Con el respeto debido a su cargo, pero también con la
libertad que me da el vivir en esta incipiente democracia,
le digo que no solamente no entiendo sino que tampoco estoy
de acuerdo con su conducta como gobernante con nuestros
conciudadanos campesinos.
En
diversas ocasiones usted ha dicho públicamente que proviene
"del Paraguay profundo". Lo cual creo interpretar que se
siente orgulloso de ser campesino e hijo de campesinos.
Sin embargo, ¿cómo es que usted aparece ahora de parte de
los latifundistas, defendiéndolos, enviando militares que no
están preparados para estos desalojos, y decretando una
represión digna de tiempos de la dictadura? ¿Es que no se da
cuenta del dolor de sus hermanos de clase social? ¿Es que no
sabe qué hacer?
Si
esto fuera sí, debería dejar a otro mejor preparado el
puesto que tiene. ¿Es que no le dejan las fuerzas económicas
que le llevaron a la Presidencia? ¿O es que sencillamente no
quiere, porque usted pertenece
también a ellas?
Señor Presidente, decídase usted y muéstrenos con quienes
está. Todavía está a tiempo. Aunque no le queda mucho.
Puede ser un Presidente que se la juegue por su Pueblo.
Usted va a contar siempre con él. Aunque lo mas seguro es
que las fuerzas económicas, que ahora le rodean, lo saquen
del cargo con un golpe de estado. No se preocupe, otra vez
le elegiremos. Y el Pueblo campesino y el Pueblo patriota
todo, habrá recobrado la esperanza.
Puede continuar con la represión que ha ordenado cuando se
quitó de en medio y viajó a Venezuela. Sepa entonces del
rechazo de los campesinos de su origen. Sepa también del
rechazo de todos los patriotas. Y cuando vuelva, tendrá que
esconder su rostro de vergüenza. Pertenecerá al grupo de los
explotadores de su Pueblo.
Me cuesta decirle
con todo respeto todo esto. Pero las ocasiones en la vida no
hacen al hombre ni malo ni bueno, sino demuestran lo que es.
Es la hora que usted decida públicamente lo que quiere ser.
Y no nos engañe más.
Francisco de Paula
Oliva (Paí
Oliva)
Nota del editor:
La carta fue remitida el 18
de noviembre, un día después de la violenta represión
ocurrida el 17 último en Resquín, Departamento de San Pedro.