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IV
Vacas
Locas
A pocos días de escrito nuestro artículo sobre las “vacas locas”
el tema vuelve a dar que hablar.
Primero
Nos
enteramos que las autoridades españolas mantuvieron en secreto, por lo menos
durante dos meses, el ingreso de la enfermedad a su territorio. Pese a ello, en España el mal de las vacas locas ha
tomado proporciones alarmantes, al punto que el Gobierno está dispuesto a
utilizar los polvorines del Ejército como depósitos para los centenares de
miles de toneladas de residuos de harinas, raciones y los despojos de las reses
muertas (180.00 en granjas y otras tantas que serán compradas por el Estado
para su destrucción).
Algún día tendremos que reconocer, dentro de todo este drama, la contribución a la racionalidad humana de las vacas locas, al enseñarnos que existen posibilidades más útiles para los polvorines que el guardar armas de muerte.
Segundo
También
nos enteramos por el periódico The
Guardian del 05.2.01, que el Reino Unido
exportó a 11 países sangre de enfermos del mal de las vacas
locas, entre otros a Brasil
44.864 viajes de albúmina y 80 viajes de inmunoglobulina.[1]
Si bien el contagio por vía sanguínea de esta encefalopatía no está
demostrada por los científicos, el Reino Unido
que exporta alegremente estos productos, compra desde 1998 a Estados
Unidos el plasma que
utiliza en sus hospitales.
Si
recordamos la venta de raciones animales a un total de 70 países por parte del Reino
Unido
hasta 1996, pese a que estos productos habían sido prohibidos en el mercado
británico desde 1988, tendremos nuevos motivos para calificar la ética y la
moral con la cual se maneja este tipo de negocios.
Tercero
Bajo
las leyes del mercado todo sirve. Canadá
(al cual se sumaron posteriormente EE.UU.
y México
para demostrar la solidaridad existente en el TLC),
suspendió a principios de febrero la compra de carne vacuna de Brasil,
dado que este país importó ganado en pié desde Europa
en los últimos años.
Los
más desconfiados (¿quién no desconfía en un mundo como el de hoy?), asocian
esta medida a la guerra comercial entablada entre Canadá
y Brasil
por la venta de los aviones fabricados por la brasileña Embraer
y los Bombardier
de fabricación canadiense. Bombardier,
que es la tercera mayor fabricante de aviones luego de Boeing
y Airbus,
manifiesta haber perdido US$ 10.000 millones debido a los precios ofrecidos por Embraer,
a la que acusa de estar subsidiada por Proex,
el programa del gobierno brasileño para estimular las exportaciones. Si bien el
caso se trató en la OMC
y esta condenó a Embraer
a compensar comercialmente a Canadá
con US$ 1.400 millones, si las vacas locas
pueden contribuir en la disputa ¡bienvenidas!
La
preocupación es grande dentro del gobierno brasileño (cuyo ministro de
Agricultura viajó inmediatamente a Washington) y, lógicamente, entre los
ganaderos. Una de las voces que más fuerte se alzaron es la de Almir
Guedes Soriano, presidente de la Unión Democrática
Ruralista (UDR).
Es bueno recordar que la UDR
nació a finales de los 80, como un grupo que organizaba remates de ganado para
financiar las campañas de los partidos políticos de ultraderecha y que
posteriormente creó un grupo de “respuesta inmediata”: hombres con armas de
guerra montados en vehículos todo-terreno que acudían inmediatamente cuando un
latifundista denunciaba que sus tierras estaban siendo invadidas.
Siguiendo
esta tradición, en lugar de clamar por una intervención del gobierno, el señor
Guedes podría,
con su poderosa UDR,
declararle unilateralmente la guerra a Canadá.
O bien, ya que de sanciones comerciales hablamos, dejar de comprar vehículos y
armas de origen estadounidense.
¡Después nos hablan de las vacas locas!
[1] Los otros países son: Irlanda, con 83.500 dosis de vacunas para la poliomielitis; Dubai, 2.400 viajes de albúmina; India, 953 viajes de albúmina; Turquía, 840 viajes de inmunoglobulina; Brunei, 400 viajes de albúmina; Egipto, 144 viajes de albúmina; Marruecos, 100 viajes de albúmina; Omán, 100 viajes de inmunoglobulina; Rusia, 23 viajes de factor VIII de coagulación para hemofílicos y Singapur, 3 viajes de inmunoglobulina.
Más información: Vacas Locas III
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Enildo
Iglesias
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