En la carrera Séptima, número 3349, Centro Internacional de
Bogotá, existe un viejo edificio;
en el segundo piso se encuentra la
oficina de UITA-UNAC. Eso
no significa nada, lo importante es que
el séptimo piso del mismo inmueble era
frecuentado por el maestro Orlando
Fals Borda -padre de la sociología
en Colombia- para asistir a sus
tertulias con los dirigentes del Frente
Social y Político, sector de la
izquierda que se integró al Polo
Democrático Alternativo y del cual fue
su Presidente honorario.
A finales de noviembre de 2007 coincidimos esperando el
elevador y, como siempre, lo saludé,
pero en esta oportunidad con una
pregunta:
-¿Tiempo sin verlo, maestro?
-Me encontraba con la muerte –dijo, lacónico.
-Enfermo –repliqué al instante.
Con su caracterizada voz de acento Caribe, muy suave y
pausada, me contó que en julio de ese
año, luego de un infarto, los médicos lo
declararon muerto. Ya en la morgue, una
sobrina también médica descubrió ligeros
latidos en su corazón, alertó a sus
colegas y éstos lo reencontraron con la
vida, no sin cierta vergüenza por haber
ignorado su verdadera situación de
salud.
Lo acompañé al séptimo piso, pero por ser tan temprano como
las 8 de la mañana no encontró a nadie,
así que le invité a nuestra oficina a
tomar un café.
Me preguntó sobre las futuras elecciones en la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT) a
realizarse en mayo de 2008. Le comenté
las dificultades internas por razón de
las diferencias políticas e ideológicas
entre sectores. Apuró el café en sus
labios, tomó el bastón de madera que lo
acompañaba y, mientras se retiraba a
cumplir su compromiso, le escuché lo que
para mí resultaría su última frase:
“El dogmatismo de las diferentes
tendencias de izquierda tiene paralizado
al Polo, y en consecuencia a la CUT, y
ese dogmatismo es el que conspira contra
la construcción de un nuevo proyecto de
sociedad”.
Este venerable anciano que, sin que lo supiéramos entonces,
visitaba por última vez la UITA,
murió el martes 12 de agosto a los 83
años. Al contrario del corazón, en esta
ocasión el hígado no le dio otra
oportunidad.
Fue velado en la Universidad Nacional, en la cual creó la
Facultad de Sociología que llevará su
nombre en honor a su vida y obra. El
maestro Fals Borda, como se le
reconocía en el mundo de la academia, la
política, el sindicalismo,
organizaciones sociales y culturales,
produjo con su obra plasmada en varios
libros, algunas tesis de ambición
democrática como la descentralización
del Estado para incluir a la Colombia
de la periferia. También libros y
ensayos sobre la sociología como
Investigación-Acción-Participativa (IAP),
según la cual el sociólogo no sólo debe
observar, sino involucrarse en la
transformación social. El maestro fue un
practicante incansable de su propia
tesis, haciendo de los campesinos y sus
causas sociales el amor de su vida. Por
eso escribió, entre otros libros, “El
hombre y la tierra de Boyacá”,
“Campesinos de los Andes” y “La
Violencia en Colombia”.
Fue hombre de primera fila en la creación de la Alianza
Democrática–M19, luego de la
desmovilización del guerrillero
Movimiento 19 de Abril; impulsor de la
Asociación Nacional de Usuarios
Campesinos (ANUC), acompañó el
proceso de constitución de la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT),
cofundador del Polo Democrático
Alternativo, cofundador con Gabriel
García Márquez de la Revista
Alternativa, de clara tendencia de
izquierda y de denuncia y oposición
contra el gobierno de Julio César
Turbay Ayala (1978-1982), que
para detener la ofensiva del M-19
después del robo de 5.000 armas al
Ejército, creó el terrorífico Estatuto
de Seguridad, instaurando así una noche
oscura de desapariciones, torturas y
exilios.
El maestro Fals Borda fue torturado en las
caballerizas de Usaquén (Batallón
del Ejército en Bogotá); su
esposa, también socióloga, encarcelada
por dos años. La resistencia civil
enfrentó esa jornada de terror con la
consigna: “Paz y Constituyente”, y el
maestro, de la mazmorra de tortura pasó
a encabezar la lucha hacia la
Constituyente del 91. El pueblo lo
eligió, y allí introdujo en la nueva
Constitución Política de Colombia,
el artículo sobre el Ordenamiento
Territorial, una herramienta formidable
contra el feudalismo electoral, el
clientelismo y el monopolio de la
tierra. Fue el aporte del maestro a la
redacción de la Constitución del 91 que
nos rige en la actualidad. La
reglamentación de este artículo no será
posible de concretar tan fácilmente
debido a la oposición de los poderosos
intereses que ha puesto en peligro, pero
ya existe la semilla para enfrentarlos y
derrotarlos.
Confieso que idealizo la posibilidad de encontrar nuevamente
al maestro Orlando Fals Borda
esperando el elevador, y otra vez
escuchar su respuesta: “Me encontraba
con la muerte”.
Paz por siempre para el maestro, académico, escritor,
investigador, camarada y compañero, pero
ante todo, paz para un hombre sencillo
del pueblo.