Uruguay
¿Descarriló el Presidente? |
Tabaré Vázquez decidió que solamente él tiene derecho
a
utilizar el silbato del tren del TLC.
“A raíz de las controversias planteadas en el seno del
Gobierno sobre el tema de las negociaciones exploratorias
tendientes a un eventual acuerdo para el incremento
comercial con los Estados Unidos de Norteamérica, el
Presidente de la República resuelve que, a partir del día de
la fecha, se constituye en el único vocero sobre dicho tema,
o, en su defecto, la persona en la que él delegue”. Tal lo
que expresa el primer párrafo del comunicado del Presidente
uruguayo dirigido “a la opinión pública”, que recibí con una
mezcla de preocupación y tristeza en la tarde del lunes 14
de agosto.
Como comentara en mi entrega anterior
1,
en su discurso durante el taller denominado “Uruguay en la
Economía Global” celebrado el pasado día 9, Tabaré –como
siempre hemos llamado a nuestro Presidente– manifestó, en
obvia referencia a la oportunidad de firmar un Tratado de
Libre Comercio (TLC) con EE.UU., que “el tren, algunas
veces, pasa una sola vez”. En el mismo acto el canciller
Reinaldo Gargano comentó a la prensa que “el tren pasa una
sola vez, pero hay gente que se pone delante y se la llevan
por delante”. En el artículo anterior pronosticaba el
descarrilamiento del TLC o del gobierno, tengo que admitir
mi equivocación: el que descarrila es el Presidente.
Debo reconocer que el comentario de Gargano no fue oportuno
ni diplomático, especialmente si se considera que cuenta con
otros escenarios para manifestar y defender sus puntos de
vista. Además de ministro, es presidente del Partido
Socialista, del cual también es miembro Tabaré. Tampoco
puedo desconocer las verdades esgrimidas en su discurso
desde la tribuna del citado taller, donde entre otras cosas
argumentó: “vivimos fracaso tras fracaso de la Organización
Mundial de Comercio y se persiste en la no aprobación de la
eliminación de subsidios a la exportación”. Recordó además
que Uruguay ya aplicó una apertura de mercado, con un precio
que pagaron el país y su gente con la caída del empleo y
cierre de empresas.
En mi opinión, seguramente compartida por gran parte de los
uruguayos, los argumentos de Gargano son totalmente válidos.
Refuerza sus argumentos la actitud de la propia Embajada de
EE.UU. en Uruguay que censura en su página web el discurso
del canciller pero publica los del Presidente y de dos
ministros favorables al TLC.
La salida de tono de Gargano no justifica un desplante
autoritario como el que nos obsequia el compañero Tabaré (a
quien –aclarémoslo por las dudas– siempre acompañé con el
voto). Resulta inadmisible y especialmente grave que el
presidente de un gobierno calificado de progresista,
reconociendo la existencia de “controversias” en su seno
pretenda solucionar mediante la imposición de una sola voz
–la suya– y amordazando a los discrepantes. No queda otra
alternativa que condenar a quien amordaza y sentir lástima
por quien se deje amordazar.
El segundo párrafo del comunicado es todavía más lamentable:
“El Presidente de la República invitará a los partidos
políticos uruguayos a una etapa de profundización del debate
en el seno de los mismos y en ese sentido, en los próximos
días, convocará a las máximas jerarquías del Frente Amplio,
del Partido Nacional, del Partido Colorado, del Partido
Independiente y de la Unión Cívica, para entregarles la
información que se posee sobre este tema, elaborada por los
grupos técnicos bilaterales que están trabajando al
respecto”. 75 palabras que ilustran la manera de pensar –y
actuar– del Presidente:
1º - Tabaré invita a los partidos políticos, incluida la
coalición de partidos a la que pertenece y lo llevó a la
presidencia, a profundizar el debate en el seno de cada uno
de ellos. Curiosamente, la oposición (el Partido Nacional,
segundo en las últimas elecciones y el Partido Colorado,
tercero) son fervientes partidarios del TLC y no lograron
aprobarlo en el pasado, cuando conformaban un gobierno de
coalición, debido a la oposición del Frente Amplio (FA). Es
verdad que existen controversias y que algunas figuras
políticas pertenecientes al FA las manifiestan. Pero el
Congreso, la Mesa Política y las principales autoridades de
esta fuerza política se manifestaron oportunamente contra el
TLC.
2º - Si
bien Tabaré es el presidente de todos los uruguayos, no es
menos cierto que llegó a ese cargo con el voto de ciudadanos
convencidos por un programa de gobierno confeccionado y
aprobado colectivamente, divulgado durante la campaña
electoral y en el cual la prioridad en materia de
integración se centraba en el MERCOSUR, descartando
expresamente el Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA) y por extensión un TLC con EE UU. ¿Se pretende hoy
desconocer los alcances y validez de aquel programa?
3º - Por
más que ocupe la presidencia de la República, el cargo no lo
faculta a proponer a partidos que no son los suyos que
debatan internamente sobre el TLC con EE.UU. Además, de
realizarse los debates propuestos serían ejercicios
intelectuales meritorios, pero inútiles, desde el momento en
que no anuncia ningún mecanismo o instancia para recibir
–menos aún discutir– las conclusiones a las que se arribe.
4º - Tal
parece que la vocería que el Presidente reclama para sí se
reduce a entregar información a los partidos políticos, a la
medida que vaya siendo elaborada por los grupos de técnicos
bilaterales que están trabajando en el tema. Coherente con
lo manifestado en su discurso del 9 de agosto, donde afirmó
que “el comercio no es asunto de ideología” él, que es un
hombre de la izquierda política elegido para un cargo
político, deja el tema en manos en los técnicos. No importa
que la ciudadanía ignore quiénes son esos técnicos y que no
los haya elegido.
5º - Por
último, es necesario subrayar que el comunicado presidencial
no menciona la forma en que participará la sociedad en la
discusión de un tema de tanta importancia. No es un olvido
menor.
¿Es posible que nuestro presidente-maquinista haya querido
girar a la derecha con mucha velocidad y descarrilado? En
poco tiempo más lo sabremos.
Enildo
Iglesias
© Rel-UITA
16 de agosto de
2006 |
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1 -
Una historia de silbatos, trenes y descarrilamientos,
11.8.06
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