prohíbe hablar entre los trabajadores
sobre política y sindicalismo.
De 5.600 trabajadores que tenía Bavaria, SABMiller redujo la nómina a 1.800. Los
salarios se fueron en picada mediante la tercerización laboral a través de
Cooperativas de Trabajo Asociado o de su propia bolsa de empleo.
El 26 Congreso
Mundial de la UITA a realizarse en Ginebra del 15 al 18 de mayo
próximos, tendrá que analizar de forma específica el caso de
SABMiller. |
Al año siguiente de ese saqueo a los derechos sociales, sindicales y económicos
de los trabajadores, SABMiller anunció utilidades superiores al 300 por
ciento con respecto al año anterior.
Colombia
se ubica entre los primeros países violadores de los derechos humanos, de
asociación, libertad sindical y negociación colectiva.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) está siendo intimada por el
movimiento sindical internacional para que incluya al Estado colombiano en la
lista de países a asignarles una Comisión de Encuesta. Esto significa la más
drástica sanción de observación por violación de los Convenios que ha adoptado y
ratificado.
Pero aún bajo estas circunstancias, transnacionales como la SABMiller se
burlan cínicamente de las exigencias de la OIT y de la legislación
nacional colombiana.
Con el apoyo internacional de UITA y el de la CUT en Colombia,
se ha intentado restablecer la organización sindical y la negociación colectiva
en SABMiller-Bavaria, pero la respuesta inmediata han sido los despidos
colectivos, el terrorismo psicológico y los chantajes que amenazan con la
pérdida del empleo.
Esto es lo que viven en la actualidad algunos grupos de trabajadores, que no
obstante, están dispuestos a confrontar esa política antisindical con la
creación de nuevos sindicatos.
En lo concerniente al tema de las transnacionales, el 26 Congreso Mundial de
la UITA a realizarse en Ginebra del 15 al 18 de mayo próximos, tendrá que
analizar de forma específica el caso de SABMiller, en la perspectiva de
diseñar una respuesta global a su política antisindical y violatoria de los
derechos humanos.
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