Honduras

Perdimos el miedo

y estamos listos

para lo que venga

Voces y rostros de la huelga del STIBYS

 

Tuvieron que aguantar 72 horas encerrados en las instalaciones de la Cervecería Hondureña, propiedad de la transnacional SABMiller, para lograr que la empresa diera marcha atrás en su intento de despedir a 300 trabajadores, y aceptara sentarse a negociar el respeto a todas aquellas cláusulas del Convenio Colectivo que venía incumpliendo desde que se firmó, en enero de 2008.

 

Son los miembros del Sindicato de Trabajadores de la Industria de las Bebidas y Similares (STIBYS), que en estos días están siguiendo muy de cerca las negociaciones, listos -como aseguran- a retomar la movilización y la huelga si la empresa no demuestra una actitud responsable.

 

En su plática con Sirel, los trabajadores cuentan lo difícil que ha sido esta nueva etapa de la lucha, reconociendo al mismo tiempo que la unidad de los trabajadores del STIBYS en todo el territorio nacional ha sido clave para obligar a la Cervecería Hondureña a reconsiderar sus posiciones que parecían inamovibles. Al mismo tiempo, resaltan la importancia de la solidaridad a nivel nacional e internacional, “porque a lo que más le tiene miedo esta empresa transnacional es a que se desprestigie su imagen, y que los medios comiencen a mostrar su verdadera cara”.

 

Estas son las voces y los rostros de la reciente huelga del STIBYS.

 


 

Héctor Antonio Padilla

 

“Hace unos meses la empresa había comenzado una política de represalia contra los trabajadores. En mi caso, me despidieron el 16 de enero porque no quise hacer la prueba del control de calidad, ya que existe un área específica para este tipo de trabajo, lo cual está reflejado en el Convenio Colectivo que firmamos el año pasado. Ahora quieren cerrar esa área y sobrecargarnos con ese trabajo. Para mí fue clave estar afiliado al STIBYS, porque pude defender mis derechos. Tengo once años de trabajar para la empresa y nunca había vivido una situación como la que pasamos en estos tres días. Somos nosotros, los trabajadores, quienes movemos esta gran maquinaria que es la empresa y la obligamos a ceder.

Quiero agregar que en este proceso ha sido fundamental el apoyo que hemos recibido a nivel nacional e internacional, porque nunca nos dejaron solos, y esto contribuyó a que lográramos ese éxito”. 

 


 

Ronny Cáceres

 

“Aproximadamente el 70 por ciento del personal se quedó tres días en las instalaciones. Noche y día, medio desvelados, y solamente nos turnamos para ir a la casa a ver a nuestras familias. En realidad no fue muy difícil, porque el STIBYS se activó para garantizarnos la comida y el agua, nos seguía motivando a continuar en la lucha y nosotros sabíamos que estábamos allí por un objetivo importante: la defensa del Convenio Colectivo. Todo esto nos llenaba de orgullo,  y lo volvería a hacer por el tiempo que fuese necesario, porque lo único que hicimos fue defender nuestros derechos frente a una empresa que se ha vuelto muy hostil, que genera temor y que viola constantemente el Convenio Colectivo, tomando represalia contra los trabajadores por faltas muy leves. Ahora ya tenemos la experiencia y perdimos el miedo. Estos días fueron muy importantes, sobre todo para los trabajadores nuevos que nunca habían experimentado esa forma de lucha. Ahora más que nunca estamos fortalecidos y seguimos en alerta máxima para ver lo que pasa en los próximos días. En este proceso hemos sentido la presencia y el respaldo de las organizaciones que desde afuera nos brindaron su apoyo, fortaleciéndonos y motivándonos a seguir adelante sin miedo. Agradecemos a las organizaciones populares y sindicales de Honduras, a la UITA y a 3F por el respaldo que nos dieron en estos días. Gracias a todas estas organizaciones logramos que este conflicto fuera más allá de nuestras fronteras y se regara por el mundo. La empresa trató de esconderlo, de manejarlo como algo local, que no saliera a luz pública, pero no pudo y esto contribuyó a que se lograra sentar a la empresa a negociar”.

 


 

Carlos Eduardo Argueta

 

“Cuando supimos que la empresa quería despedir a los 300 trabajadores de Venta, en el área de Producción decidimos apoyarles, y lo importante fue que logramos juntarnos y hacer un solo frente común. La empresa tiene que respetar lo que firmamos el año pasado. Estábamos preocupados, porque pelear con un monstruo como la Cervecería Hondureña no es fácil, pero agarramos valor porque sabemos que pertenecemos a una organización sindical que pelea por nuestros derechos y que nos respalda siempre. Agradecemos también el apoyo que hemos recibido por parte de las organizaciones sociales y sindicales del país y del mundo, en particular la UITA”.

 


 

Baudilio Valle

 

“En estos meses hemos vivido cosas que ya no se podían aguantar más. Cualquier cosa que ocurría era motivo para la empresa para hacer reportes y hostigar y amenazar a los trabajadores, hasta lograr su despido. Lo que derramó el vaso fue que el martes 10 de febrero en el área de Venta se dieron cuenta de que querían despedir a 18 compañeros, y por eso se negaron a salir con los camiones. En vista de que también en Producción teníamos conflictos serios con la empresa optamos por darles nuestro apoyo. Horas más tarde, cuando nos enteramos de que la empresa quería despedir a todos los 300 trabajadores, decidimos juntarnos a la huelga, porque no podíamos permitir ese nuevo atropello, y al mismo tiempo, hubiese sido el fin del Sindicato. Nos miramos y fue suficiente para que todo el mundo reaccionara. Paramos las maquinarias, aún a sabiendas de que podíamos ser despedidos por la empresa y sin pago de prestaciones, y nos focalizamos en que podíamos ganar esta lucha. Recibimos amenazas serias por parte del gerente y de los supervisores de la planta, pero no fue motivo suficiente para que desistiéramos de lo que habíamos emprendido. Llegaron también los que estaban fuera de su turno de trabajo, y al final éramos unos 600-700 trabajadores; nos tomamos todos los portones de las entradas principales de la Cervecería, respetando el libre acceso que tenían los ejecutivos. Fueron momentos apremiantes, pero logramos que se retiraran los despidos y que la empresa se sentara a negociar. Nunca vamos a permitir que vuelvan a pisotear nuestros derechos.

Quiero también hacer mención a la importancia que tuvo el respaldo que nos dieron a nivel nacional e internacional, porque aquí no estamos hablando solamente del problema que tenemos en la Cervecería, sino que se trata de un problema generalizado en todo el país, como por ejemplo la lucha que se lleva adelante para que las empresas reconozcan y paguen el salario mínimo que fue decretado por el Presidente de la República.

Agradecemos a la UITA y a 3F para haber difundido estos acontecimientos a nivel internacional. Eso ha sido fundamental, así como el apoyo brindado por el Bloque Popular y las demás organizaciones nacionales del país”.

 

En San Pedro Sula, Giorgio Trucchi

Rel-UITA

16 de febrero de 2009

 

 

 

Fotos: Giorgio Trucchi

 

cobertura periodística

 

 

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