En 1985 el Grupo Barceló abrió un hotel en la
República Dominicana. Era su primera incursión fuera de territorio español,
donde se había asentado fundamentalmente en Baleares y Canarias. Con esta
decisión, Barceló se situaba a la cabeza de la conquista de los mercados
turísticos latinoamericanos por parte de las empresas hoteleras españolas. Daban
así los primeros pasos de un acelerado proceso de internacionalización del
capital hotelero español.
Desde entonces, y en poco más de veinte años, 19 cadenas
hoteleras españolas han pasado a operar 228 hoteles en 13 países de
Latinoamérica y El Caribe. Su presencia es especialmente fuerte en
México (67 hoteles), Cuba (52), República Dominicana (52),
Brasil (19), Costa Rica (12) y Argentina (12 hoteles). Las
principales cadenas que han protagonizado este proceso han sido Sol Meliá
(61 hoteles en 11 países), Barceló (38 hoteles en 7 países), Oasis
(22 hoteles en 3 países), Riu (15 hoteles en 3 países), Occidental
(13 hoteles en 3 países), Iberostar (13 hoteles en 3 países), Bahía
Príncipe (12 hoteles en 2 países), Fiesta (12 hoteles en 2 países)1
Con el fin de mejorar su capacidad de negociación y lograr
condiciones de favor para sus empresas, once cadenas españolas (Sol Meliá,
Barceló, Iberostar, Globalia, Fiesta, Sirenis,
H-10, Princess, Catalonia y Bahía Príncipe) crearon
en enero de 2008 la Asociación de Inversores Hoteleros de Ámbito Internacional (INVEROTEL).
Con esta iniciativa trataban de interceder ante las autoridades públicas de los
países en los que estaban operando en cuestiones como la mejora de
infraestructuras o el mantenimiento de playas, así como "hacerse escuchar",
según declaró su presidente, Jesús Favieres, en el desarrollo de
normativas que afectaran, a su entender, a las inversiones turísticas. En
definitiva, con INVEROTEL el empresariado hotelero español se dotaba de
una potente herramienta de coordinación para las labores de incidencia
internacional.
Una expansión de estas
características en tan poco tiempo ha provocado, sin duda, un fuerte impacto. En
los últimos meses han salido a la luz pública diversos escándalos relacionados
con el comportamiento de estas empresas y el apoyo que le han brindado las
autoridades españolas en el exterior. Así, por ejemplo, en diciembre de 2007,
Ecologistas en Acción denunció la presión ejercida por el embajador español en
México, Carmelo Angulo, a favor de empresas españolas. Según dicha
organización, el embajador hizo gestiones ante la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales (SEMARNAT) en relación con la "Ley General de Vida
Silvestre", por cuanto consideraba que tal como se estaba interpretando afectaba
los intereses de las inversiones españolas en la Riviera Mayo.
En febrero de 2008, las
autoridades sanitarias costarricenses se vieron en la obligación de clausurar
temporalmente el Hotel Occidental Allegro Papagayo, en Guanacaste, después de
las fuertes presiones del movimiento ecologista y pobladores locales, por los
vertidos ilegales de aguas negras del hotel en una comunidad rural cercana.
Durante el pasado mes de junio de 2008, el Procurador General de la República de
Nicaragua, Hernán Estrada, inició un proceso civil contra el Grupo
Barceló, por el incumplimiento del contrato de compra del Hotel
Montelimar, que la empresa española adquirió aprovechando la fiebre
privatizadora del gobierno nicaragüense en los años noventa.
Para analizar las consecuencias
que esta expansión ha generado en las condiciones de empleo y en los derechos de
trabajadores y trabajadoras y, a su vez, diseñar una estrategia de acción
sindical para hacerles frente, dirigentes sindicales de Latinoamérica y
El Caribe se reunieron en Buenos Aires durante los días 24, 25 y 26 de
septiembre de 2008. Convocados por la Regional Latinoamericana de la Unión
Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles,
Restaurantes, Tabaco y Afines (Rel-UITA), se congregaron 15 delegaciones
de diferentes sindicatos de Argentina, Brasil, Chile,
México, Nicaragua, Panamá, Perú, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela. También participó una
delegación de Comisiones Obreras (CCOO), de España, que apoyó la
organización del evento, y asistió como invitada la asociación catalana Acción
por un Turismo Responsable (ATR).
En el Taller-Conferencia se
presentó y discutió el Informe "Las cadenas hoteleras españolas en América
Latina y las libertades sindicales", elaborado por Enildo Iglesias,
ex-secretario regional de la Rel-UITA entre 1967 y 2000. El Informe
detalla la presencia de las cadenas españolas país por país, aportando también
datos pormenorizados sobre la existencia o no de sindicatos en cada uno de los
hoteles de capital español en la región. Los principales aspectos en los que el
Informe y las delegaciones sindicales mostraron una especial preocupación y ante
los cuales decidieron centrar su atención, fueron los siguientes:
- Hostilidad hacia la presencia
sindical en los hoteles de cadenas españolas. El Informe pone en evidencia, con
testimonios y datos, el comportamiento fuertemente antisindical de las empresas
españolas. Entre ellas destaca el Grupo Barceló: de los 38 hoteles que
dispone en la zona sólo en 9 existen sindicatos. Además, hay que tomar en cuenta
que 4 de ellos se encuentran en Cuba, donde la sindicación es
prácticamente obligatoria, y así deben aceptarlo los inversionistas cuando se
instalan en la isla. Igualmente se destacó por comportamientos similares a
Sol Meliá. En algunos países como Costa Rica, Chile,
Nicaragua o Uruguay no hay presencia sindical en ninguno de los
hoteles de las cadenas españolas. En otros, como México o la República
Dominica, con frecuencia se llevan a cabo lo que se conoce como "contratos
colectivos de protección" entre la empresa y supuestos sindicatos que, aunque
legales, no tienen ninguna representatividad ni vida sindical real. De hecho
esta modalidad no es más que una estrategia empresarial para evitar la presencia
de organizaciones sindicales en sus hoteles. En otros países, si bien la
situación no es tan grave, sí se constata el rechazo de las empresas españolas a
la presencia y organización sindical. En contraste, se valoró positivamente la
situación de Argentina, donde la UTHGRA ha logrado implantarse en
la totalidad de los hoteles de capital español. Una de las principales
conclusiones del Taller-Conferencia fue la necesidad de reforzar la organización
y presencia sindical dentro de los hoteles de las cadenas españolas. A su vez,
se vio con preocupación la posibilidad que el sistema de "contratos colectivos
de protección" pudiera extenderse a otros países.
- Separación entre propiedad y
gestión hotelera. Una de las tendencias que más inquieta a las organizaciones
sindicales es que, a través de los contratos de gestión, o management contract,
se consolide la tendencia a la separación entre la propiedad de los terrenos,
edificios, infraestructuras, etc. de los hoteles y su gestión. Este modelo
permite a las empresas con una posición e imagen consolidada exportar su marca
gestionando hoteles que no necesitan adquirir. De este modo logran ampliar los
hoteles que funcionan bajo su marca sin necesidad de invertir para hacerse con
la propiedad de los inmuebles y sin que sus activos se deprecien
significativamente. Esta situación dificulta lógicamente los canales de
interlocución para los representantes sindicales y constituye un paraguas en el
que se escudan las grandes empresas para no asumir su responsabilidad ante
cualquier problema o conflicto existente en alguno de sus hoteles. La posición
del movimiento sindical es que mientras se mantenga la marca de una determinada
empresa es a ella a la que hay que dirigir la atención y exigir
responsabilidades y, en su caso, debilitar su imagen.
- Tercerización de la empresa
hotelera. Cada vez con mayor frecuencia las empresas hoteleras están
subcontratando a otras empresas parte de su personal. Encargan a terceros
servicios como la vigilancia y seguridad o la limpieza, por ejemplo. Esta
estrategia divide a los trabajadores dentro de un mismo hotel y los sitúa en
distintas situaciones contractuales, al mismo tiempo que diluye las
responsabilidades de la empresa. Ante esta práctica, la Rel-UITA mostró
su frontal oposición, considerando que atenta gravemente los intereses de los
trabajadores. En este sentido, el Taller-Conferencia saludó la iniciativa del
Presidente de Ecuador, Rafael Correa, que a través del Mandato
Constituyente número 8, firmado el 30 de abril de 2008, trataba de poner fin a
este tipo de modalidad contractual. En su Artículo 1º dispuso que "se elimina y
prohíbe la tercerización e intermediación laboral y cualquier forma de
precarización de las relaciones de trabajo en las actividades a las que se
dedique la empresa o empleador. La relación laboral será directa y bilateral
entre el trabajador y empleador"
2
- Expansión del sistema de
"todo incluido". El sistema "todo incluido" se inició en el Caribe y
progresivamente se ha ido propagando por diversas partes del mundo como una de
las modalidades preferidas para la gestión de grandes hoteles, especialmente en
destinos de "sol y playa". En este sistema cuando el cliente contrata su
alojamiento, su pago ya incorpora los servicios de alimentación y bebidas,
diversiones, etc. Este sistema ha provocado fuerte críticas allá donde se ha
instalado desde múltiples sectores. Por parte de empresarios locales se ha
remarcado que éste reduce drásticamente la derrama que dejan los clientes en
otros negocios próximos a los hoteles donde se alojan los turistas. Por su
parte, los sindicatos han centrado la crítica en el hecho que con la aplicación
del auto-servicio, modalidad común en el "todo incluido", los hoteles reducen el
número de personal requerido. Además pueden contratar a personal con una menor
calificación que así "puede ser explotado más fácilmente" (Informe Rel-UITA,
pág.70). Otro de los problemas señalados es que el huésped, al haber realizado
ya todos los pagos en origen, reduce en gran proporción las propinas por
servicio, con lo cual los trabajadores ven menguados también sus ingresos. La
oposición sindical a este sistema es frontal y se considera que sólo debería
permitirse cuando el hotel esté ubicado en lugares en los que no haya ningún
otro tipo de negocio cercano que permita la atención de los huéspedes.
- Impactos socio-ambientales
del desarrollo turístico. Desde las organizaciones sindicales presentes en el
Taller-Conferencia se mostró una especial preocupación por el impacto
socio-ambiental de una hotelería tan agresiva como la española. Se mostró una
especial preocupación por el incremento del coste de la vida que genera el
predominio de la actividad turística en un determinado territorio, que afecta
tanto a la población local como a los mismos trabajadores y trabajadoras de los
hoteles. También se manifestó inquietud por el impacto medioambiental que está
comportando el crecimiento turístico. En este sentido se señalaron afectaciones
como la pérdida de suelo y arenas costeras, la degradación del paisaje, la
sobreexplotación y contaminación de acuíferos, el aumento exagerado del consumo
energético. El Informe identifica también la contribución directa del sector
turístico en el cambio climático, a consecuencia de los desplazamientos masivos
de turistas en avión y el transporte de larga distancia de alimentos e
infraestructuras diversas utilizadas en los hoteles. Frente a discursos que
enfatizan el hecho que el turismo genera empleo y que, por tanto, hay que hacer
todo lo posible para atraer la inversión extranjera, resulta especialmente
significativo que el movimiento sindical latinoamericano esté incorporando una
visión clara de los impactos socio-ambientales que comporta la expansión
turística.
El Taller-Conferencia fue
clausurado con la aprobación de una declaración en la que se denuncia la
vulneración de los derechos de trabajadores y trabajadoras empleados en las
cadenas hoteleras españolas en América Latina y El Caribe y se
anima a dar una respuesta sindical ante los múltiples atropellos y afectaciones
que ha provocado esta expansión internacional del capital español en el sector
turístico.
Desde los distintos sectores
que nos sentimos preocupados por las características del crecimiento de la
industria turística, es clave entender la importancia del fortalecimiento de las
organizaciones sindicales en el sector hotelero. Su participación es estratégica
para hacer frente y parar los estragos que está provocando una industria que,
hasta la fecha, sigue beneficiándose de una imagen pública positiva.
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