En el marco del Taller
“La realidad de la lechería en el Uruguay Productivo”,
realizado recientemente en la sede del sindicato de
CONAPROLE en Montevideo, Sirel dialogó con Luis Goichea,
secretario de la Asociación de Obreros y Empleados de
CONAPROLE (AOEC), representando a la Federación de
Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), quien
comentó el nuevo proyecto de ley que pretende ordenar la
cadena láctea y analizó los nuevos desafíos del sector.
-¿Cómo
ve la FTIL este nuevo proyecto de ley que ordenaría la
cadena láctea?
-Recién lo estamos analizando y discutiendo con los
distintos sindicatos. Pensamos que hay cosas que no
contempla. Teniendo en cuenta las nuevas realidades,
habrá que definir qué vamos a exigirle a los inversores,
más allá de que uno de los artículos establece que, por
ejemplo, quien establezca una industria nueva deberá
desarrollar una cuenca y quien compre una ya existente
queda obligado a su ampliación.*
Teniendo en cuenta la histórica demanda de los sectores
agroexportadores acerca la diferenciación de los precios
internacionales que habitualmente no son favorables, hay
que establecer cuál será la participación de estas
nuevas industrias en el mercado interno, porque sabemos
que vienen a llevarse la leche con el menor valor
agregado posible. Subsidios o devolución de impuestos
son aspectos que la ley tiene que prever; por ejemplo,
cuando la situación es favorable se debería contribuir
con el pago de impuestos que puedan permitir que en
momentos de crisis el Estado pueda participar. Debe
haber una reciprocidad. Si reclamamos cuando la
situación económica internacional es desfavorable,
cuando ella es favorable –como actualmente– debería
darse una devolución. Estos aspectos no están
comprendidos en el proyecto de ley porque, naturalmente,
se redactó en una realidad que no es la actual. A partir
de este año hubo un incremento en las exportaciones,
además del anuncio de la llegada de importantes grupos
económicos a nuestro país, por lo cual debería crearse
algún mecanismo que establezca a qué vienen, qué van a
aportar al complejo agroindustrial lechero forjado a lo
largo de décadas, para evitar que se lleven libremente
nuestra riqueza como hacen otros grupos económicos.
-¿Una vez más sin la presencia de la Cámara de
Industrias Lácteas del Uruguay (CILU) y de las distintas
agremiaciones de productores?
-Sí,
esta no es la primera vez que cuando los trabajadores
organizados hemos promovido cosas de este tipo, tanto
los productores como los industriales no llegan a
ninguna resolución. Recuerdo tripartitas coordinadas en
1996 y 1997 por la Universidad de la República para
hablar de las industrias lácteas en la que participaron
en la etapa inicial, pero en las que no se llegó a nada.
Estos sectores son muy cerrados, piensan exclusivamente
en sus intereses y no en los intereses nacionales. Hoy,
por ejemplo, la industria está pagando un excelente
precio por la leche, y los productores están obteniendo
beneficios por el incremento de los precios de
exportación. Considero que no les interesa debatir sobre
el futuro colectivo de este sector agroindustrial,
aunque muchos de ellos verán comprometido su futuro,
pues varios productores no podrán afrontar las
exigencias del los grupos económicos internacionales y,
por consiguiente, si no se implementan medidas por parte
del gobierno muchos emprendimientos desaparecerán, no
van a tener dónde remitir la materia prima y ocurrirá lo
que se señaló en este encuentro, muchos de estos
productores terminarán en el área informal, donde las
condiciones son distintas, o en el área artesanal donde
no se cuenta con los mismos beneficios.
-¿Le preocupa a la FTIL que se sigan alejando de este
tipo de encuentros tanto los productores como los
industriales?
-Nos
preocupa que estos sectores no estén participando, pues
es importante la visión y opinión de todos los actores
sociales y políticos que intervienen en el tema, ya que
este proyecto agroindustrial lechero es sumamente
necesario para el país.
-¿Cuántos sindicatos integran actualmente la Federación?
-Son
20 los sindicatos que actualmente integran la FTIL,
abarcamos toda la cadena industrial productiva, excepto
los peones rurales. Tenemos afiliados sindicatos de la
producción industrial, de la distribución, de la
recolección y también de servicios. Estamos trabajando
con la comisión de agro del PIT-CNT y con el
sindicato de trabajadores rurales la posibilidad de
organizar a los peones del campo, tarea muy compleja,
debido a la situación en la que trabaja la mayoría de
estas personas. Los grandes productores no tienen muchos
trabajadores, y en algunos casos tienen familias
trabajando para ellos lo que dificulta mucho
sindicalizarlos. Aún falta organizar a más trabajadores;
vamos marchando despacio, pero firmes.
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