Que el día 12 de octubre iba a ser decisivo para la
aprobación del Tratado de Libre Comercio (CAFTA) había
quedado claro cuando, el sábado 8 por la tarde, el
secretario del Frente Sandinista, Daniel Ortega, había
declarado a la prensa que el FSLN no iba a poder seguir
boicoteando la discusión y la votación del CAFTA en el
Parlamento nicaragüense.
A lo largo de tres semanas, el presidente de la Junta
Directiva de la Asamblea Nacional, el sandinista René
Nuñez, había logrado evitar poner en agenda la discusión
del Tratado, y eso causó reacciones muy nerviosas y con
tonos catastróficos por parte del gobierno.
El Partido Liberal Constitucionalista (PLC), a pesar de
haberse expresado siempre a favor del CAFTA, nunca tuvo
una posición muy beligerante, y esa actitud dio espacio
a varios comentarios que especulaban sobre acuerdos
entre los dos partidos que, desde hace un año, llevan
adelante una alianza o pacto estratégico contra el
gobierno del presidente Bolaños.
Según Ortega y los mismos diputados sandinistas, ya no era
posible continuar con esta estrategia, puesto que los
diputados del PLC ya no querían la aprobación de una
serie de leyes para amortiguar los efectos del Tratado y
que, al mismo tiempo, no se podía seguir paralizando el
trabajo parlamentario.
Al reanudarse las sesiones de la Asamblea Nacional, el 10 de
octubre, el presidente René Nuñez introdujo como primer
punto de la agenda el nombramiento del nuevo Vice
Presidente de la República, que reemplazará a José Rizo
quien, según la ley, ha renunciado a su cargo para poder
optar a una eventual candidatura en el PLC en las
próximas elecciones presidenciales de 2006. El
integrante de la bancada oficialista "Azul y Blanco",
Alfredo Gómez, resultó elegido con una mayoría
aplastante.
Después del nombramiento se dio lectura a los dos informes
sobre el CAFTA, uno de la minoría presentado por el
Frente Sandinista y el otro de la mayoría presentado por
la coalición formada por las bancadas del Partido
Liberal, Azul y Blanco y Camino Cristiano.
La sesión continuó con la intervención de más de 30 diputados
y diputadas que plantearon su conformidad o su rechazo
al Tratado por más de cinco horas.
Los diputados del FSLN han declarado nuevamente su oposición
al CAFTA y han enumerado los peligros y los daños que
provocará al país, mientras que los diputados de las
otras bancadas se han aliado para poderlo aprobar.
Los diputados sandinistas volvieron a señalar la importancia
de aprobar una serie de leyes para contrarrestar el
impacto que el Tratado tendrá sobre la economía del
país, pero nadie hizo caso a sus planteamientos ya que
la Asamblea Nacional se había ido poco a poco quedando
vacía para después completarse otra vez al momento del
voto.
Quienes se quedaron todo el tiempo, además de los diputados
sandinistas, fueron los representantes del gobierno,
entre ellos la ministra de Finanzas, Azucena Castillo.
A las 4.50 p.m., una vez concluidas las últimas
intervenciones, se sometió a votación el informe de la
mayoría que fue aprobado con 49 votos a favor y 37 en
contra, y por lo tanto Nicaragua se suma tristemente a
El Salvador, Guatemala, Honduras y República Dominicana,
que lo habían aprobado hace unos meses. Costa Rica es,
por lo tanto, el último país centroamericano a no haber
adoptado todavía una decisión.
Algo que indudablemente sorprendió fue la total ausencia de
la sociedad civil nicaragüense y de los movimientos de
base que en el pasado habían organizado fuertes
protestas y marchas muy numerosas para impedir la
aprobación del CAFTA.
El Frente Sandinista, a pesar de las proclamas, decidió al
final no llevar la protesta al extremo paralizando los
trabajos parlamentarios, y provoca mucha perplejidad el
hecho de que no haya convocado los sectores sociales y a
su militancia para expresar la disconformidad con un
tratado que traerá daños enormes al país, y sobre todo a
los sectores más pobres.
Justo mientras los diputados estaban decidiendo el futuro del
CAFTA, el presidente Bolaños se reunió de manera
inesperada con el secretario del FSLN, Daniel Ortega. La
reunión se prolongó por más de siete horas y concluyó a
las 7.30 de la noche, cuando Bolaños hizo una
declaración pública (audio original en
www.itanica.org). En el Salón de Conferencias de la
Casa Presidencial se reunieron muchas personalidades que
esperaban el anuncio del Presidente sobre el Diálogo
Nacional y que no se habían percatado de la reunión
entre Bolaños y Ortega. Estaba el gabinete de gobierno
en pleno, exponentes de los partidos políticos, algunos
miembros del Movimiento del ex alcalde de Managua, Herty
Lewites, y del disidente liberal Eduardo Montealegre,
los movimientos de la sociedad civil afines al gobierno
(Movimiento Por Nicaragua), varias instituciones y las
organizaciones de la sociedad civil, como la
Coordinadora Civil que, en lugar de organizarse para
protestar contra lo que estaba ocurriendo en la Asamblea
Nacional, prefirieron presenciar la conferencia del
Presidente y luego enviar por correo electrónico un
breve comunicado donde se declaraban en contra de la
aprobación del CAFTA.
En su intervención, Bolaños dio a conocer los resultados de
la reunión con Ortega y con el emisario de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), Dante
Caputo.
El primer punto tiene que ver con el acuerdo para definir una
Ley Marco que congele hasta enero de 2007, cuando el
futuro Presidente de la República tome el gobierno, las
reformas constitucionales, que están al origen de todos
los conflictos entre Poder Ejecutivo y los otros poderes
del Estado.
El segundo punto prevé la reanudación del Diálogo Nacional en
el cual se abordarán los temas para restablecer la
gobernabilidad en el país, aceptando la presencia del
Cardenal Obando y Bravo y de la OEA como facilitadores
del proceso y de las pláticas.
En dicho Diálogo podrán participar todas las bancadas
presentes en la Asamblea Nacional (y no como antes,
donde participaban sólo el FSLN y el PLC).
El tercer y último punto tiene que ver con la aprobación de
una serie de leyes que servirán para poder acceder a los
financiamientos de los organismos financieros (FMI, BID
y Banco Mundial).
Como el acuerdo no tomó en cuenta al Partido Liberal de
Arnoldo Alemán, será necesaria la aprobación de este
partido para contar con los votos necesarios en la
Asamblea Nacional (puntos uno y tres) y con su
participación en el Diálogo (punto dos).
El presidente Bolaños anunció también que se organizará una
Jornada de Diálogo Abierto en la cual se abarcarán todos
los temas más importantes para el país, y donde podrán
participar todos los sectores de la sociedad
nicaragüense y del mundo político, sindical,
empresarial, etc.
Esta decisión dejó una cierta inconformidad en la "sociedad
civil" y en la empresa privada, ya que esperaban poder
participar también en el diálogo político.
Es muy temprano para poder decir si los acontecimientos de
hoy traerán un poco de calma al país después de tantos
meses de conflictos institucionales. Habrá que esperar
la reacción de los demás partidos, y sobre todo del
Partido Liberal, que no fue incluido en esta negociación
entre Bolaños y el FSLN.
Además, hay que averiguar la posible relación entre la
aprobación del CAFTA, la posición intransigente del
Partido Liberal en quererlo aprobar y la repentina
negociación entre el gobierno y el FSLN.
Pero, al final, lo que queda del día es que Nicaragua muy
probablemente padecerá la embestida violenta de los
efectos a medio y largo plazo del CAFTA que, como
siempre, afectará a los sectores más débiles y más
desprotegidos del país.
Desde Managua, Giorgio Trucchi
17 de
octubre de 2005