República Dominicana

 TURISMO│POBREZA

Controversia sobre el modelo turístico dominicano

  

El pasado lunes 14 de febrero de 2011 el periódico El Día de República Dominicana publicó un artículo de la periodista dominicana Senabri Silvestre,El modelo turístico RD, en vez de riqueza, redistribuye pobreza, en el que citando el trabajo desarrollado por ALBA SUD durante el Seminario que llevó a cabo en Santo Domingo en julio de 2010, ponía en cuestión las supuestas bondades del desarrollo turístico de este país caribeño.

 

El artículo citaba declaraciones de Pável Isa Contreras, oficial de PNUD, Yolanda León, profesora del INTEC, y yo mismo, como coordinador de ALBA SUD.

 

La periodista subrayaba el análisis de los Informes sobre Desarrollo Humano del PNUD que muestran cómo las provincias más especializadas en turismo ocupan los lugares más bajos en el Índice de Desarrollo Humano del país.

 

La publicación de esta noticia en un diario de gran tiraje provocó múltiples reacciones que derivaron en la apertura de un debate (aún insuficiente) tanto en la radio como en diversos medios escritos sobre los impactos del modelo turístico dominicano.

 

Ese mismo día, 14 de febrero, por la tarde, la Asociación de Dueños de Hoteles del Este, a través de su presidente Ernesto Vélez, rechazó en declaraciones a Xtradigital, el análisis de ALBA SUD, “que atribuye la pobreza de los habitantes en zonas turísticas del país a la concentración de la riqueza en beneficio de sus auspiciadores”.

 

Por el contrario, Vélez indicó que el problema de la pobreza era provocado por la “cantidad de migrantes haitianos que trabajan en las construcciones y luego que cesan los trabajos se quedan en el país”.  Para, a continuación, culpar a las autoridades gubernamentales de la situación, por cuanto “ellos hacen todo lo posible para que los asentamientos en esos lugares se hagan de manera legal, pero que el gobierno no contribuye al ordenamiento de los barrios que se crean próximos a esos complejos Turísticos.”

 

Asimismo, reclamó “la creación de planes habitacionales en lugares como, Haití chiquito, barrio Friusa y otros, levantados en Higuey y Bávaro al Este del país”. El artículo de Senabri Silvestre fue también traducido al inglés y publicado por el periódico Dominican Today, especialmente dirigido a la comunidad estadounidense y canadiense con vínculos con la República Dominicana, y entre quienes también se suscitó el debate sobre los contenidos del citado artículo.

 

Al día siguiente, 15 de febrero, El Día continuó la polémica sobre el modelo turístico dominicano con dos artículos de enfoque contrario. Por una parte, Roberto Lebrón tomaba nota de las quejas de la Asociación de Dueños de Hoteles del Este, en un artículo sobre la preocupación de éstos por el “crecimiento vertiginoso y sin control” de la población haitiana ilegal en la provincia de Altagracia (una de las principales zonas de desarrollo turístico), ante la que reclamaban mayores medidas de control por parte de las autoridades públicas. 

 

Por su parte, Senabri Silvestre, insistía en otro artículo en sus críticas a los hoteles instalados en República Dominicana por su bajo nivel de contribución en las arcas públicas del país, citando de nuevo a Pável Isa Contrera del PNUD. La controversia continuó en los días siguientes en las páginas de ese mismo diario a propósito de la contaminación de los hoteles del malecón de Santo Domingo por la casi inexistencia de plantas de tratamiento.

 

Así, la misma periodista denunciaba en otro artículo del 16 de febrero de 2011 que sólo 1 de los 7 hoteles de esa zona disponía de planta de tratamiento.

 

Desde el sector empresarial hubo nuevas reacciones al artículo inicial de Senabri Silvestre que había abierto el debate. El 19 de febrero, la empresa de servicios turísticos Punta Cana & Bávaro online publicó un nota en la que acusaba a ALBA SUD y otras ONG extranjeras a tener un enfoque inexacto e insistía en que “el turismo crea desarrollo, numerosos empleos y riquezas, pero el progreso que esto debería generar no depende exclusivamente del sector turismo, sino de las diferentes autoridades estatales, tanto provinciales como nacionales, que son las responsables de invertir en obra e infraestructura, los ingresos por impuestos que están recaudando en la provincia".

 

Los argumentos vertidos por el empresariado hotelero instalado en la República Dominicana se caracterizan por: negar la evidencia del impacto del turismo en la pobreza; acusar a la población haitiana inmigrante de la propia pobreza en la zona (después de haberse beneficiado de su vulnerabilidad) y reclamar a las autoridades públicas mayor inversión en infraestructura y control sobre los flujos de trabajadores haitianos.

 

Su reacción devela argumentos de sobras conocidos dirigidos a maximizar sus beneficios particulares a costa del trabajo de la gente humilde y las arcas públicas.

 

A tenor de las reacciones al primer artículo de Senabri Silvestre es evidente la necesidad de un debate público amplio sobre las características del modelo turístico dominicano y un balance más claro sobre cómo y en quiénes se concentran sus impactos y beneficios.

 

Para ello sería bueno leer y difundir el magnífico trabajo de investigación que viene desarrollando el PNUD en sus Informes sobre Desarrollo Humano en República Dominicana de 2005 y 2008.

 

En Barcelona, Ernest Cañada

Rel-UITA l ALBA SUD

28 de febrero de 2011

 

 

 

 

Recortes: Diario El Día, República Dominicana, 14 de Febrero de 2010.

Foto de Pie: Giorgio Trucchi / ALBA SUD

 

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