El pasado 5 de marzo diversos
partidos progresistas, movimientos y
organizaciones sociales encabezados
por el Frente Farabundo Martí para
la Liberación Nacional (FMLN)
confluyeron en un acto público en el
cual conformaron la Unión Nacional
por el Cambio (UNC), en torno a la
candidatura presidencial de Mauricio
Funes. Las elecciones se celebrarán
el domingo 15 de marzo y muchos
vaticinan el triunfo de Funes.
Esta alianza de las
fuerzas progresistas salvadoreñas
reunidas en la UNC es la
reedición de la Unión Nacional
Opositora (UNO), cuyas
victorias electorales de los años 70
les fueran arrebatadas por sendos
fraudes realizados por los
militares. Conviene, entonces, hacer
algo de historia para refrescar los
antecedentes de la UNO.
En 1972 el Partido
Demócrata Cristiano, la Unión
Democrática Nacionalista (expresión
electoral del Partido Comunista
Salvadoreño) y el Movimiento
Nacional Revolucionario (miembro de
la Internacional Socialista),
conformaron la UNO que detonó
un vigoroso movimiento social y
popular, desembocando en sendos
triunfos electorales en ese año y
luego en 1977. En ambos casos el
partido de la dictadura militar, el
PCN, efectuó burdos fraudes
electorales acompañados con jornadas
de represión que acabaron con los
principales dirigentes de la UNO
en las cárceles, asesinados, en el
exilio o en la clandestinidad. El
carismático candidato presidencial
de la UNO, José Napoleón
Duarte, terminó apaleado y en el
exilio.
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Papeleta de Votación
Elecciones
Presidenciales febrero
1972 y Símbolo de la
Unión Nacional Opositora
UNO con los
emblemas del MNR,
PDC y UDN.
Fuente:
Periódico Contrapunto. |
La matanza del 28 de
febrero de 1978 en el parque
Libertad, en pleno centro de San
Salvador, ahogó en sangre y fuego
los últimos reductos de la protesta
cívica pacífica contra el fraude
electoral.
Un año después, en octubre de 1979,
un golpe de Estado dirigido por
militares jóvenes abriría un corto
período que significó una pequeña
ventana de esperanza para evitar la
inminente guerra civil.
Sin embargo, tras
meses de convulsión y de varias
Juntas Revolucionarias de Gobierno,
se realizó el reposicionamiento de
las fuerzas militares leales a la
oligarquía, las cuales desataron una
feroz represión que incluyó el
asesinato de Monseñor
Arnulfo Romero y de miles
de civiles.
Muchas organizaciones
populares y sociales sintieron
entonces que no había más que perder
frente a la escalada represiva, y
ese descontento hizo crecer
exponencialmente las organizaciones
político-militares que en 1980
conformaron el Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional
(FMLN), y que por doce años
se enfrentó a un ejercito financiado
con un promedio de 1 millón de
dólares diarios por el gobierno de
los Estados Unidos.
En esa coyuntura
apareció nuevamente la controvertida
figura de José Napoleón Duarte,
quien se incorporó a la Junta
Revolucionaria de Gobierno en marzo
de 1980. Fue electo como Presidente
en 1984 y mantuvo una alianza con un
sector del Ejército y el gobierno de
Estados Unidos para
implementar un proyecto de
“reformismo democrático” en medio de
un conflicto armado
contrainsurgente.
La Unión Nacional por el Cambio
Luego de las
elecciones de diputados y alcaldes
del pasado 18 de enero, en las
cuales el FMLN se agenció la
mayoría de los votos con una
considerable ventaja sobre la
derechista ARENA, se avecinan
las elecciones presidenciales en las
cuales únicamente participan dos
candidatos: Mauricio Funes
por el FMLN, y Rodrigo
Ávila por ARENA. Esto
implica que no habrá segunda vuelta,
y que el próximo domingo 15 de marzo
habrá un Presidente electo, así sea
por una mínima diferencia.
Así las cosas, el
pasado 5 de marzo, 37 años después
de aquel primer gran triunfo
electoral de la UNO del 20 de
febrero de 1972, ésta pareció
revivir en un hotel de San Salvador
cuando nuevamente las fuerzas
progresistas ahora incluidas en el
FMLN, las bases de la
Democracia Cristiana
-autodenominadas “la vieja
guardia”-; el social cristiano
Cambio Democrático (CD), el
Partido Social Demócrata (PSD),
algunos disidentes del FMLN y
un importante abanico de fuerzas
sociales, movimientos gremiales y
empresariales conformaron la llamada
Unión Nacional por el Cambio
(UNC), para respaldar la
candidatura del periodista
Mauricio Funes.
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Publico asistente a la
presentación de la UNC
el pasado 5 de marzo |
Pese
a que los medios de comunicación
masiva reportaron el evento de una
manera bastante distorsionada (como
la presentación de un “posible”
gabinete de gobierno), en realidad
era imposible para los presentes no
hallar la similitud histórica entre
la UNC y la UNO. De
hecho, este símil apareció
recurrentemente en varias de las
oratorias de ese día. Por su parte,
Mauricio Funes fue enfático
al afirmar que antes de definir un
gabinete “primero tenemos que
ganar”.
Fue notoria la
presencia de las bases del Partido
Demócrata Cristiano que inundaron de
su tradicional color verde el salón
del evento. Se destacó también la
presencia del doctor Héctor
Dada Hirezi, miembro del
CD y prominente dirigente
demócrata cristiano en la década de
los 70, quien también entonces fue
miembro de la primera Junta
Revolucionaria de Gobierno. También
estuvo presente Jorge Mélendez,
ex comandante guerrillero y
secretario general del Partido
Social Demócrata, una de las
primeras escisiones del FMLN
ocurrida a mediados de la década de
los 90. Lolita Chávez,
dirigente histórica del PDC
que levantó los ánimos de la
concurrencia con su carismático
discurso en favor de la candidatura
de Mauricio Funes, y en
reproche a la alianza que la
dirigencia de su partido ha pactado
con el candidato oficialista. Por su
parte, Mauricio Funes estuvo
flanqueado por su esposa, Vanda
Pignato, y por el vocero oficial
del FMLN, Sigfrido
Reyes, un militante de larga
experiencia surgido de la Juventud
Comunista del PCS a finales
de los 70.
A pesar de las
grandes dificultades que supone para
las fuerzas progresistas la
conformación de “Frentes Amplios”,
la izquierda salvadoreña logró la
reedición de la UNO como conclusión
de los esfuerzos realizados para la
conformación de un gobierno de
unidad nacional que sustituya al
actual régimen neoliberal que ha
administrado el aparato estatal los
últimos 20 años.
Es de hacer notar que
en una reciente entrevista con el
periódico digital El Faro, el
politólogo español Manuel
Alcántara, declaró que los
medios de comunicación masiva “no
están jugando limpio”, en clara
alusión a la abierta parcialidad en
contra del candidato de la
izquierda, y en su participación en
una campaña orquestada de calumnias,
miedo y desprestigio contra el
FMLN y su candidato, coordinada
desde la misma Casa Presidencial.
|
Lolita Chávez,
dirigente de la “Vieja
Guardia” del Partido
Demócrata Cristiano en
su discurso de apoyo a
la candidatura de
Mauricio Funes |
El evento de
presentación de la UNC fue
abierto con las palabras de un
obispo luterano, seguido por la
intervención del doctor José
Domingo Méndez, ex magistrado,
presidente de la Corte Suprema de
Justicia en la década de los 90 y
miembro del grupo de profesionales
denominado Concertación Democrática
Nacional, quien destacó que los
únicos partidos que suscribieron una
propuesta de su agrupación
denominada “Pacto de Fidelidad a la
Constitución” fueron el FMLN
y el CD.
Por su parte,
Emilio Tochez, también
prominente miembro del PDC
que ocupó diversos cargos públicos,
manifestó la importancia de votar
por el FMLN y Mauricio
Funes con el objetivo de sacar a
los areneros del gobierno.
Confesando que sería la primera vez
que votaría por el partido de
izquierda, cerro con un desafiante “¡Y
qué!”.
|
Miembros de la UNC
atentos al mensaje del
candidato del FMLN,
Mauricio Funes |
De hecho, los apoyos
se han venido sumando al “Frente
Amplio” que encabezan Mauricio
Funes y el FMLN. En la
mañana del mismo 5 de marzo, el ex
candidato presidencial del PCN,
el pastor evangélico Tomás Chévez,
se pronunció a favor de la
candidatura de Funes, en un
acto público en el que mostró su
arrepentimiento de haber concursado
como candidato del otrora partido de
las dictaduras militares, el mismo
que ilegal e inconsultamente le
retiró de la carrera presidencial
para favorecer al candidato del
ARENA.
Las fuerzas militares
leales a la oligarquía
desataron una feroz
represión que incluyó el
asesinato de Monseñor
Arnulfo Romero y de
miles de civiles. |
El movimiento sindical
Por su parte, la
Confederación Sindical de
Trabajadoras y Trabajadores de El
Salvador (CSTS) en la noche del
pasado 4 de marzo, llenó el
anfiteatro de la ex Feria
Internacional de San Salvador.
Mauricio Funes asumió compromisos
con los sindicalistas en los temas
del empleo y del respeto a los
derechos laborales, como ya lo había
hecho el 9 de diciembre de 2008 en
un acto organizado por el Frente
Sindical Salvadoreño (FSS), una
coalición de sindicatos de
izquierda.
Mauricio Funes,
con una voz ronca y desgastada por
las incesantes intervenciones
públicas de los últimos días de la
campaña electoral, compartió con los
2.000 asistentes al evento que, como
periodista, le tocó cubrir
elecciones en diversos países
alrededor del mundo, pero que nunca
había sido testigo de una campaña
tan sucia como la que él está
enfrentando en este momento.
Aseguró que todo
apunta a que esta campaña sucia se
incrementará en la semana previa a
las elecciones, pero reafirmó su
confianza en que el pueblo
salvadoreño saldrá adelante, porque
“cuando la bestia se siente herida
hace todos los esfuerzos por pegar
la última mordida, pero para esto
tendría que morder a cientos de
miles y millones que creemos en el
cambio”.
|
Mauricio Funes,
candidato del FMLN,
5 de marzo de 2009.
Presentación de la
Unidad Nacional por el
Cambio. |
Frente a la
concurrencia, Mauricio Funes
mencionó que había decidido realizar
en ese escenario su “Manifiesto a la
Nación”, y que había escogido ese
momento porque evidenciaba la unidad
nacional que en el mismo Manifiesto
declara como “una necesidad
histórica”.
En su Manifiesto,
Funes afirmó que las décadas
pasadas no han sido de alternancia
en los gobiernos, sino más bien una
sucesión de partidos oficialistas
que, según sus palabras, han operado
una “usurpación de la voluntad
ciudadana”, ya que en el sistema
electoral actual no hay espacio para
iniciativas independientes fuera de
los partidos políticos, por lo que
señaló la necesidad de poner fin “a
los gobiernos de partidos”.
Funes recalcó algunos
de sus compromisos poniendo énfasis
en varios ejes que la campaña sucia
ha tomado como prioritarios. Por
ejemplo, manifestó su compromiso
irrestricto con el respeto a la
Constitución, se comprometió
enfáticamente a que no buscará la
reelección, e instó a los asistentes
a que trabajen junto a sus partidos
para construir relevos democráticos.
Además, recalcó el respeto a las
libertades, la propiedad privada y
una política exterior independiente
en clara alusión a la campaña sucia
que le ha señalado como una “pieza
del ajedrez del presidente
venezolano Hugo Chávez”.
En uno de los
momentos más emotivos de su
intervención, reconoció el esfuerzo
y dedicación de la militancia del
FMLN en la campaña electoral,
señalando su seguridad en que las
bases de los partidos y movimientos
que ahora conforman la Unidad
Nacional por el Cambio tendrán
la misma actitud en lo que falta
hasta el acto electoral, y después,
en la conformación de un gobierno de
unidad nacional.
Asimismo, señaló:
“Tendremos que hacerle frente a una
crisis. Sabemos que será una
situación difícil”, y para eso
“debemos superar la crisis acumulada
por el mal desempeño gubernamental”.
|
Mauricio Funes,
candidato del FMLN,
5 de marzo de 2009.
Presentación de la
Unidad Nacional por el
Cambio. |
Funes
concluyó su discurso diciendo que
“La campaña del miedo ha fracasado,
porque tenemos más conciencia
cívica, y sabemos distinguir entre
una ruta nueva y el viejo camino del
continuismo. Estamos en una hora
decisiva. ¡Por eso debemos tener el
coraje para cambiar!”.
Sin duda estas
elecciones serán un parte aguas en
la historia salvadoreña.
La izquierda y las fuerzas
progresistas llegan unidas, como en
la década de los 70, reeditando una
nueva oportunidad para saldar las
deudas históricas de un pequeño país
centroamericano que aún se debate en
las consecuencias de su
convulsionado pasado.