Tal
el título de un informe elaborado por Human Rights Watch (HRW)
1 sobre las condiciones de trabajo en las
plantaciones bananeras de Ecuador. Como veremos más adelante,
la investigación desencadenó una de las tantas guerras a las
que nos tiene acostumbrados el sector. Como en toda guerra,
también en esta se recurre a la desinformación, al cinismo y
la mentira. Los más humildes, como siempre, son sus
principales víctimas.
Investigadores de
HRW que permanecieron tres semanas en Ecuador
entrevistaron, entre otras personas, a 45 niños que trabajan en las
bananeras. Comentando los resultados del trabajo, José
Miguel Vivanco, director ejecutivo de la División de las
Américas de HRW, manifestó: "Los
bananos ecuatorianos que se consumen en su hogar pueden haber sido
producidos en penosas condiciones laborales. Las empresas bananeras
deben defender los derechos de los trabajadores y, según las leyes
nacionales, Ecuador tiene la obligación de hacerlo".
¿Qué denuncia el informe?
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El trabajo infantil está
ampliamente extendido en el sector bananero ecuatoriano. Niños
cuyas edades oscilan entre los ocho y trece años, están expuestos
a los agrotóxicos (incluso continúan trabajando cuando se fumiga
desde aviones); utilizan cuchillos y machetes afilados; acarrean
pesadas cargas; beben agua insalubre; sufren de acoso sexual; su
jornada laboral es de doce horas y media y perciben una media de
US$ 3,50 diarios, aproximadamente el 60% del salario mínimo
establecido para los trabajadores bananeros.
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Chiquita,
Del Monte, Dole,
Favorita y Noboa se han abastecido en
algún momento en plantaciones en las que trabajaban niños. Más del
70% de los niños entrevistados declararon haber trabajado en
plantaciones que suministraban la fruta casi exclusivamente a
Dole. Cuando HRW solicitó a
Dole explicaciones al respecto, la compañía se
negó a hacerlo con el argumento de que se trataba de
"información empresarial privada".
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Sólo el uno por
ciento de los trabajadores bananeros está afiliado a un sindicato.
Las leyes ecuatorianas no protegen efectivamente los derechos
sindicales y los empleadores se aprovechan de la falta de firmeza
de la ley y de la aún menos estricta exigencia de su cumplimiento
para impedir la sindicalización.
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Los trabajadores
ilegalmente despedidos por actividades sindicales no gozan del
derecho de readmisión. En el improbable caso de que sus
empleadores sean declarados responsables, se les impone una multa
insignificante, a menudo inferior a US$ 400.
Los actores en la producción de banano de Ecuador
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Ecuador
es el principal país exportador de banano del mundo, abastece
cerca del 40% del mercado mundial de la fruta. Produce
aproximadamente una cuarta parte del banano que se consume en
EE.UU. y Europa.
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El grueso del mercado está
abastecido por las marcas Dole, Chiquita
y Del Monte, que juntas comercian el 60% del
banano que se consume en el mundo. Durante el año pasado,
aproximadamente el 31% del total del banano exportado por
Dole provenía de Ecuador, frente al 13%
del exportado por Del Monte y el 7% del exportado
por Chiquita.
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De las "tres grandes",
solamente Dole posee alrededor de 800 hectáreas
destinadas al banano en Ecuador, las otras dos
adquieren la fruta a numerosos productores locales. Lo mismo
sucede con los exportadores ecuatorianos, Exportadora
Bananera Noboa S.A. (Noboa), Rey
Banano del Pacífico C.A. (Reybanpac), la
subsidiaria de Holding Favorita Fruit Company (Favorita),
etc.
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Según datos oficiales, las
exportaciones de banano ecuatoriano hasta la penúltima semana del
pasado abril se repartieron de la siguiente manera: Noboa
y Favorita vendieron más del 38%, lo que equivale
a 28,3 millones de cajas de 43 libras. Dole,
Adriafruit Italia y Del Monte
redondearon, en conjunto, 30%. El 32% restante se exportó con la
marca de medianas y pequeñas empresas locales, como Cipal,
Palmar y Proexba.
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El principal mercado para
el banano ecuatoriano es EE.UU. con 26% de la
oferta exportable, seguido por Europa del Este
(17%) y la Unión Europea (16%). El 41% restante
se dirige a Asia, el Cono Sur de América,
Medio Oriente y Mediterráneo.
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En Ecuador
existen 6.005 productores bananeros registrados, que en total
explotan 148.700 hectáreas. 4.198 de ellos, vale decir el 70%, son
pequeños productores que cultivan entre una y veinte hectáreas.
910 cultivan entre 20 y 40 hectáreas y en total poseen 27.419
hectáreas. 198 poseen más de 100 hectáreas.
Comienza una nueva guerra
El
primer misil partió de Ecuador. Los productores
bananeros de ese país afirmaron que "detrás del informe de
HRW está Costa Rica". En realidad las
escaramuzas habían comenzado bastante antes de publicarse el informe
de HRW, cuando los bananeros ecuatorianos
rechazaron la campaña iniciada por sus similares de Costa
Rica para ganar mercado en la Unión Europea
(UE). En efecto, a finales del pasado
julio, la Corporación Bananera Nacional (Corbana)
de Costa Rica, anunció que invertirá US$ 800 mil
durante el año en curso para promover su fruta entre los principales
compradores de la UE.
Para
las organizaciones que representan a los productores ecuatorianos,
se trata de una campaña destinada a dañar la imagen de su banano,
basada en acusaciones de que en Ecuador no se
protege la salud de los trabajadores bananeros y que las
remuneraciones son muy bajas. También, como en cualquier guerra, la
prensa tomó partido por uno de los contendientes. Tal el caso de
El Comercio de Quito, para quien la campaña intenta vender la
imagen de que los precios que maneja el país (Ecuador) son
competitivos debido a los bajos salarios y al uso de productos
químicos más baratos en las plantaciones.
Corbana
se apresuró a negar que su campaña pretenda dañar la imagen de los
productores ni de los trabajadores de ninguna nación. Al anunciar
que estaba enviando una nota explicativa con destino a
Ecuador, Corbana explicó que la campaña
trata de colocar a Costa Rica en el mercado europeo
como un país que respeta los derechos humanos y de los trabajadores
y que, además, produce en armonía con el ambiente, pero sin hacer
comparaciones con ningún otro país productor de banano.
A lo
cual replicó Simón Cañarte, uno de los voceros del
Consejo Nacional del Banano (CNB)
de Ecuador, recordando que en la campaña se recogen
declaraciones de Luis Umaña (presidente de la
Cámara de Productores Independientes de Costa Rica),
señalando que en su país se pagan entre US$ 14 y US$ 18 diarios a
los trabajadores del sector bananero mientras en Ecuador
se pagan US$ 3.2
Además, Cañarte señaló que Ecuador
solo utiliza un promedio de 3,8 kilogramos de insumos químicos por
trabajador, frente a los 38 kilos de Costa Rica. Y
agregó: "son ellos los que tienen altos índices de cáncer e
impotencia entre sus trabajadores. Nosotros no tenemos que curar
enfermedades que no provocamos, como sí es el caso de ellos".
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La hora de la diplomacia...
El
gobierno ecuatoriano, los gremios bananeros y las empresas
exportadoras decidieron manifestar su inconformidad con el informe
de HRW, a quien exhortaron a mantener una reunión
conjunta para aclarar las cosas. En la carta dirigida a HRW,
los firmantes aseguran que el informe no refleja la actividad en la
que participan 6.000 productores en más de 180 mil hectáreas. Que
pone en serios riesgos el sustento de más de un millón de personas
que viven de esta actividad y a quienes dice defender. Que no se
reconocen los grandes esfuerzos por duplicar los salarios y las
medidas adoptadas para minimizar el uso de agroquímicos.
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La
reunión de referencia se realizó en la tarde del 30.04.02 y contó
con la siguiente asistencia: Galo Plaza, ministro de Agricultura;
delegados de los ministerios de Relaciones Exteriores, Trabajo y
Recursos Humanos; Industrias; Comercio; Integración; Pesca y
Competitividad; Cámara de Agricultura de la II Zona; Corporación
para la Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei);
Asociación de Exportadores de Banano; Corporación Nacional de
Bananeros; Pre-asociación de Productores Orgánicos; Exportadora
Bananera Noboa; Rey Banano del Pacífico; Unión de Bananeros
Ecuatorianos y Bandecua.
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Claro,
lo que motivó a tan distinguidos señores es algo que está muy por
encima del vulgar y sucio dinero, esto quedó claro en una reunión
anterior, celebrada el 29.04.02. En la misma Xavier Monge (Noboa),
Renato Acuña (Dole), Vicente Wong (Favorita), Salomón Larrea, Sergio
Seminario, Simón Cañarte y Hector Romero dialogaron con el ministro
de Trabajo, Martín Insua y los delegados de las secretarías de
Agricultura, Comercio Exterior y Relaciones Exteriores. Al término
de la reunión, el ministro Insua manifestó: "Vamos a defender no
a los bananeros, sino al país, pues con las denuncias infundadas se
intenta dañar al Ecuador".
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¡Muy
contundente la retórica del señor ministro de Trabajo! Lástima que
ni a él, ni a ninguno de los otros integrantes de este autoconvocado
"frente patriótico" se le haya ocurrido explicar la razón por la
cual, en ninguna de las dos reuniones, figura una sola organización
sindical.
...y del cinismo
Para
finalizar este parte de guerra, es imprescindible conocer las
razones con las cuales Jorge Vivanco Mendieta nos
bombardea desde la página editorial del Expreso de fecha 03.05.02.
Según el Sr. Mendieta, "Desde que el Ecuador se hizo presente en
forma arrolladora en el mercado mundial del banano, ha sido objeto
de una encarnizada campaña de sus competidores naturales, los de
Centroamérica y el Caribe, que pertenecen en su mayoría a empresas
norteamericanas... Han desencadenado furiosas campañas de
desprestigio utilizando todas las armas, y este ha sido para
nosotros uno de los más peligrosos frentes que está abierto y lo
estará siempre".
Bien
elaborado el argumento: un país subdesarrollado, que logra
convertirse en líder de la producción de banano, lleva a que los
productores de otros países -en su mayoría empresas "gringas"-
desencadenen furibundas campañas de desprestigio contra Ecuador.
Más
adelante, Vivanco la emprende con el informe de HRW señalando que el
mismo "no cuestiona la calidad de nuestro banano ni los
procedimientos comerciales que se utilizan sino el trabajo de
menores en plantaciones bananeras y aún de trabajadores adultos a
los que, dicen, no se les concede los derechos que les corresponde
por ley, especialmente el respeto a la tabla salarial y la libertad
de asociación; así acuden a dolorosas verdades, que no son
exclusivas del Ecuador, sino que afecta a todos o la mayoría de
países productores de banano, incluyendo los de Centroamérica y el
Caribe; en resumen, denuncian un desequilibrio social
tercermundista, enfocándolo sospechosamente solo al Ecuador y a su
sector bananero" (todo sic).
Seguramente después de descansar de tan larga parrafada, vuelve a la
carga: "Es verdad que en las plantaciones bananeras hay miles de
menores de edad que trabajan en agobiadoras jornadas, que soportan
muchas veces las consecuencias de las llamadas fumigaciones y que,
por lo mismo, sufren la contaminación de los plaguicidas y por ello
adquieren irremediablemente enfermedades tóxicas" (sic).
Desde luego, no hay para ellos la atención médica correspondiente.
Pero igual cosa sucede en Guatemala y en Costa Rica, en Colombia y
Nicaragua
[...]
Verdad también es que las mujeres menores de edad que se
integran a este trabajo, son objeto de un permanente acoso sexual y
de hecho se han producido abusos repudiables, como acontece en todos
los países del tercer mundo, bananeros o no [...] En
definitiva, son consecuencia de la pobreza, que trae consigo
desamparo, y la imposibilidad de que se apliquen las leyes de
protección social que existen en todos los países, pero que están
fuera de la realidad, porque generalmente las leyes en el mundo
pobre, son simples aspiraciones".
Parece
claro que Vivanco decidió dejar de elaborar argumentos propios para
copiar los utilizados por las peores dictaduras asiáticas, para
quienes los derechos humanos y las normas internacionales de la OIT
están destinadas a ser aplicadas en el primer mundo, pues si el
tercer mundo las aplica, nunca abandonará esa condición.
El
pasado febrero, cerca de 1.500 trabajadores de siete fincas
pertenecientes a la Corporación Noboa constituyeron
el Sindicato General de Trabajadores de Plantación y de las Haciedas
de Yanayacu 1 y 2, Rey Rancho 1 y 2, La Nueva y Teresa. Pocos días
después se declararon en huelga, reclamando derechos tan elementales
y básicos como que se le paguen las horas extras trabajadas, ser
inscriptos en el Seguro Social, seguridad laboral y salarios justos.
La respuesta de la empresa fue contratar los servicios de una
compañía de seguridad privada e inmediatamente después despedir a
120 afiliados del Sindicato, mientras otros 200 fueron despedidos
por "falta de trabajo". Claro que en su artículo Vivanco no menciona
este hecho, pues hacerlo significaría perjudicar a la nacional y
patriótica Corporación Noboa.
Autores:
Gerardo y Enildo
Iglesias
© Rel-UITA
25 de mayo de 2002
más información
NOTAS
(1)
Puede consultarse en
www.hrw.org/spanish/informes/20027cosecha.html
(2)
La Nación, San José, 24.07.01
(3)
El Comercio, Guayaquil, 23.07.01
(4)
Expreso, Guayaquil, 01.05.02
(5)
Expreso, Guayaquil, 01.05.02
(6)
Expreso, Guayaquil, 30.04.02