Tres
años después del incendio del
supermercado Ycuá Bolaños, la peor
tragedia civil en la historia de
Paraguay, los familiares de los 364
muertos y de los más de 500 que
resultaron heridos entonces, ven cada
vez más lejos la condena judicial a los
responsables
Los recursos presentados uno tras otro por la defensa de los
acusados hacen que sea prácticamente
imposible que el proceso judicial con
miras a un nuevo juicio oral se inicie
el 8 de agosto, tal como fue establecido
por la Corte Suprema de Justicia en
diciembre.
La máxima instancia judicial de este país declaró nulo el
primer juicio, luego de que familiares
de las víctimas provocaran graves
desórdenes al considerar que las penas
impuestas por los jueces eran
excesivamente bajas. Pero esto no afectó
la acusación inicial de la Fiscalía Los
abogados de los accionistas del
supermercado presentaron en enero una
recusación contra dos de los tres
miembros del Tribunal de Sentencia que
debe juzgar el caso.
Esta medida debe ser resuelta, a su vez, por un Tribunal de
Apelaciones, que hasta ahora no ha
podido ser conformado porque los 19
jueces convocados se han excusado de
intervenir, alegando amistad o enemistad
con las partes, por ser allegado a
alguna de las víctimas o por el simple
hecho de ser vecino de la zona donde
ocurrió el siniestro, el 1 de agosto de
2004.
Liz Torres,
integrante de la Coordinadora de
Víctimas, Familiares y Personas Amigas
del Ycuá Bolaños, dijo a IPS que
la inhibición de jueces es indignante y
vergonzosa, y demuestra que la justicia
paraguaya es incapaz de funcionar con
"seriedad". "Desde el principio hubo
realmente un manoseo total, es penoso,
triste y terrible decirlo, pero así es.
Las casi 400 personas que se calcinaron
allí no lograron sensibilizar a esa
estructura", criticó. Además de la
recusación contra los jueces, hay otros
seis incidentes planteados por la
defensa de los acusados, entre ellos un
pedido de anulación del proceso, lo que
torna aun más sombrío el panorama para
el comienzo de la audiencia oral. Las
trabas surgidas para el inicio del nuevo
juicio "forman parte de una estrategia
de los acusados para dilatar el proceso,
que, incluso, podría ser archivado en
agosto de 2008 si no cuenta con una
sentencia", advirtió ante la consulta de
IPS Roberto Almirón,
representante de la Asociación de
Víctimas y Familiares del Ycuá Bolaños.
"Si una sencilla recusación contra los miembros del Tribunal
no puede resolverse, cómo van a resolver
los otros seis incidentes planteados por
la defensa de los acusados", se preguntó
Almirón. Según el Código Penal, si una
causa no recibe sentencia en un plazo de
tres años, automáticamente se extingue y
los procesados quedan libres de culpa y
cargo. Sin embargo, el fiscal acusador
Edgar Sánchez cree poco probable
que se llegue a esta instancia
frustrante. Alega que la ley 2.341, más
conocida como "Ley Camacho", por el
nombre de su autor, expresa tácitamente
que la presentación de incidentes
interrumpe automáticamente los plazos
procesales.
A pesar de ello, el abogado Alejandro Nissen, que
representa a 70 víctimas de la tragedia,
peticionó la semana pasada al Tribunal
de Sentencia que se interrumpan
"formalmente" los plazos procesales ante
el temor de la extinción de la causa.
"No queremos llevarnos una sorpresa y
que en unos meses los defensores de los
acusados pidan la extinción de la causa,
por lo que es necesario que tengamos una
resolución judicial", puntualizó
Nissen a IPS.
Están procesados y a la espera del juicio oral en esta causa
Juan Pío Paiva, propietario del
supermercado incendiado, su hijo
Víctor Daniel Paiva y el guardia del
establecimiento Daniel Areco.
Los tres permanecen encarcelados y
responden por los delitos de homicidio y
exposición de personas a lugares de
trabajo peligrosos. También están
imputados por este último delito los
demás miembros del directorio de la
empresa, Humberto Casaccia,
Antolina Burgos de Casaccia,
Agustín Alfonso y María
Victoria Cáceres de Paiva, esposa
del dueño del supermercado. Todos ellos
gozan de libertad ambulatoria.
En un comunicado emitido por las organizaciones de los
familiares y víctimas de la tragedia, se
denuncia la posibilidad de que el caso
se extinga debido a los recursos que
presenta la defensa. "Por casi tres años
vimos con impotencia que en nuestro
'mercado de juicios' los comerciantes de
sentencias utilizaron reiteradas
chicanas jurídicas para ganar tiempo y
llegar a la muy probable impunidad a los
culpables del mayor homicidio colectivo
en tiempos de paz, de la causa más
dolorosa, de la más emblemática, y de la
más vergonzosa que conozca la historia
jurídica paraguaya y hasta del mundo",
dice el documento.
Para las víctimas, el calvario judicial se hace cada vez más
doloroso. Rafael Benítez,
sobreviviente del incendio, lamentó la
falta de compromiso por parte de los
jueces que siguen desentendiéndose con
una causa que enlutó al país.
"Cada momento, el recordar a las víctimas me pesa. Mi hija,
Estela Benítez, falleció y su
esposo sigue con vida, pero con
secuelas. Esto se tenía que haber
solucionado hace mucho tiempo, y que
termine todo de una vez porque,
recordándole a mis seres queridos, me
pesa", dijo a IPS.
El primer juicio contra los Paiva y Areco, que
comenzó el 24 de julio de 2006, fue
anulado por la Corte Suprema de Justicia
luego de su brusca paralización en
diciembre por la violenta reacción de
los familiares de las víctimas durante
la lectura de la sentencia. En esa
ocasión, el tribunal consideró a los
acusados culpables del delito de
homicidio culposo, castigado sólo con
una pena de hasta cinco años de cárcel.
La Fiscalía había solicitado la condena por homicidio doloso,
que conlleva penas de hasta 25 años de
prisión, la máxima en la legislación
paraguaya, al argumentar que las puertas
del local fueron cerradas cuando comenzó
el fuego para evitar actos de vandalismo
o que los clientes se retirasen sin
pagar.
Mientras en la justicia sigue la cadena de inhibiciones de
jueces, las organizaciones de víctimas
se preparan para este recordar este
miércoles el tercer aniversario de la
tragedia. Con el lema "No hay paz sin
justicia, sí a la vida, no a las
mercaderías", el programa de actividades
incluye manifestaciones frente al
Palacio de Justicia, debates, una
muestra artística denominada "Arte por
la memoria" y una misa de acción de
gracias frente a las ruinas del ex
supermercado, hoy convertido en un
santuario.
El incendio del supermercado Ycuá Bolaños, en Asunción, se
inició a las 11:25 hora local, cuando el
recinto se encontraba abarrotado por más
de 800 personas. Una explosión en el
sistema de gas de la cocina se propagó
hacia el patio de comidas y arrasó con
las dos plantas del edificio, incluyendo
el estacionamiento. Supervivientes de la
tragedia afirman que eso provocó una
estampida hacia las salidas, pero al
llegar a las puertas, descubrieron que
estaban cerradas.
Según artículos de prensa y declaraciones de testigos durante
el proceso criminal, las puertas fueron
clausuradas por órdenes de los
empresarios con el fin de no dejar que
nadie saliera sin pagar por los bienes
del supermercado.
La Secretaría de Emergencia Nacional confirmó hasta ahora la
muerte de 364 personas, luego de que
pruebas de ADN lograran identificar
varios restos óseos en el último año.
Aún permanecen en calidad de
desaparecidas otras 11 y muchas de las
alrededor de 500 que resultaron heridas
aún luchan por superar las secuelas.
David Vargas
IPS
2 de agosto de 2007
Foto: gentileza diario La República
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