Brasil
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Campaña
Contra la Violencia en el Campo
Liberan más de 1.100 esclavos en la Amazonia |
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En la hacienda, los trabajadores dormían
en locales abarrotados, con cloacas abiertas, les daban comida en mal
estado y agua insalubre para el consumo, además de salarios de 10 reales
por mes (4,5 dólares aproximadamente)
La policía federal e
inspectores de trabajo brasileños liberaron el lunes a 1.106
trabajadores esclavos en una plantación de caña de azúcar en el Estado
de Pará, en la zona amazónica. Los esclavos fueron liberados de una
propiedad de la compañía agrícola PAGRISA (Pará Pastoril y
Agrícola S.A.), cercana a la ciudad de Ulianópolis, en el amazónico
Estado de Pará. Esta empresa produce cerca de 50 millones de litros de
alcohol (etanol) por año y cuenta en el mismo local con un ingenio que
produce 200 quilos de azúcar por día. El principal comprador de etanol
de la empresa es la estatal Petrobas.
La liberación es la
mayor jamás realizada por las autoridades desde que en 1995 el Gobierno
comenzara a combatir el trabajo forzado. Las personas liberadas,
mayormente hombres de entre 18 y 40 años, habían sido captadas en
Estados del noreste del país y trasladadas a la Amazonia. Hay entre 25
mil y 85 mil esclavos en Brasil, según las estimaciones de
diferentes organizaciones.
"Sé que parece que
estuviésemos hablando del siglo XIX y estamos en el XXI, pero hablamos
de esclavitud. La diferencia es que aquí no hay distinción de razas: hay
negros, blancos, indígenas. El denominador común es que todos son
pobres, muy pobres", comenta Luis Machado, de la oficina
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Brasilia.
Habían sido
"contratados" por los llamados gatos -agentes que actúan en
nombre de los hacendados o empresas- en los paupérrimos Estados de
Maranhão y Piauí, a cientos de kilómetros de allí, en el noreste del
país.
"Van allí y les
prometen buenos salarios. A los que aceptan les adelantan dinero para el
transporte, para la comida del primer mes y para el alquiler de los
instrumentos de labranza. Cuando comienzan a trabajar no les pagan y
quedan esclavizados por la deuda contraída. Los liberados en Pará
estaban en una plantación de caña de azúcar, pero la mayor parte de
estos esclavos los utilizan en las labores de deforestación en la
Amazonia profunda, lugares de acceso difícil donde es complicado
para las autoridades detectar el trabajo esclavo", explica Machado.
Según el fiscal y
coordinador de la acción, Humberto Célio Pereira,
había trabajadores que recibían apenas 10 reales por mes, ya que los
descuentos ilegales realizados por la empresa se llevaban casi todo el
salario que debían percibir. También informó que la comida proporcionada
por la empresa estaba en mal estado. El agua para beber, según relataron
los trabajadores, es la misma que se utiliza en el riego de la caña y de
tan sucia, parece caldo de habas.
Los pocos esclavos
que logran escapar van a las iglesias más cercanas para hacer la
denuncia porque no se fían ni de la policía ni de las autoridades
civiles locales. "Ha habido casos en que la policía ha devuelto a los
trabajadores a las haciendas, recibiendo allí castigos muy duros", dice
Machado. Una vez liberados, los trabajadores tienen pocas
opciones: pueden volver a sus lugares de origen o buscar un empleo legal
en la zona donde habían sido esclavizados. El Gobierno les da un magro
subsidio por un periodo de tres meses que resulta totalmente
insuficiente.
Contra los
esclavistas, las autoridades toman varias medidas. "Se abre un proceso
en un tribunal laboral y, al mismo tiempo, en uno penal. Inmediatamente
se les aplica una multa que puede superar los 470 mil dólares", dice
Machado. En los últimos años se han detectado 160 haciendas o
propiedades donde se empleaba mano de obra esclava y, desde 2004, los
nombres de sus propietarios se hacen públicos a través de Internet.
Desde 1995 han sido liberados 18.464 trabajadores.
Rel-UITA
9
de julio de 2007 |
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Fuentes: El País de Madrid, Cartamaior
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