El pasado 4 de
mayo, decenas de obreros afiliados al Sindicato Industrial de Trabajadores de la
Fabricación y Comercialización de Refrescos, Bebidas, Gaseosas, Cervezas,
Licores y Similares (SITRAFCOREBGASCELIS), fueron convocados por directivos de
Cervecería Nacional (SABMiller) y presionados para que firmaran un despido
encubierto mediante un “acuerdo mutuo”. Ante la reacción de los trabajadores, la
transnacional británico-sudafricana desencadenó la represión, sin lograr acallar
sus voces.
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Llegué a la empresa después de una larga y
agotadora jornada de trabajo y el gerente administrativo, Humberto Castillo,
me presentó un documento para que lo firmara. Se trataba de un despido por mutuo
acuerdo. Cuando le dije que en ningún momento había solicitado retirarme de la
empresa, Castillo me entregó una carta de despido. Miembros del personal
administrativo comenzaron a custodiarme como si fuera un delincuente y me
sacaron de las instalaciones. Dicen que fue por restructuración de personal,
pero sabemos que el verdadero objetivo es destruir al Sindicato y obligar a los
trabajadores afiliarse al sindicato filo patronal que hay en la empresa.
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Me presenté en la oficina de la gerencia seguro
de que no me podían hacer nada, porque estaba protegido por el fuero sindical.
Sin embargo a la empresa no le interesó y me despidió en abierta violación a la
legislación laboral. Es absurdo lo que está pasando. Nos matamos en el trabajo,
pero al final a ellos les queda la riqueza y a nosotros el maltrato y el
sufrimiento. Vamos a luchar hasta lograr el reintegro de los trabajadores que
fuimos despedidos injustamente.
El verdadero objetivo de Cervecería Nacional
(SABMiller) era golpear mortalmente al Sindicato despidiendo a entre 130
y 160 afiliados. No pudieron hacerlo porque intervenimos de inmediato y
asesoramos a los trabajadores sobre como actuar. Finalmente hubo unos 60
trabajadores despedidos y otros 80 fueron suspendidos por tres días sin goce de
salario a nivel nacional.
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En menos de dos semanas me suspendieron dos
veces, por haber exigido el respeto de mi derecho como dirigente sindical a
tener acceso a los Centros de Distribución de Penonomé y Chitré. Es evidente que
la empresa no quería que estuviera asesorando a nuestros afiliados al momento de
quererlos engañar con la propuesta del “mutuo acuerdo”. Además, es un acto de
intimidación hacia los trabajadores para que retrocedamos y no sigamos
participando en la lucha. No lo van a lograr, antes bien vamos a seguir con más
fuerza y compromiso, porque sabemos que contamos con el apoyo de nuestros
afiliados y el respaldo determinante de la UITA y de las organizaciones
afiliadas en toda América Latina.
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