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MAL
DE LA
VACA
LOCA: II
El
gobierno prohibió productos cárnicos y lácteos europeos. ¡Muy bien! Tenemos
que aprovechar esta oportunidad para promocionar los productos naturales
argentinos. Es urgente hacerlo. El problema que vemos, es que no hay mucha
imaginación, ni vemos compromiso. Pero seamos optimistas, sigamos insistiendo.
El
terrible problema que está ocurriendo en Europa con el mal de la vaca loca,
debería servirnos a los europeos y a nosotros para por una vez sacar
conclusiones correctas. Un problema es como encuentra Europa a nuestra
agricultura: haciendo transgénicos y feed lots. ¿Siempre que llueve sopa
nosotros con el tenedor? En este caso los que fabricamos el tenedor fuimos
nosotros mismos.
Analicemos
como llegó Europa a la vaca loca: porque siguió los dictados de la producción
industrializada, la carne hecha en cuasi
fábricas. La agricultura casi sigue el mismo camino. Sus laboratorios muy
avanzados en transgénicos querían también imponer que liberaran esos
cultivos, para hacer agricultura industrial y cerrar así perfectamente con
su lógica.
Los
grandes grupos económicos siempre ven el tema de los alimentos desde una
perspectiva solo comercial, y saben que la economía de escala les maximizará
las rentabilidades. Pero la desmesura los llevó a cometer serios errores con
sus propios consumidores. El caso de la vaca loca es paradigmático, y es bueno
y oportuno recordar que Europa rechazó la carne con hormonas de los EEUU por
razones del principio precautorio. Ese mismo principio es rescatado por
consumidores, agricultores y ambientalistas para enfrentar la amenaza de
los transgénicos. Y los gobiernos, a pesar de los grandes intereses económicos,
deben escuchar a sus ciudadanos preocupados.
¿Por
qué entonces nuestro país insiste en hacer esa chatarra? Las mismas compañías,
tienen la ventaja, que en países débiles con gobiernos inexpertos, se le suma
el desconocimiento de los consumidores , productores y el extraño e
incomprensible papel de las instituciones rurales. ¿Por qué nuestro país no
tuvo una política de promoción de alimentos naturales, la carne hecha en
pasturas, la agricultura mixta, los productos regionales; apoyarse y ayudar a
los pequeños agricultores, saber producir sin insumos externos y productos de
calidad?.
Los
problemas son varios: uno es que nuestros técnicos no están formados en
esa agricultura sin insumos, no hay una buena discusión de los distintos
intereses, no se contempla la perspectiva de los pequeños productores, qué
tecnologías y qué ámbitos diferenciados se necesitan . Dos, es que los
gobernantes no han sabido prever situaciones. En síntesis, lo que falta es una
perspectiva mas global, una visión política y técnica a la vez.
Cuando
se habla de políticas activas, se debería hablar de una política nacional
agropecuaria que contemple un panorama amplio. Es un buen momento para pedir a
este gobierno que contemple los intereses de todos, que este terrible momento
sirva para comenzar a pensar con cierta perspicacia, con mas imaginación.
La agricultura no es igual a la industria, el espanto de los alimentos mortíferos debería permitirnos ver y hacer los análisis correctos. Tambien es necesario entender que el modelo agropecuario mundial está cambiando, debemos estudiar esta particular situación, para que nuestros gobernantes comprendan, sepan mirar, anticipar, entender que tal vez todavía se pueda ser un país que cuida su medio ambiente y sus consumidores. La oportunidad es reconocer los aliados que tiene la Argentina, que son los consumidores europeos; los productos de calidad. Sus agricultores, los pequeños productores, también son aliados, no son los competidores de los agricultores argentinos. Ellos no quieren subsidios para exportar y perjudicar a otros agricultores. Aprovechemos, una vez. Ojalá nos iluminemos todos, para salir de la tremenda mediocridad en que nos hemos metido solitos.
Autor:
Grupo de Reflexión Rural
grupodereflexionrural@hotmail.com
Más información: Vacas Locas I
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