Brasil

Represores admiten participación

en el Plan Cóndor

 

Jair Krischke, del Movimiento Justicia y Derechos Humanos de Brasil, aseguró hoy que uno de los militares más temidos durante la represión desplegada en la Amazonia en los 70, tema que ocupó las portadas de la prensa recientemente, fue enviado por la dictadura brasileña a Chile en 1975, para participar de la primera reunión del Plan Cóndor.

 

"Recién ahora podemos afirmar, cuando ya han pasado más de 3 décadas de aquel nefasto evento coordinado por el coronel chileno Manuel Contreras, que el mayor Thaumaturgo Sotero Vaz, alias Doctor Sabino" fue el representante brasileño en el encuentro de noviembre de 1975 celebrado en Santiago, con aprobación del dictador Augusto Pinochet, afirmó Krischke a ANSA.

 

Krischke se ha especializado en investigar la participación de Brasil en el Plan Cóndor desde la década del 80.

 

Su trabajo fue consultado por la Justicia de Italia, que en 2007 abrió proceso a 13 militares brasileños, entre ellos el ex presidente de facto João Baptista Figueiredo, acusado de participar en esa trama represiva responsable de ejecutar disidentes políticos en Sudamérica.

 

La comitiva brasileña recibida por el entonces jefe de la DINA Contreras estaba encabezada por el teniente coronel Flavio de Marco, hombre de confianza del general Figueiredo, quien en 1975 era el jefe de los servicios de inteligencia brasileños.

 

Los nombres de los brasileños enviados a la primera cumbre del Cóndor siempre fueron un misterio en Brasil pues éstos no firmaron las actas de la reunión, ya que participaron en calidad de observadores. Para Krischke, fundador del Movimiento Justicia y Derechos Humanos, el protagonismo de la dictadura brasileña en el Plan Cóndor fue "más importante de lo que se supone porque fue la dictadura brasileña la que apadrinó los golpes y alentó la aplicación con técnicas represiva que fueron utilizadas primero en Brasil.

 

Un ejemplo lo fue el accionar de elementos de la policía política y los servicios de inteligencia brasileños en Uruguay y Chile en los primeros años 70, mencionó como ejemplo. En el caso uruguayo para adiestrar a la policía local en técnicas de tortura, aplicadas en Brasil desde el golpe de 1964 y en el de Chile con el envío de agentes para desestabilizar al gobierno de Salvador Allende.

 

Otro precedente, apunta Krischke, fue la presencia de represores brasileños en los interrogatorios comandados por efectivos chilenos en el Estadio Nacional de Santiago tras el golpe de 1973.

 

Si aún se sabe poco sobre la intervención de la dictadura brasileña en el Plan Cóndor, "es porque hay muralla legal y la indiferencia del gobierno impiden investigar" lo ocurrido, apuntó a ANSA.

 

Para la organización Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos es posible que los militares aún impunes en Brasil sean procesados en las cortes de países suramericanos. "Hasta hoy aquí la situación es distinta a la Uruguay, donde está preso e ex dictador Goyo Álvarez, Argentina donde está preso el dictador Jorge Videla o Chile, que procesó y encarceló al ex jefe de la Dina Contreras", comparó Krischke.

 

"En Brasil el estado no investigó nada, ni procesó a un sólo militar porque sigue" en vigor la Ley de Amnistía del general Figueiredo, presidente de facto entre 1979 y 1985, comparó.

 

Sin embargo la "cortina de desinformación" comenzó a descorrerse en las últimas semanas cuando un ex mayor del ejército, reveló archivos del régimen con documentos sobre torturas y desaparición de guerrilleros en la región de Araguaia, Amazonia brasileña.

 

El mayor retirado del Ejército, Sebatião Curió Rodrigues de Moura, entregó a la prensa papeles sobre la represión a la Guerrilla de Araguaia, brazo armado del Partido Comunista do Brasil, que estableció un foco rebelde en la Amazonia.

 

Fue un hecho inédito que "derrumbó de un golpe" la tesis de la cúpula militar según la cual en Brasil no quedaban archivos de la represión, afirmaron organismos de derechos humanos brasileños. Paradójicamente, sostiene el abogado Krischke, las informaciones que comienzan a conocerse de la "guerra sucia" en la Amazonia dejan ver un hilo conductor que llevan hasta Chile.

 

En los documentos presentados hace algunas semanas por el ex represor Curió se menciona la participación del ex mayor Thaumaturgo Sotelo Vaz en la eliminación de los guerrilleros que establecieron un foco rebelde en la Amazonia.

 

También el jefe de la misión brasileña a la primera reunión del Cóndor, el teniente coronel De Marco, había sido, antes de viajar a Santiago de Chile, uno de los jefes de las desapariciones de decenas de personas en la Amazonia.

 

Los casos de torturas y desapariciones ocurridos en la selva brasileña fueron presentados ante la Comisión Interamericana de Justicia que meses atrás abrió un proceso contra el estado brasileño por esos delitos.

 

Tomado de Ansalatina.com

7 de julio de 2009

 

 

N de E: Agradecemos el envío de esta nota a Jair Krischke

 

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