El ex
gobernante de facto Augusto Pinochet, de
91 años, falleció el domingo 10 de
diciembre en el Hospital Militar de
Santiago de Chile. Pinochet enfrentó una
prolongada batalla legal por sus
responsabilidades en graves violaciones
de Derechos Humanos y delitos de lesa
humanidad sin haber recibido sentencia,
lo que debe hacer notar a los gobiernos
la importancia crucial de no retrasar la
acción de
la justicia, lo que a
menudo conlleva denegársela también a
las víctimas
La muerte de Pinochet no cierra el
capítulo más oscuro de la historia de
Chile, una etapa que estuvo marcada por
gravísimas violaciones de derechos
humanos y por la impunidad. Ahora está
en manos del poder judicial chileno
evitar que reine la impunidad en el país
llevando ante los tribunales a todos los
responsables de graves violaciones de
derechos humanos durante el gobierno
militar.
Amnistía Internacional seguirá actuando
en favor de que se haga justicia a las
víctimas de las violaciones de derechos
humanos cometidas durante el régimen de
Pinochet. Seguiremos exigiendo que todos
los obstáculos a la justicia,
especialmente que la Ley de Amnistía
(Decreto 2.191) -promulgada durante el
gobierno de Augusto Pinochet y que,
hasta ahora, ha protegido del
procesamiento a los autores de
violaciones de derechos humanos- se
declare nula y sin efecto.
En los últimos 30 años, miles de
víctimas y familiares de víctimas de
violaciones de derechos humanos
cometidas por el gobierno de Pinochet en
Chile y otros países latinoamericanos
han manifestado a Amnistía Internacional
su convicción de que sólo la justicia
ayudará a curar las heridas. Lo que
reclaman, y merecen, es que los
responsables de los abusos contra los
derechos humanos cometidos en Chile sean
juzgados por un sistema judicial
independiente, un paso con el que Chile
demostraría al mundo que ya no va a
tolerar la impunidad.
Si no se hace justicia, el mensaje
transmitido será que el uso de la
tortura, los malos tratos y la
"desaparición" continúan siendo
tolerados en Chile.
Principales acontecimientos
Augusto Pinochet gobernó Chile entre
1973 y 1990, tras derrocar al presidente
socialista Salvador Allende el 11 de
septiembre de 1973.
Durante el régimen de Pinochet hubo
informes sobre miles de casos de
violaciones de derechos humanos.
Según el informe elaborado en 1991 por
la Comisión Rettig (Comisión Nacional de
Verdad y Reconciliación de Chile), 3.196
personas murieron como consecuencia de
la violencia política durante el régimen
de Pinochet. De estas, 1.185 continúan
desaparecidas.
El Estadio Nacional y la Villa Grimaldi
-donde la actual presidenta chilena,
Michelle Bachelet, y su madre estuvieron
recluidas en 1975- están entre los
centros de detención a los que fueron
conducidas las personas detenidas en su
mayoría. El último es actualmente un
centro conmemorativo.
Desde 1998, Pinochet fue acusado de
decenas de violaciones de derechos
humanos pero hasta la fecha no se ha
enfrentado a juicio debido a barreras
legales -en particular, la inmunidad de
que disfrutó como ex presidente y
senador- y a problemas de salud.
Al momento de su fallecimiento Pinochet
estaba procesado ante los tribunales
chilenos en relación con una
investigación financiera -el caso Riggs-
y cinco causas de derechos humanos:
Villa Grimaldi, Operación Colombo,
Operación Cóndor, la Caravana de la
Muerte y el caso Prats.
12 de diciembre de 2006
Equipo de Comunicaciones
Amnistía Internacional
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