Argentina

Informe final del “Operativo Clorinda”

Las Mujeres Panaderas
contra el trabajo en negro

 

La Red de Mujeres Panaderas de la Federación Argentina de Unión Personal de Panaderías y Afines (FAUPPA), inició el lunes 17 un relevamiento sobre la situación laboral en la ciudad de Clorinda, Formosa. El pasado viernes 21 las inspectoras integrantes de la Red dieron a conocer los resultados en una conferencia de prensa realizada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad de Clorinda.

 

 

En las segundas jornadas de capacitación de mujeres de la FAUPPA,1 organizadas por la Federación y la Rel-UITA, se resolvió constituir la Red de Mujeres Panaderas. Más tarde, el 43 Congreso de la Federación celebrado en la ciudad de Concordia a fin de abril, aprobó por unanimidad brindar el mayor respaldo a la Red, en virtud de que cerca del 60 por ciento de los trabajadores del sector son mujeres. Asimismo, el Congreso recomendó que la Red se sumara a la lucha que desarrolla la FAUPPA contra el trabajo sin registro (en negro) y la clandestinidad laboral. Según Abel Frutos, secretario general de la Federación, “El 40 por ciento de las 30 mil panaderías del país trabaja en la informalidad”.

 

La primera parte del informe dado a conocer en conferencia de prensa, abordó el aspecto poblacional: “Clorinda, una ciudad característicamente fronteriza, cuenta con una población aproximada de 60 mil habitantes. En términos generales se observa poca actividad económica formal y un significativo índice de microemprendimientos”.

A nivel laboral, el informe indica que “Es evidente la desprotección que sufren los trabajadores y trabajadoras, y que aún con un empleo muchos no salen de la situación de pobreza. También se observa –señala el informe– que muchos desarrollan tareas desde edades muy tempranas percibiendo muy bajos salarios”.

 

En relación con la industria panificadora, se fiscalizaron 25 establecimientos sobre un total de 28. El mapeo reveló que “la mayoría son galpones o casas de familia donde se elabora pan y derivados. Esto sucede sin ningún control de higiene, en condiciones ambientales y laborales deplorables”, tal como se demuestra en el material fotográfico adjunto.

 

Según el informe, desde estos establecimientos, que realizan venta directa a los vecinos del lugar, se provee también a vendedores ambulantes. Al frente de estos emprendimientos se identificó a ex obreros panaderos que luego de 30 años de trabajo dependiente sin registro, se ven imposibilitados de acceder a una jubilación. Entonces “adquieren algunas máquinas usadas, construyen un horno a leña y elaboran una acotada cantidad de pan, siendo éste su único medio de subsistencia”.

 

El trabajo en negro afecta al 41,6 por ciento de los asalariados argentinos. En otras palabras, hay 4,57 millones de personas sin aportes sociales, que van a correr igual suerte que muchas de esas personas que, en Clorinda, luego de trabajar por tantos años, no pueden jubilarse y mientras trabajan están al margen de los beneficios de la seguridad social como la atención médica, la protección contra accidentes laborales, el pago de aguinaldo, de vacaciones y pueden ser despedidos sin recibir ninguna indemnización. Según datos suministrados por Abel Frutos, el 65,7 por ciento de las panaderías tiene personal en negro.

A r g e n t i n a

43º Congreso General Ordinario de FAUPPA

Galería Fotográfica

 

Otros casos señalados por el mencionado informe “son los llamados microemprendimientos, familias que presentan un proyecto de trabajo ante las autoridades municipales, a quienes se les entrega un subsidio destinado al equipamiento de panadería. Habitualmente son personas que desconocen el oficio, y sólo lo utilizan como sostén rudimentario, incorporando personal sin registro alguno”. Todos estos hechos hacen que “de la totalidad de la población empleada censada, solo 16,67 por ciento se encuentra registrada, y de esa cantidad, el 9,52 por ciento está incorporado erróneamente al sindicato de Comercio, de manera tal que sólo el 7,14 por ciento se halla inscripto correctamente en nuestra seccional”.

 

Otro dato alarmante citado en el informe lo constituye la falta absoluta de cumplimiento de la escala salarial vigente, la que alcanza el 100 por ciento de los empleados censados. “En algunos lugares se paga con pan; salarios por producción abonados al maestro panadero quien se encarga de repartir entre toda la cuadra remuneraciones que no superan los 80 pesos (27 dólares) semanales; jornadas que se extienden entre 12 y 14 horas diarias sin francos; menores de edad que trabajan a cambio de pan y la posibilidad de dormir en el establecimiento. El trabajador no constituye así una pieza integrante y fundamental del proceso productivo, sino una herramienta desechable al cabo de un corto período de vida útil”, enfatiza el informe.

 

La Red de Mujeres Panaderas manifestó que durante el desarrollo de su tarea, “a pesar de la clandestinidad de muchos lugares, igual fuimos recibidas permitiéndonos el ingreso y la charla con los empleados. Paradójicamente, en aquellos comercios formalmente establecidos en la zona céntrica fue donde padecimos el peor trato; llegamos a recibir amenazas y nos impidieron el ingreso en algunos locales, tal el caso de la panadería El Molino.

 

No obstante, gracias de la difusión que FAUPPA realizó por varios medios de prensa, los obreros se enteraron de nuestra presencia y se acercaban para contarnos en qué situación se encuentran”.

 

“Los guarismos que presentamos –finaliza el informe– pueden resultar alarmantes, pero nada se compara con la situación real de los trabajadores en esta zona. Convencidas de que las soluciones para ellos no puede esperar, solicitamos se nos permita realizar un seguimiento de las medidas que se arbitren, de manera que los trabajadores y trabajadoras puedan sentir que su organización (la FAUPPA) los protege”.

 

Integraron la Comisión Fiscalizadora de la Red: Erica Quiroga, Elsa Gamarra, Andrea Merele, Vanesa González, Carina Benítez, Patricia Alonso y Laura Romero.

 

Para la Rel-UITA es muy estimulante saber que estas bravas compañeras participaron en nuestras jornadas de capacitación, donde nos ocupamos focalmente de restaurar la capacidad de indignación y revitalizar la lucha por una sociedad diferente y mejor. Ahora, de ellas estamos aprendiendo, y son ellas las que nos animan.

 

 

 

 

 

 

  

Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

26 de septiembre de 2007

 

 

 

 

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Fotografías: FAUPPA

 

1 Córdoba, 23 al 25 de abril de 2007.

 

 

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