Discutir y
plantear una agenda regional de investigación conjunta sobre el desarrollo
turístico en Centroamérica, para entender las nuevas dinámicas que están
ocurriendo y poder incidir en ellas, es el objetivo que ha motivado la
Carrera de Turismo Sostenible de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
(UNAN-Managua), junto con la Fundación Luciérnaga y la Red Nacional de Turismo
Rural Comunitario, a realizar un acto público como parte del proceso de
intercambio entre investigadores de la región, que ya comenzó desde hace unos
años.
Ernest Cañada |
“Es urgente
meternos de acuerdo sobre cuáles son los temas fundamentales, los enfoques y las
preguntas que debemos hacernos para entender el fenómeno que se nos viene
encima, por el acelerado desarrollo turístico que se ha producido en estos
últimos años en la región centroamericana”, dijo en su intervención Ernest
Cañada, investigador de la Fundación Luciérnaga y también miembro de Acción
por un Turismo Responsable (ATR).
“En poco menos
de 30 años -continuó Cañada- la región centroamericana ha cambiado
totalmente sus esquemas de inserción económica internacional, pasando de un
modelo basado en la agroexportación a un modelo mucho más diversificado, basado
en la explotación de la mano de obra, como por ejemplo en la maquila o en la
migración hacia otros países, y de los recursos naturales, ya sea en sectores
como la minería o el mismo paisaje que utiliza el turismo para desarrollarse”.
Frente a estos
cambios sustanciales, discutir las estrategias de investigación resulta
fundamental para entender la dimensión que está tomando el turismo a nivel
general, pero sobre todo en algunos territorios específicos. “El fenómeno
acelerado de penetración de la actividad turística no tiene un carácter general
para todo el territorio centroamericano, sino diverso según el valor potencial
de un determinado lugar para el desarrollo de la actividad turística. Tierras
que no tenían valor hace 30 años, hoy pasan a tener un valor enorme a través de
un proceso de reevaluación exponencial, agregó el investigador.
Captar esta
dimensión territorial es fundamental para entender lo que está ocurriendo con el
turismo y la diversidad de situaciones que se están desarrollando en la región.
Hay muchas formas, modelos, expresiones, y aunque haya modelos que nunca van a
ser sostenibles, como por ejemplo el turismo de masa o masificado, su grado de
no sustentabilidad va a depender del contexto en el que tienen lugar. El
problema de la sustentabilidad difícilmente se reduce al modelo en sí, sino que
tiene que ver con el contexto concreto en el que se desarrolla. Un tipo de
turismo que es sostenible en un territorio que tiene ciertas características
socio-culturales y económicas no necesariamente lo va a ser en otro territorio
con características distintas. Necesitamos entender esta lógica territorial y es
por esto que hay que estudiarla y recurrir a la investigación social”, aseveró
Cañada.
Nelson Cuellar |
Según Nelson
Cuellar, investigador de la Fundación Prisma de El Salvador, “hemos llegado a la conclusión que los estudios de tipo sectorial o los
análisis de tipo nacional no son muy útiles, porque no nos permiten profundizar
y entender mejor la naturaleza de distintas dinámicas que se están dando en
territorios específicos. Es por eso que la orientación de
la
Iniciativa
de Diálogo e Investigación sobre Dinámicas Territoriales en Centroamérica está
dirigida a promover un esfuerzo colaborador para entender algunas de estas
dinámicas territoriales, tomando también en cuenta el proceso globalizador que
está afectando la región. Se trata -continuó Cuellar- de movilizar
insumos de conocimientos que sean útiles para diferentes actores sociales que
son parte del esfuerzo y que están al centro de la disputa de los territorios,
como por ejemplo
comunidades
rurales, campesinas, indígenas, afro descendientes, entre otros. Al mismo
tiempo, queremos también movilizar insumos de conocimiento que agreguen valor al
diálogo de políticas sobre pobreza, ambiente y desarrollo territorial en
Centroamérica, para la construcción
de una plataforma regional de dialogo y generación de
conocimiento”, explicó el investigador de la Fundación Prisma.
Diferentes escalas territoriales
En la actividad
pública que se desarrolló en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
(UNAN) -Managua se evidenció también la importancia de ampliar la escala
territorial del fenómeno que se está estudiando, porque además de la dimensión
local, donde por ejemplo se está desarrollando la actividad turística o el
megaproyecto, hay que entender la lógica regional e internacional en que se está
desarrollando el turismo.
Ernest Cañada |
“El plan
regional va más allá de las fronteras administrativas de los Estados. El turismo
se está reconstruyendo en espacios territoriales que no tienen que ver con los
Estados-Naciones y tenemos que ampliar nuestra mirada hacia los corredores
turísticos, que no necesariamente coinciden con los espacios administrativos,
sino con los espacios de desarrollo del capital. Un ejemplo de ello es la
dinámica que se esta reproduciendo en Costa Rica en la zona del
Guanacaste, donde el mismo capital, cuando agota sus capacidades de
desarrollarse, se expande hacia Nicaragua, explicó Cañada.
También tenemos
que prestar una gran atención a la dimensión internacional del fenómeno. El
desarrollo turístico en la región no es un desarrollo turístico endógeno, sino
que está codiciado por la inversión turística internacional, la cual ha
comenzado un proceso acelerado a través de empresas transnacionales hoteleras e
inmobiliarias, en una competencia feroz por conseguir nuevos destinos y
maximizar sus ganancias y su capital, frente también al agotamiento de la
explotación turística en otras regiones del planeta”.
Una profunda agenda de investigación
Según los
panelistas que participaron en el evento, para poder incidir en estos procesos
hay que desarrollar una agenda de investigación, coordinada a nivel regional y
en alianza con otros actores internacionales a través del trabajo conjunto de
investigación. Una agenda que dé cuenta de la diversidad de situaciones con las
que se está desarrollando el turismo en Centroamérica, atendiendo a
diferentes planes de análisis y centrándose en varios aspectos, como son las
características del tipo de actividad turística que se desarrolla y de los
contextos específicos en los que se insertan. Se necesitan estudiar los impactos
ambientales, sociales, económicos, culturales en un territorio concreto y de que
manera inciden, así como entender las dinámicas de conflictos sociales y
ambientales que se están produciendo en la región entre grupos sociales
diferentes, por intereses contrapuestos en torno al desarrollo turístico.
Nelson Cuellar |
“Tenemos que
prestarles atención a los diferentes actores que están presentes en esta nueva
dinámica turística, insistió Cañada. Nos enfocamos mucho más en las
comunidades y muy pocas veces nos enfocamos en las empresas transnacionales que
están desarrollando el turismo. Difícilmente vamos a poder entender lo que está
pasando en Nicaragua, con el caso del secuestro preventivo del complejo
turístico Barceló Montelimar, si no entendemos cuál es la dinámica de la
propia empresa transnacional, cuál ha sido su historia, sus actuaciones, su
expansión y su estrategia para maximizar sus beneficios en el mundo”.
Para el miembro
de ATR es también muy importante estudiar las políticas públicas y de
cooperación en los diferentes países de la región, “porque muchas veces, bajo
los discursos de favorecer a la población empobrecida, se hacen políticas que
salen beneficiando a la reproducción del gran capital a través de la inversión
turística”. Señala al mismo tiempo que hay que analizar a fondo las que se
presentan como alternativas al modelo de desarrollo turístico del gran capital,
como por ejemplo el Turismo Rural Comunitario, porque “no podemos conformarnos
con los discursos fáciles de que éstas son las alternativas, si no que antes
debemos analizar a profundidad sus aportes y sus contradicciones”, concluyó
Cañada.
Turismo y desarrollo inmobiliario en Centroamérica
Marcela Román |
En su intervención,
Marcela Román
Forastelli,
investigadora asociada al Proyecto Estado de la Nación, de Costa Rica,
presentó una propuesta para investigar la sustentabilidad
de los impactos
que genera el turismo residencial en comparación con otras formas de desarrollo
de la actividad turística presentes en la región.
Objetivo de
esta iniciativa es aportar insumos para una mejor comprensión del avance de la
dinámica inmobiliaria en territorios de interés turístico, generar debate,
reflexión y capacidad para incidir en procesos de movilización y planificación
local, nacional y regional, evitar y manejar las consecuencias de las tendencias
que identificamos, en particular los impactos negativos.
En general el
Turismo Residencial en Centroamérica se define como “aquella actividad
económica que se manifiesta en un espacio físico concreto y que resulta de la
interacción entre algunos tipos de turismo presentes en la región y la creciente
dinámica del mercado inmobiliario”. Se caracteriza por el desarrollo masivo de
alojamientos privados, el proceso de creación de suelo urbanizable en un
territorio con atractivos turísticos, donde la base de la rentabilidad
empresarial es la especulación con el precio del suelo.
Otros elementos que caracterizan al turismo residencial es la
atracción de grandes flujos de inversión externa directa para el sector
inmobiliario, combinar un uso poco intensivo de servicios turísticos, con el
desarrollo acelerado de campos de golf y marinas, asociados a megaproyectos y
ser una actividad que moviliza grandes contingentes de población.
|