Colombia
¿Qué hay
detrás de la "venta" de Bavaria?
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La
fusión de SABMiller y Bavaria es considerada la transacción del año. Un
negocio muy bueno para la familia Santo Domingo que aunque pasa de ser
cabeza de ratón a cola de León, aumentará
sus dividendos, mientras los
accionistas minoritarios de
Bavaria padecerán la reducción de sus
rentas. |
En 1997 el Grupo Santo Domingo (GSD) separó las inversiones
en dos: dejó a Bavaria con las empresas orientadas al sector
de las cervezas y bebidas, mientras abrió un portafolio de
inversiones que se ha diversificado con nuevas adquisiciones
como: empresas de transporte, servicios e inversión. En 2001
amplió sus inversiones en Panamá comprando la Compañía
Nacional de Cervezas, luego alcanzó el control de la Unión
de Cervecerías Peruanas Backus & Johnston, aumentó sus
inversiones en el Ecuador con la Compañía Nacional de
Cervezas y adquirió en Colombia un porcentaje más de
Cervecería Leona, mientras en Costa Rica obtuvo una empresa
de refrescos. Todo por cuantiosos millones de dólares.
Para maquillar las relaciones internas, el grupo embistió
las organizaciones sindicales aplicando indemnizaciones a
los trabajadores por pactar "retiros voluntarios" que
alcanzaron los US $80 millones. También enfrentó huelgas en
Panamá y Perú aplicando el sistema de distribución de los
productos a través de contratistas, lo cual explica en parte
el aumento de los activos diferidos que presenta en el
balance.
Estas operaciones se hicieron con la perspectiva de vender,
posteriormente, las inversiones al mejor postor, pues se
sabía que a través de diferentes sociedades el GSD
controlaba en el Grupo Empresarial Bavaria (GEB) un paquete
de 180 millones de acciones y 75% de la propiedad.
Un negocio que
se sale de las manos
Previo a la fusión, el GSD recurrió a la práctica de
negociantes de carros de segunda: "Los compran baratos, los
"engallan" y luego los venden más caros". Pero en su
aplicación, el precio pagado a los grupos empresariales de
Panamá y Perú fue alto y el "engallado" también. Lo anterior
generó expectativas en el mercado accionario y las
inversiones afectaron la estructura financiera del grupo.
Por ello, entre febrero y marzo de este año, implementaron
argucias para que las acciones negociadas en la Bolsa de
Colombia elevaran su precio, rodando rumores de una posible
venta por abultadas cifras, que encubrieron las pérdidas por
US $37,6 millones durante 2004, frente a utilidades netas
por US $42,51 millones en 2003, con lo cual el precio
intrínseco de la acción descendió.
La directiva de Bavaria mostró como positivo la valorización
de la acción y la mejor rentabilidad de los accionistas.
Propuso mantener el dividendo pagado desde el año anterior,
lo que implicaba echarle mano a $561 mil millones de las
reservas patrimoniales, pero la Bavaria? asamblea solo
aprobó $203,1 mil millones.
Entra SABMiller
En julio de 2005 se anunció el acuerdo entre SABMiller y
Bavaria, mediante el cual una subsidiaria de la primera se
fusionará con BevCo LLC., (BC), y un holding de las
inversiones del GSD. Como consecuencia, SABMiller tendría
una participación, indirecta, del 71,8% que es la misma del
GSD en Bavaria. En contrapartida, aquella emitirá a nombre
de BC 225 millones de acciones ordinarias de SABMiller, que
representan 15,1% de su capital.
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2-08-2005
La compra de Bavaria por
SAB Miller
Una fiesta del capitalismo internacional, un
desastre para los trabajadores y el país
Por Luis Alejandro Pedraza |
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En este acuerdo no hay dinero de por medio, sino un
intercambio de acciones. El nuevo accionista de SABMiller no
podrá venderlas en un periodo de cinco años, salvo algunas
excepciones, incluidas enajenaciones limitadas a partir del
tercer año. Como consecuencia el GSD pasa de ser cabeza de
ratón a cola de león, pues no controlará el GEB sino que en
virtud del acuerdo tendrá derecho a postular dos de los
directores que serán elegidos como miembros de la junta
directiva de SABMiller.
Por ello, Alejandro Santo Domingo y Carlos Alejandro Pérez,
en su calidad de miembros del comité ejecutivo de Bavaria,
actuarán como vicepresidentes de la nueva junta creada para
supervisar las operaciones de SABMiller en Latinoamérica y,
por el hecho de pertenecer al equipo de dirección, recibirá
cada uno la suma de US $100.000 anuales.
Para perfeccionar la operación, el GSD y la subsidiaria de
SABMiller deben esperar su aprobación en la asamblea
extraordinaria de ésta última. Una vez concluida, la
multinacional hará ofertas en Colombia para adquirir las
acciones minoritarias de Bavaria a US $19,48, precio
utilizado como referencia en el negocio. También en Perú
para adquirir las acciones listadas Clase A de la
subsidiaria de Bavaria, y los intereses minoritarios de
otras subsidiarias, como es el caso de las acciones que
posee directamente el GSD en la Cervecería Leona.
¿Quiénes ganan
y quiénes pierden?
Hasta julio 31 de 2005 había en Bavaria 41.667 accionistas,
de los cuales, cuatro controlaban un paquete de 181,2
millones de acciones. SABMiller ha destinado US $ 1.400
millones para pagarles a éstos, y espera abrir las ofertas
públicas de adquisición (OPA) en Perú y Ecuador. También ha
previsto otros US $1.000 millones para otras adquisiciones,
pero los inversionistas saben que de presentarse una
valorización del peso y de las otras monedas locales -frente
al dólar- el ingreso en pesos u otras denominaciones de las
acciones minoritarias, disminuiría. Igualmente, se sabe que
los accionistas menores no están obligados a vender su
participación, así los nuevos dueños tomen la decisión de
retirarla de la bolsa, pues la condición civil de Bavaria
sigue operando.
Los nuevos dueños son conscientes que deben hacer otras
inversiones para mejorar la competitividad de las plantas
locales, y que no es posible esperar un retorno de la
inversión en el corto o mediano plazo. Sus esperanzas se
fincan en un periodo de cinco años para empezar a ver los
rendimientos de esta operación.
Como consecuencia, SABMiller debe entregar a sus nuevos
socios, el GSD, 15,1% de las ganancias -que en 2004 fueron
US $2.400 millones- en forma de dividendos. Teniendo en
cuenta que la empresa extranjera paga US $0,38 por acción,
se puede inferir que el GSD recibirá cerca de 90 millones de
dólares anuales. Lo anterior permite concluir que el negocio
fue muy bueno para la familia Santo Domingo, pero no para
los accionistas minoritarios de Bavaria que ya padecen la
reducción de sus rentas de dividendos.
Estos últimos tienen dos opciones: la primera, vender a
SABMiller su participación al precio de US $19,48 en pesos,
con la tasa de cambio que exista en el momento de celebrarse
la OPA. Este precio es bueno si se tiene en cuenta que el
valor patrimonial por acción con valorización es $18.958 y
el precio de compra estaría alrededor de los $45.000: más de
2,3 veces. La segunda, abstenerse de vender y esperar a que
se mejore el dividendo actual como consecuencia de la
dinámica que le impriman los nuevos dueños.
Actualmente se especula frente al posible flujo de dinero en
dólares que recibirían los accionistas minoritarios, en la
eventualidad que vendieran sus participaciones, por lo cual
fluiría a la economía nacional una parte de los US $1.400
millones, cifra nada despreciable, comparada con las sumas
adquiridas por el Banco de la República durante el primer
semestre para frenar el proceso de reevaluación del peso.
Los accionistas de Bavaria están diseminados en todo el
país, en promedio tienen 198 acciones cada uno, es decir que
si decidieran vender, cada uno recibiría en promedio US$
3.857 dólares.
Pero no es así, frente a la expectativa de comprar barato y
vender caro solo se apresuraron algunos accionistas entre
ellos los fondos de pensiones -que manejan los ahorros de
los trabajadores- y que compraron acciones de Bavaria. En la
lista aparecen los fondos Protección, Horizonte, Santander y
Colfondos, que adquirieron entre todos 2,93% de las
acciones. Seguramente harán fila para venderle a SABMiller
al precio de US $19,48 por acción habiéndolas comprado por
cifras mayores.
Implicaciones
en la economía nacional
Algunos analistas están preocupados porque las ganancias que
produzcan las empresas del grupo Bavaria ya no se quedarán
en el país sino que se girarán al exterior. De hecho, una
porción significativa del valor creado por los trabajadores
de Bavaria sale hacia el exterior para cubrir el pago de los
intereses de las inversiones especulativas, realizadas por
su administración en los últimos años. Es más, esta
consideración sería acertada si se demostrara que el GSD
antes de fusionarse, hubiera invertido sus ingresos por
dividendos en el mercado nacional, pero esto no fue así, de
hecho ni siquiera viven en Colombia por lo que sus consumos
personales, mucho menos, contribuyen con el pago del IVA al
tesoro nacional. Falta por ver si en las nuevas condiciones
incluso la Fundación Julio Mario Santo Domingo, va a recibir
en el futuro las jugosas donaciones del Grupo Bavaria.
Las ilusiones no van de la mano con la realidad, la actual
situación financiera de Bavaria no es buena. Durante el
primer semestre de 2005 el grupo arrojó pérdidas netas por
$38.161 millones -US $16,5 millones- frente a ganancias en
el mismo periodo de 2004 por $43.849 millones.
Este resultado puede explicarse por el efecto contable de
sus inversiones en el exterior como consecuencia de la
reevaluación del peso frente al dólar, que en los últimos 12
meses superó el 12% nominal. Pero la causa fundamental es
que Bavaria incrementó los gastos financieros por una
colocación de bonos en el mercado local e internacional de
valores y sus pasivos con la banca nacional e internacional.
Aunque el grupo recibió $1,2 billones en su ingreso
operacional en el primer semestre de 2005, frente al mismo
periodo de 2004 equivalentes a 10%, reportó un alza en los
gastos operacionales de 23%.
Otro aspecto importante es el relacionado con el cambio de
mano en el control de Bavaria, donde la participación
mayoritaria en el grupo absorbente está en manos de Altria (Philip
Morris), el cual quedaría con 24,9% de las acciones con
derecho a voto. El hecho que este grupo sea el principal
accionista de SABMiller y por tanto de su subsidiaria,
Bavaria, tiene grandes implicaciones en la economía
colombiana, toda vez que esta firma es también propietaria
de la Compañía Colombiana de Tabaco.
Tanto la cerveza como el tabaco están gravados con impuesto
al consumo, principal ingreso de los departamentos. En el
caso del impuesto a la cerveza su participación en los
recursos departamentales se sitúa en promedio en 63% y con
éste se atienden las necesidades de salud y educación de la
población colombiana. De acuerdo con la ley colombiana, las
firmas productoras de cerveza y cigarrillos disponen de un
periodo de mes y medio para trasladar al tesoro
departamental las sumas recaudadas. A este incentivo se debe
agregar el reciente beneficio otorgado por el gobierno de
Uribe a las transnacionales con la reducción del impuesto a
las remesas de giros al exterior. Nadie puede negar
entonces, que son los fondos reunidos con los ingresos de
los más pobres, los que ayudarán a ser más ricos a unos
pocos.
Bernardo Parra Restrepo *
Publicado en el periódico de la Universidad
Nacional de Colombia
23 de agosto de 2005
* Economista, autor del libro Los negocios de Mingo, efectos
de la apertura y la globalización en los grupos Bavaria y
Valores Bavaria.
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