Con "C" de  Cerveza

 9 de junio de 2008

 

 

Las novedades del sector Cervecero

 

SABMiller estaría en los planes de la belga-brasileña InBev

 

Como hemos informado, InBev presentó una oferta de 46.000 millones de dólares por la cervecera Anheuser Busch y se especula que si los socios de este conglomerado estadounidense no aceptan, volverían sus ojos sobre el grupo surafricano SABMiller.

 

Como corresponde a la más pura especulación, las acciones de SABMiller ya se están cotizando en las bolsas de valores de Johanesburgo y Londres a su precio máximo en cuatro meses, luego que el influyente Financial Times revelara esa posibilidad.

 

De concretarse, se trataría de una integración entre iguales, a pesar de que los analistas adviertan que InBev preferiría a Anheuser Busch por su importante participación en China y Estados Unidos, mercados prioritarios dentro de la consolidación de la industria, a lo que se suma su predilección por dirigir las empresas con las que se fusiona.

 

"Una fusión entre InBev y SABMiller puede ser una pesadilla para Anheuser Busch", dijo al Financial Times, Carlos Laboy, analista de Credit Suisse. "Ellos estarían en una posición muy inferior en la nueva empresa que se cree y eso haría que los  directivos de la compañía repiensen la hipótesis de decirle no a InBev", agregó.

 

De darse una fusión SABMiller-InBev se originaría una compañía con 43.100 millones de dólares de ingresos operacionales y un valor de mercado de 48.000 millones de dólares (Anheuser Busch vende 16.600 millones de dólares anuales). Mientras que fusionándose con Anheuser Busch, InBev tendría una capitalización bursátil de 68.700 millones de dólares y ventas por 39.100 millones de dólares.

 

 

InBev aprovecha su espíritu

brasileño para impulsar la puja

por Anheuser-Busch

 

Con este título en La Nación de Buenos Aires del pasado 28 de mayo, se publica un interesante artículo de Matt Moffett, que hace recordar al Sirel titulado “El ‘gen Brama’ explica el estilo AmBev publicado el 26 de enero de 2007. Transcribimos algunos tramos del referido artículo:

 

 



InBev NV, el gigante cervecero gestionado por ejecutivos brasileños, está llamando la atención por su agresividad, al analizar una oferta no solicitada por la emblemática cervecera estadounidense Anheuser-Busch Cos. Se trata de la osadía típica de una compañía que estimula la agresión desde su junta directiva hasta los equipos de ventas en la calle.

Esta actitud queda de manifiesto en la reunión de ventas de las 7:20 de la mañana en el centro de distribución de InBev en las afueras de São Paulo. Un día reciente, el supervisor Fernando Correa se paseaba como un entrenador de fútbol antes de una final mientras revisaba frente a sus 30 representantes de ventas las metas del día. Uno de los vendedores golpeaba un enorme tambor de samba y sus compañeros entonaron una canción motivacional sobre cómo vender cerveza. Después, los vendedores saltaron a sus motos e iniciaron sus rondas, ofreciendo cerveza a restaurantes cercanos y tiendas familiares.

La atmósfera de vestuario deportivo es reforzada mediante lucrativos programas de compensación basados en incentivos y una constante presión para reducir costos. Este carácter es obra, en buena medida, de Jorge Paulo Lemann, un ex campeón brasileño de tenis que es uno de los principales accionistas de la compañía. Lemann, de 68 años y educado en Harvard, ha tomado técnicas de gestión de empresas como Goldman Sachs Group Inc., Wal-Mart Stores Inc. y PepsiCo Inc. y les agregó una pizca de brío y flexibilidad brasileñas. Lemann y sus principales socios brasileños, Marcel Telles y Carlos Alberto Sicupira, se han convertido en multimillonarios gracias a sus inversiones cerveceras.
 
Los ejecutivos de Anheuser-Busch que meditan la posibilidad de asociarse con la compañía de Lemann probablemente tendrán en cuenta la suerte de sus colegas de la belga Interbrew SA, que en 2004 se fusionó con la brasileña AmBev para crear InBev en una operación de 11.000 millones de dólares. Aun cuando la nueva compañía tiene su sede central en Bruselas y que un ex directivo de Interbrew fue su primer presidente ejecutivo, los brasileños pronto impusieron su sello.

El brasileño Carlos Brito, de 48 años, se quitó de encima a su rival de Interbrew y fue nombrado presidente ejecutivo en diciembre de 2005. Ejecutivos brasileños ocupan muchos de los altos cargos de InBev, en un movimiento que algunos analistas han llamado "adquisición al revés".

En una conferencia en la escuela de negocios de la Universidad de Stanford, en febrero pasado, Brito sugirió que la cultura empresarial de AmBev era una fuerza irresistible. "En AmBev, todos teníamos esta cultura inculcada en nuestras cabezas", dijo el ejecutivo, también egresado de Stanford. "No cambió nunca en 20 años, en los buenos tiempos, en los malos tiempos, siempre igual". En Interbrew, "ellos crecieron comprando operaciones ya existentes y no tenían una cultura propia, por lo que todavía toleraban distintas formas de hacer las cosas en países distintos". Brito agregó que Interbrew estaba lista para aceptar la nueva forma de hacer las cosas propuesta por AmBev.

Sin patriotismo

Los ejecutivos belgas de InBev y las élites políticas y económicas del país dicen que apoyan los intentos de expansión de la compañía. Sin embargo, reconocen a regañadientes que la empresa ya no les pertenece. InBev "antes era totalmente belga, después fue belgo-brasileña y ahora es brasileño-belga", dice el ministro de Economía, Vincent Van Quickenborne. "Así funciona el mundo. Somos una economía abierta, no tenemos ese sentido de patriotismo económico que sí tienen los franceses."

De todas maneras, los brasileños de InBev han irritado a alguna gente. Algunos belgas, expertos en cerveza de la manera en la que los franceses son expertos en vino, se han quejado de que los brasileños se preocupan demasiado por las ganancias. En 2006, InBev sufrió huelgas y manifestaciones en Bélgica después de anunciar un plan para reestructurar sus plantas y despedir trabajadores.

En el propio Brasil, este estilo de gestión —al que en un video corporativo informal promueve como "disciplina militar"— también ha causado problemas. La compañía ha sido denunciada un puñado de veces en los tribunales laborales por "assedio moral", definido como una afrenta a la dignidad de los trabajadores. Algunos de los casos involucran a empleados de flojo desempeño que son obligados a hacer lagartijas, bailes ridículos o responder a apodos insultantes como "Forrest Gump", dice José de Lima Ramos Pereira, un fiscal especializado en casos laborales. Lima dice que, después de una investigación de fiscales públicos, InBev accedió a pagar una multa de 1 millón de reales (alrededor de 600 mil dólares) y poner fin a estas prácticas. Una vocera de InBev dice que estos incidentes fueron "casos aislados" que ocurrieron hace muchos años y que desde entonces la compañía ha diseñado procesos para evitar que se repitan. Agregó que las encuestas de las revistas de negocios a menudo citan a AmBev como uno de los mejores lugares para trabajar en Brasil.

 
 

 

 
Hasta aquí lo extractado de La Nación. Por nuestra parte no estamos en condiciones de pronosticar cual será la adquisición por la cual finalmente se decidirá InBev, pero sí nos atrevemos a vaticinar que muy pronto los ejecutivos brasileños de la compañía nos estarán hablando de Responsabilidad Social Empresarial.

 

En Montevideo, Enildo Iglesias

Rel-UITA

9 de junio de 2008

Enildo Iglesias

 

 

 

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