En
junio pasado, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo
Infantil, se firmó un acuerdo tripartito
entre los
representantes de los empleadores del sector agrícola, las
organizaciones sindicales y el gobierno, con el objetivo de
aunar esfuerzos para erradicar este flagelo antes de 2020.
Sirel conversó en exclusiva con la ministra del Trabajo,
licenciada Jeannette Chávez, para evaluar los resultados
logrados en estos meses y conocer las perspectivas de esta
nueva administración
-¿Cómo evalúa hasta el momento el desarrollo del acuerdo
tripartito que se firmó en junio pasado?
-Hay muchos avances. Además de continuar con las reuniones
de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo
Infantil, para este año tenemos un plan concreto para la
cosecha del café en el norte del país, donde se concentra la
contratación de mano de obra infantil. Este año hemos estado
en un plan de sensibilización con todos los productores, y
nos hemos reunido con ellos y también con los productores de
tabaco. El objetivo era darles a conocer la legislación que
existe alrededor del trabajo infantil y que Nicaragua
es firmante de convenios internacionales de la OIT,
como son el 138 y el 182 sobre la edad mínima de admisión al
empleo y la prohibición de las peores formas de trabajo
infantil.
-¿Cuál fue la respuesta de los productores?
-Hemos encontrado bastante receptividad y se han
comprometido a no contratar mano de obra infantil. El
problema es que como muchas veces los padres de familia se
trasladan de sus lugares de origen hacia las zonas de corte,
se llevan toda la familia porque no tienen con quién dejar a
los niños. Una vez que están en las fincas cafetaleras,
suben a los cafetales con los niños para que los ayuden a
aumentar la cantidad de latas que recogen o para cuidar los
canastos con el café. A pesar de que entendemos
perfectamente ese patrón cultural que existe en el campo,
este año nosotros vamos a hacer acto de presencia en al
menos nueve fincas cafetaleras; una experiencia piloto que
por primera vez se desarrolla en Nicaragua.
-¿Cuál es el objetivo de este proyecto?
-La idea es poder instalar escuelas recreativas para que los
niños con edad inferior a los 14 años no suban a los
cafetales. Es un esfuerzo entre diferentes instituciones del
Estado, entre ellas el Ministerio de Educación (MINED),
el Ministerio de la Familia (MIFAMILIA), el
Ministerio del Trabajo (MITRAB), el Ministerio de
Salud (MINSA) y nos acompañan organismos nacionales e
internacionales que ya trabajan el tema de la niñez y
adolescencia. El MINED va a involucrar a profesores y
a proporcionar el material didáctico para las actividades
con los niños; el MITRAB va a cubrir los costos de su
alimentación y movilización y el MINSA va a dar
atención periódica.
En los próximos días vamos a tener una reunión con los
productores para definir los detalles de ese plan piloto.
Sabemos que no es mucho, pero se trata de un primer paso muy
concreto para erradicar el trabajo infantil en los
cafetales.
Aparte de esto hemos continuado difundiendo el conocimiento
de la normativa, y a través de la Inspectoría de Trabajo Infantil hemos
seguido trabajando en los centros nocturnos y en los centros
de trabajo urbanos, tratando de detectar dónde hay mano de
obra infantil para tomar las medidas del caso.
-¿Qué tipo de control se va a desarrollar en la zona rural?
-Hay un Plan de Inspección. A la par del proyecto piloto
vamos a hacer un monitoreo generalizado en las diferentes
fincas que va a estar a cargo de la Inspectoría de Trabajo
Infantil,
acompañada por la Inspección Laboral para las Personas
Adultas y la Inspección de Higiene y Seguridad por parte de
la Dirección General de Higiene.
En este aspecto, las organizaciones sindicales nos están
ayudando mucho a través de la vigilancia y denuncia de casos
donde se emplea mano de obra infantil o hay casos de
explotación.
En 2005, 238.837 niños, niñas y
adolescentes entre 5 y 17 años
trabajaban en Nicaragua |
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-¿Cuál es la dimensión del fenómeno del trabajo infantil en
Nicaragua?
-La última encuesta sobre Trabajo Infantil que se levantó en
2005 arrojó un total de 238.827 niños, niñas y adolescentes
entre 5 y 17 años que están trabajando. En este conjunto hay
una gran cantidad que se sitúa entre 5 y 13 años que no
deben trabajar porque está prohibido, mientras que los que
tienen entre 14 y 17 años pueden hacerlo pero bajo
determinadas condiciones. Por ejemplo, no pueden trabajar
más de seis horas al día y 30 horas semanales, no pueden
hacer trabajos considerados peligrosos en base a la
normativa del Ministerio. Del total de los niños, niñas y
adolescentes que trabajan, el 56 por ciento está en el
sector agrícola. Es por eso que con la Inspectoría de
Trabajo Infantil vamos a desarrollar una vigilancia especial para los
adolescentes a partir de los 14 años.
-Cuando hablamos de trabajo infantil hablamos también de
algo que va más allá del simple empleo de niños, niñas y
adolescentes en trabajos agrícolas, sino que hay una
dimensión más global que tiene que ver con las condiciones
de pobreza, la falta de educación, la cultura propia de esta
parte de población. ¿Cómo el MITRAB y el gobierno en su
conjunto están abordando esta situación que está en la base
del fenómeno del trabajo infantil?
-Sabemos perfectamente que la única manera de erradicar el
trabajo infantil es erradicando la pobreza. En el campo, por
todas las relaciones de inequidad que históricamente han
existido, las condiciones de los campesinos son las más
duras en término de pobreza. Lógicamente, la mano de obra
infantil tiene un peso muy importante, que es tener más
ingresos para la familia, y esto se ve claramente en el caso
de los obreros agrícolas que trabajan en las fincas
cafetaleras.
Es por eso que el gobierno está desarrollando diferentes
programas que tienen el objetivo de atacar la pobreza, como
es el Bono Productivo del Programa “Hambre Cero” o el plan
para dar impulso al movimiento cooperativo. En este último
caso se está impulsando no solamente la formación de
cooperativas de base, sino que puedan reunirse en
organizaciones de segundo y tercer nivel, es decir de
federaciones y confederaciones. La idea es que, dentro de
una cadena productiva, ellos puedan llegar a convertirse
directamente en exportadores y que sean participes de esta
riqueza que se genera en el campo. Existe también el proyecto
de distribución de semilla a través del Ministerio de
Agricultura (MAGFOR) y de que no quede tierra ociosa,
sino que se siembre para alimentos. También en la ciudad se
está haciendo un gran esfuerzo con el Programa “Usura Cero”,
para entregar crédito a las mujeres.
-¿Cómo evalúa el desempeño del MITRAB en estos diez meses de
nueva administración y qué cambios ha habido respecto al
pasado?
-Uno de los principales logros ha sido la ampliación de la
cobertura de las inspecciones. Hemos entrado en lugares
donde históricamente nunca se había entrado, como por
ejemplo en el campo, y hemos venido haciendo la
interpretación correcta que la ley laboral necesita. Lo que
encontramos fue una administración con mucho sesgo hacia la
parte empleadora y que había creado un clima de desconfianza
entre los trabajadores, porque percibían que el MITRAB
no tutelaba sus derechos.
Esto ha sido un salto de calidad que el MITRAB ha
dado, no porque se quiera favorecer a una u otra parte, sino
porque nos hemos ubicado en el lugar correcto de la
aplicación de la ley. Hemos logrado también la
reestructuración de la canasta básica pasando de un valor de
3.500 córdobas (188 dólares) a 7.217 córdobas (388 dólares)
que es un valor real. Ahora el salario mínimo se va a
valorar con base en un porcentaje que va cubriendo poco a
poco el valor de la canasta básica. Se emitieron diferentes
normativas como por ejemplo la que prohíbe cualquier tipo de
examen previo a la contratación para evitar la
discriminación en el empleo.
Cambiamos también la guía inspectiva, incorporando temas
como la búsqueda de equidad de género, los derechos de las
personas con discapacidad, el trabajo infantil. También en
materia sindical hemos avanzado mucho: en estos diez meses
llevamos 5.500 conciliaciones hechas, y entre ellas hemos
recuperado casi 8 millones de córdobas (430 mil dólares) a
favor de los trabajadores. Además, llevamos 30 Convenios
Colectivos que benefician a casi 35 mil trabajadores.
La idea es que los empleadores vayan asumiendo la necesidad
del respeto a los derechos laborales, porque es a través de
ese respeto que se puede alcanzar el trabajo digno. Es un
nuevo enfoque, apegado a derecho, que hay que seguir
impulsando.
-La maquila ha sido uno de los sectores más cuestionados.
¿Qué cambio ha habido en la relación entre el MITRAB y este
sector?
-Uno de los grandes logros es que se ha conseguido que por
fin las empresas que han cerrado sin la autorización del
Ministerio les paguen a los trabajadores lo que les deben.
Además, se han aumentado las inspecciones en materia de
higiene y seguridad laboral y se consiguió la aprobación de
la ley que regula esa temática y que nos da mayores
potestades para hacer intervenciones directas.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
23 de noviembre de 2007 |
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