Con Claus-Harald Güster
Defender las conquistas sociales
Claus-Harald Güster
es vicepresidente del
Sindicato de Trabajadores de la Alimentación y la
Gastronomía de Alemania
(NGG), y si bien no
podrá estar presente en la Conferencia de Buenos
Aires, compartió con Sirel informaciones y opiniones
sobre las tendencias que marcan el desarrollo del
sector lechero en Alemania: la pérdida de empresas
productoras y de empleos, así como las posibilidades
de defender los estándares sociales de los
trabajadores.
-¿Quiénes participarán por NGG en la Conferencia de
Buenos Aires?
-Como lamentablemente no voy a poder estar por una situación
conflictiva en
Coca Cola, participarán Peter Störling, responsable de nuestro
Departamento de Trabajadores Lácteos, y otros dos
compañeros: Franz Morgret y Ernst Valentin.
-¿Cómo analizas, en términos generales, la situación
del sector lechero en Alemania y Europa?
-Alemania es el
principal productor lácteo de la UE y cuenta con 33
mil trabajadores, pero este número disminuye
continuamente.
Estamos luchando contra esta tendencia.
Actualmente se está procesando una transformación
estructural, que se refleja, entre otras cosas, en
que el
número de tambos se ha reducido a la mitad desde los
años 90, más específicamente desde mediados de esa
década.
Paralelamente, la
cantidad de empresas procesadoras de leche ha
disminuido en dos tercios,
al tiempo que se redujeron fuertemente los empleos.
Más de 10
mil trabajadores de la industria láctea han perdido
el empleo desde entonces.
Pero hay otro hecho que nos afecta seriamente: en el contexto
internacional nuestros productores lecheros operan
en unidades pequeñas. En el mercado los productores
están muy expuestos a la presión de los
establecimientos minoristas, inmersos en una carrera
por bajar los precios, que incluye también los
productos lácteos. El litro de leche y el medio kilo
de manteca integran la lista de productos de los
cuales los establecimientos se sirven para atraer
clientes.
Para ello presionan los precios a la baja, al punto
que los mismos ya no reflejan el valor real.
-¿Cuáles son los problemas y desafíos desde la
perspectiva de los productores y el trabajo
sindical?
-Los productores deben abandonar la producción en pequeñas
unidades; su organización debe adaptarse más a las
empresas comerciales, ya que, al igual que las
centrales lecheras, deben enfrentarse a cinco
cadenas comerciales con un número importante de
locales. De ahí la necesidad de avanzar hacia una
mayor concentración.
No veo otra opción.
En lo que se refiere a las centrales lecheras, hemos firmado
Convenios Colectivos que reflejan el resultado de
nuestras negociaciones con los empleadores sobre los
estándares sociales. Así, quien concluye una
formación de tres años en la industria láctea y
encuentra ocupación como trabajador especializado,
percibe un salario mensual de aproximadamente 2.200
euros (2.800 dólares).
La semana laboral
promedio es de 38 horas.
A esto se agregan otras condiciones generales como
licencia, pagos especiales, salario vacacional,
pagos adicionales por cumplir tareas en horario
nocturno o en horarios extraordinarios, suplementos
por trabajo extraordinario, etc.
Tenemos entonces una
serie de conquistas sociales por las cuales luchamos.
-¿Y la sindicalización?
-Unos 13 mil
trabajadores, de un total de 33 mil, están afiliados
al NGG. Se trata de un buen nivel de
sindicalización, aunque podría ser mayor. Por otra parte, existen empresas con un alto índice de sindicalización
y otras con un nivel inferior.
De modo que hay muchas empresas en las cuales se puede luchar
en defensa de los estándares, para que los
trabajadores no sufran las consecuencias de los
cambios que operan en el mercado.
-¿Cómo en otros países, también en Alemania hay una
concentración de centrales lácteas?
-Hay empresas importantes en Alemania, en primer lugar
Nordmilch, pero también el grupo Müller,
Humana, Hochwald y otros.
Actualmente se está instrumentando algún tipo de
cooperación entre Nordmilch y Humana,
ambas compañías crearon una oficina en el norte del
país para coordinar sus ventas, etc. Es decir, algo
está sucediendo. Sin embargo, las tres compañías más
grandes de Europa -Arla
(Dinamarca),
Campina (Países Bajos) y
Lactalis
(Francia)- registran ventas tres veces
superiores.
-¿Qué expectativas tienen con respecto a la
Conferencia de Buenos Aires?
-Esperamos sobre todo, recibir información; me hubiera
gustado recibirla personalmente, pero ahora debo
hablar desde la perspectiva de quien no podrá
participar.
Realmente me hubiera gustado conocer la situación en otros
países, en el otro hemisferio del mundo, y al mismo
tiempo hacer nuestra contribución a la discusión. La
delegación se encargará entonces de presentar y
transmitir la situación en Europa.
Personalmente me interesaría enterarme de cómo las
organizaciones sindicales hermanas defienden los
derechos de los trabajadores y qué logros obtienen,
porque me parece que éstos podrían servir como
puntos de orientación.
Habría que plantearse la pregunta: ¿en qué caso una
organización representó los intereses con éxito y
qué ideas constructivas puede aportar? Sería muy
soberbio pretender que los demás siempre aprendan de
uno mismo. Al contrario, importará siempre saber qué
convenios exitosos con los empresarios fueron
firmados por los otros, qué convenios colectivos
existen, cómo opera el relacionamiento con las
empresas. A quien se formó en el contexto del modelo
alemán de cogestión, siempre le interesará saber
cómo funciona el relacionamiento en otros casos.
-¿Cuál sería el papel de la UITA?
-Me parece que la UITA puede jugar un papel
importante, ya que podrá ayudar a ampliar aún más la
base de información compartida. Este es su papel, y
lo podría profundizar, contribuyendo a compartir aún
más la información recíproca durante la Conferencia.
Se trata de un aspecto importante, incluso teniendo en cuenta
lo que dije anteriormente: a veces no tenemos la
oportunidad de volar alrededor de medio mundo para
conocer todo in situ.
Hoy visité la
página web de la Rel-UITA y me interioricé en
algunos temas, y me parece importante que estas
informaciones estén disponibles, complementándolas
con los contactos que se establezcan en el lugar. Es
un
mandato evidente.