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• Párrafo 2. Afortunadamente, el conocimiento de la secuencia de ADN del genoma humano ha descartado una posible base molecular al concepto de razas humanas. No existen.
• Párrafo 3. Si bien James Watson es un individuo extremadamente duro, sus declaraciones deben ser puestas en contexto. Se opone a las regulaciones que detengan la investigación, no a las que regulen sus aplicaciones. Como comentario, Watson fue el primer director del Programa Internacional Genoma Humano, y renunció por discrepar con el hecho de que científicos del National Institute of Health de Estados Unidos fueron los primeros en patentar secuencias del genoma humano.
• Párrafo 5. Estúpidos siempre hubo, pero en este caso se agrega ignorancia. Ni siquiera sabemos todavía con exactitud qué es la inteligencia. Se trata de un conjunto coordinado de funciones intelectuales muy complejas. Estamos aún muy lejos de conocer las bases genéticas de esas funciones complejas y menos aun su coordinación, por lo que mal podríamos seleccionarlas, modificarlas o mejorarlas.
• Párrafo 6. Más allá de los negros antecedentes de eugenesia en la historia de la humanidad, hoy ayudamos a traer al mundo y a sobrevivir a un conjunto de individuos con diferentes tipos de discapacidades, y normalmente no los seleccionamos negativamente. La anticoncepción y el aborto siguen siendo problemas eticosociales abiertos y no resueltos en la mayoría de nuestras sociedades. En las décadas futuras, el desarrollo de las terapias génicas deberá ser regulado, legislado, y éstas usadas con fines preventivos y terapéuticos, y no de selección.
• Párrafo 7. Todavía estamos lejos de comer pastillas, afortunadamente, y si bien quienes vivimos en las ciudades comemos productos con muchos aditivos, la calidad y cantidad de la alimentación ha mejorado notoriamente para la mayoría de las zonas del planeta. Diez años de uso de alimentos provenientes de organismos genéticamente modificados (OGM) han demostrado no ser nocivos a la especie humana por el hecho de provenir de los mismos.
• Párrafo 8. Aquí se evidencia un problema de las fuentes de información. Cualquier producto, ya sea farmacéutico o alimenticio, debe pasar por controles rigurosos antes de ser liberado al consumo humano, ya sea generado por las técnicas convencionales o provenientes de OGM. Permanentemente se detectan casos en los que los productos a estudio tienen efectos secundarios y son retirados o no autorizados para su consumo humano. No hay que olvidar que muchos productos naturales consumidos regularmente por las poblaciones son alergénicos o afectan a un porcentaje de la misma. Lo mismo pasa con los medicamentos, que si bien están autorizados, si son consumidos inadecuadamente generan problemas graves o causan la muerte.
• Párrafo 9. Si bien la Unión Europea decretó, hace algún tiempo, una moratoria a la aprobación de uso de un grupo de productos provenientes de OGM, muchos de nosotros creemos que fue una medida política, tendiente a tratar de recuperar terreno en un área científico-tecnológica en la que está claramente atrasada. En los días pasados, y luego de establecer una reglamentación estricta sobre su uso, la Unión Europea acaba de levantar la mencionada moratoria.
• Párrafos 10 y 11. La campaña de Greenpeace, de la que hemos podido ser testigos a través de la tevé cable argentina, es vergonzosa. Las campañas ecologistas en Europa se han basado en falsedades y verdades a medias, y el juicio a José Bové en Francia ha resumido las mentiras respecto de los posibles daños al ecosistema.
El antecedente tantas veces agitado de los tacos Bell se debió a la irresponsabilidad de una empresa, que usó para consumo humano un maíz que no estaba autorizado para ello. Está sujeta a responsabilidad penal.
• Párrafo 12. Como se ha usado muy frecuentemente, el problema de la EEB (Encefalitis Espongiforme Bovina, o mal de las vacas locas) y los problemas generados por el uso irresponsable de la dioxina en Europa no tienen nada que ver con los transgénicos y ambos casos han demostrado que siempre puede haber personas deshonestas, lo que obliga a que nuestras sociedades se responsabilicen y desarrollemos los controles, regulaciones y normas éticas que permitan el buen uso de estas técnicas, tan poderosas para el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos.
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