Como Fernando Lugo, el Paí Oliva es
sacerdote. Ha sido un comprometido
testigo de la Revolución Sandinista
en Nicaragua, y un luchador de
primera línea en las últimas décadas
del Paraguay. Todos recuerdan su
presencia, su testimonio de fe bajo
las balas oviedistas del luctuoso
Marzo Paraguayo, en 1999. Él fue “el
cura de la resistencia democrática”,
e invaluable apoyo en nuestra lucha
ante la agresión de la transnacional
Delta & Pine a los pobladores de
Rincon-í. Hoy vive por voluntad
propia junto a uno de los
asentamientos más miserables de la
periferia asunceña (el Bañado Sur).
Allí conversó con Sirel para
compartir su mirada sabia y su
perspectiva sobre este momento de
euforia y entusiasmo.
-¿Ya no duerme más la siesta?
-Me ha costado mucho pero, no, ahora
doy clase de dos a tres y media.
-¿Clases…?
-De formación a los jóvenes a nivel
solidario.
-¿Qué pasó con el Parlamento Joven?
¿Continúa?
-Va a empezar una nueva etapa. En
medio de la contienda electoral la
gente que hacía algo estaba metida
de lleno en la campaña. Para no
partidizar el Parlamento y para no
estar invitando a alguien que no
estaba haciendo nada, pasamos por un
período de receso.
-¿Y aquí usted brinda esas clases
para quién?
-Para los adolescentes y jóvenes del
Bañado. Son unos 400 becarios.
-¿La situación del Bañado Sur…
difícil como siempre?
-Horrible, en los últimos años ha
empeorado mucho.
-¿Mucha pobreza?
-Miseria. La pobreza todavía pasaba,
pero esto ya es miseria. Además está
presente el tema de la droga, que
corre como quiere. La Policía cobra
coimas y apoya todo eso.
-¿La causa principal… ?
-Inciden distintas variables, pero
lo principal es la falta de trabajo.
-¿La juventud muy sufrida y
abandonada por el Estado?
-Abandonada totalmente y muy metida
en la droga. Y últimamente estamos
notando un incremento del
VIH/SIDA. Son normales los
embarazos precoces, sorpresas
tremendas, pero la mayor es cuando
se enteran de que también tienen
VIH.
-Perdieron los colorados, ¿quién lo
diría?
-Ni ellos imaginaban esa situación.
Uno veía cómo compraban votos aquí
en el Bañado, como se movían de
forma tan prepotente, y tenía mis
dudas. Pero el pueblo no aguantó
más. El muro de soberbia y desprecio
que construyeron, se les volvió un
trampolín por donde la gente saltó.
-¿Qué expectativas tienen con este
nuevo gobierno?
-Lo del nuevo gobierno son tres
etapas: comienzo, proceso y cambio.
El comienzo lo veré yo, lo verán los
jóvenes, pero el cambio lo verán los
hijos de la juventud. Es una frase
muy sincera y prudente. Es una
locura pensar o decir abiertamente
que esto va a cambiar pronto.
-¿La podredumbre está muy extendida?
-Los colorados lo pudrieron todo.
Donde toques salta corrupción.
-Manuel Escorza, hablando de su
Perú, dice: “Donde metes el dedo
salta el pus”…
-¡Igual! Fíjate que, ahora, en estos
últimos tres meses Paraguay
no tuvo gobierno. Es una locura.
-Usted ha manifestado su acuerdo con
la implantación de un plan de
emergencia alimentaria, pero
enfatiza al mismo tiempo en la
generación de empleo como un modo
para superar la pandemia del hambre.
-El teólogo José Comblin
(pionero de la Teología de la
Liberación), comenta sobre el
programa “Hambre Cero” del gobierno
brasilero: “La orientación de este
programa ha sido muy discutida. Dar
comida a los que tienen hambre es la
solución de la burguesía
tradicional. Dan comida, pero no
solucionan ningún problema”. Claro
que se debe atender la urgencia,
pero no basarse exclusivamente en la
donación de bolsas de comida, sino
en la generación de empleo, y de un
empleo decente.
-¿Hay que fomentar la cultura del
trabajo?
-Que se ha perdido totalmente y la
gente no tiene la culpa. Lo que
ocurre es que, en muchos casos, aún
trabajando la gente igual no sale de
la miseria.
-¿Qué cosa no tendría que hacer
Lugo?
-Tantas cosas (risas)… Ahora estaba
escribiendo un artículo sobre saber
elegir entre lo más urgente y a la
gente más capacitada para dar
solución a esas urgencias. El otro
día escuché a un sindicalista del
sector público demandando un
incremento salarial del 20 por
ciento. Tal vez habría que subir un
30 por ciento, pero ¿qué hacemos con
los miles de paraguayos en edad de
trabajo que no reciben nada?
-En el Marzo Paraguayo de 1999,
cuánta esperanza, cuánta expectativa
surgió de aquellas noches de lucha y
rebeldía, pero el cambio no llegó.
-En verdad muchos no creíamos que
iba a nacer otro Paraguay. Sí
nos fuimos convencidos luego de la
movilización extraordinaria de la
gente, de que Lino Oviedo no
iba a ser Presidente, y eso era
suficiente.
Nosotros estuvimos junto a los que
tiraban piedras, no pudimos elaborar
nada más en esos momentos. Tal vez
esa era la misión de quienes
asistían a todo aquello por
televisión, pero no les interesó.
Había cuatro o cinco senadores y
diputados ahí, ¿qué paso con el
resto?
Lo que quiero significar es que la
palabra CAMBIO, yo nunca la
había escuchado hasta ahora. Hoy es
una palabra clave, y esa es la
diferencia. Ahora sí hay esperanza y
no se debe fracasar.
-En aquel momento un río de gente
pudo con los tanques de guerra, con
los francotiradores, el problema
estuvo después y en la poca densidad
organizativa del pueblo.
-Un río que se desborda y vuelve a
su margen. El cambio vendrá no sólo
de la mano de Lugo o de 20 o
30 estrategas. El pueblo debe
organizarse y presionar por ese
cambio.
-Porque los que dominan al pueblo
están organizados y van a
reaccionar.
-No tengas la menor duda. Si aquí,
por ejemplo, se define un impuesto a
la soja que no tiene ninguno, si se
decide impulsar un impuesto a la
renta, habrá serias dificultades
generadas por los sectores afectados
y los medios de comunicación que se
nutren de esos señores.
-La extranjerización de la tierra en
Paraguay y el desordenado
crecimiento del monocultivo sojero,
son temas preocupantes.
-Ayer me dijeron que China
tiene el poder para cambiar a toda
la clase trabajadora en 15 años.
Bueno, los trabajadores son una
simple tuerca de la máquina global,
que cuando se rompe se tira. Con la
tierra está pasando lo mismo, dentro
de algunos años estaremos perdiendo
este recurso. Para alimentar las
vacas europeas o chinas perderemos
suelo, mientras miles de campesinos
abandonarán sus tierras.
-¿Es optimista?
-El camino que está por delante
comienza en la noche, el proceso va
a ser en la noche. El amanecer no lo
vamos a ver, pero lo importante es
caminar hacía él.
-En la noche de ese caminar, alguna
lucecita tenemos que ver…
-Viste que la noche es más oscura
cuando se aproxima el amanecer.
Esperemos que no sea así, y que las
lucecitas nos lleven a la llamarada.