Reunidos en la XXXV Cumbre del Mercosur,
en Tucumán, Argentina, jefes de estados
miembros y miembros asociados del grupo
condenaron, en declaración conjunta
divulgada ayer la "Directiva de
Retorno", aprobada el día 18 de junio
por el Parlamento Europeo. Los
presidentes sudamericanos solicitan a la
Unión Europea que reflexione sobre su
posición a fin de garantizar los
derechos humanos de los migrantes.
Los presidentes instruyen a sus
ministros de Relaciones Exteriores a
adoptar las medidas necesarias para que
consulados, secciones consulares y
embajadas resuelvan los problemas que
puedan ser ocasionados por la Directiva.
En la declaración, ellos denuncian que
la medida es contraria a la propia
normativa europea sobre el derecho
humanitario consagrado en el Convenio
Europeo de Derechos Humanos y en la
Carta de los Derechos Fundamentales de
la Unión Europea.
"La legislación aprobada cuestiona el
‘interés superior de los niños’,
consagrado en la Convención de las
Naciones Unidas de los Derechos de la
Niñez; dificulta el principio de la
reunificación familiar y avanza
restrictivamente sobre los derechos y
obligaciones establecidos en el
protocolo sobre el estatuto de los
refugiados (1967)", afirman.
Recuerdan también que la medida
constituye una contradicción con la
histórica hospitalidad de los pueblos
sudamericanos, pues, durante siglos,
inmigrantes procedentes de todo el mundo
llegaron al continente siendo recibidos
sin criterios. "Reivindicamos el aporte
positivo de nuestros migrantes
connacionales en todos los países de
destino de la Unión Europea,
tanto en el plano social y cultural como
en el económico, según constataron
estudios científicos europeos sobre la
materia", resaltan.
Los mandatarios señalan que la forma de
organizar los flujos migratorios es
cooperar, en el marco del principio de
responsabilidad compartida, para generar
desarrollo socioeconómico en los países
de origen de los migrantes. Otras
soluciones destacadas por ellos son:
abrir los mercados del mundo
desarrollado a los productos de los
países en desarrollo y eliminar los
subsidios y distorsiones comerciales.
En un comunicado divulgado el 30 la
Confederación General de Trabajadores
del Perú (CGTP) también rechaza
la Directiva de Retorno. Ellos piden que
los gobiernos se posicionen en relación
con esa medida. "No nos parece correcto
que, por un lado se pretenda abrir los
mercados a los productos, bienes y
servicios, mientras se cierran las
fronteras a las personas generadoras de
la riqueza", declaran.
"La CGTP exige a los gobiernos de
América Latina, y especialmente
al de Perú, que tomen una actitud
consecuente y firme en defensa de los
derechos fundamentales, de la salud y
del bienestar de los trabajadores y de
sus familias que puedan estar afectados.
La respuesta de nuestros gobiernos tiene
que ser solamente una: no más políticas
de puertas abiertas a los poderosos,
mientras no recibamos un tratamiento
equitativo", finalizan.