Con Enrique Terny,
del SATIF
Dotarnos de herramientas eficaces
para enfrentar la globalización
Enrique Terny,
secretario general del Sindicato Argentino de Trabajadores de
la Industria Fideera y Afines (SATIF) e integrante
del Comité Ejecutivo Latinoamericano de la UITA,
participó en el Seminario Internacional de la Pesca
en São Paulo, en la reciente Conferencia
Internacional del Sector Lácteo de la UITA en Buenos
Aires y en el posterior IV Encuentro Regional de
Unilever. Sirel recabó su opinión sobre estos
encuentros.
-Has sido un observador privilegiado de los últimos
tres eventos internacionales de la región, ¿Cuál es
tu reflexión sobre lo que viste?
-Es cierto, participé en los tres encuentros y venimos
participando desde siempre, no hay que olvidar que
fuimos la primera organización en
Argentina en afiliarnos a la
UITA (risas).
Volviendo a tu pregunta, el
Seminario
Internacional de la Pesca en São Paulo,
Brasil,
fue una gran experiencia en la que pude conocer más
a fondo esa actividad sobre la cual, sinceramente,
tenía poca información.
Parte de las cosas que se dijeron allí, relativas a la
explotación intensiva del recurso, al descarte de
toneladas de alimento obtenido del mar simplemente
porque no es lo que se salió a pescar, entre otras,
hacen pensar que el ser humano se enfrenta a su propia destrucción por el
agotamiento de los alimentos y del ambiente.
La Rel-UITA, por su parte, continúa reafirmando sus principios y
conceptos de siempre, de trabajar sobre realidades y
las necesidades de los trabajadores que siguen
siendo imperiosas.
El capital es cada día más "sin rostro" y acentúa su opción
de enfocarse sobre los beneficios para los
accionistas de las compañías antes que cualquier
otra cosa.
Este Seminario realizado con la colaboración de la
cooperación española y la presencia de
representantes sindicales de
CCOO,
culminó con la importante decisión de concretar la
Coordinadora Latinoamericana de Trabajadores de la
Pesca y la Conserva.
-Luego fue el turno del sector lechero en Buenos
Aires…
-Otro impacto personal ante la revelación de cuánta
hipocresía existe en nuestro país, donde uno ve a
los grupos económicos hablando de que tendremos que
importar leche por insuficiencia en la producción,
pero en realidad es una falacia que intenta
justificar un esquema que tiene al mercado cautivo y
saca ventaja de los consumidores y los productores.
Se dijo que
Argentina produce 10 mil millones de litros de leche anuales, 80 por
ciento para el mercado interno y el resto se
exporta, pero no se produce más porque los
productores -la base del sector- están muy mal
remunerados.
Esta Conferencia ha sido realmente todo un éxito para la
Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera
de la República Argentina (ATILRA)
y para la propia
UITA,
y una demostración de la capacidad de convocatoria
de la Internacional.
Se puso en la palestra que las necesidades de los
trabajadores en los países desarrollados y en los
emergentes son prácticamente las mismas. Lo
preocupante es que vemos al movimiento obrero
europeo como entregado a la suerte inevitable que
fijan las grandes empresas y huérfano, pues la
socialdemocracia está en un estado de
confusión ideológica.
En nuestra región creo que todavía mantenemos viva la llama
de la indignación, aunque empezamos a enfrentar
problemas con los trabajadores más jóvenes que, a
pesar de que reciben todos los beneficios obtenidos
por la lucha de tantos años, se preguntan a menudo
para qué sirven los sindicatos.
En esta Conferencia se logró, además, concretar el propósito
de reunir a la industria, los productores, el Estado
y los sindicatos, lo que es una muy buena cosa que
marca un rumbo hacia el futuro en la actividad
láctea.
Y por si fuese poco, se aprobó andar el camino hacia un
Departamento del Sector Lácteo de la UITA,
algo completamente inédito en nuestra historia y,
sin duda, más que necesario en el marco de la
creciente globalización empresarial.
-Y ahora el IV Encuentro de
Unilever…
-En este encuentro la UITA reafirmó nuevamente sus definiciones estratégicas, y se
pudo conocer las fortalezas y debilidades de cada
sindicato. Surge la convicción de continuar
promoviendo y apoyando los esfuerzos de más y mejor
organización, porque, como dice el refrán: "La
organización vence al tiempo". Se debe lograr que el
capital al menos cumpla una labor social, cosa a la
que no está acostumbrado ni es afín.
Destaco, finalmente, que estos tres eventos profundizaron el
trabajo desplegado desde la Internacional, y
específicamente desde la Regional Latinoamericana,
de concretar y desarrollar coordinaciones
continentales y globales por actividad.
Esta será una tarea ardua, pero sin duda plena de
satisfacciones a mediano y largo plazo. El capital
continúa concentrándose, acaparando recursos
naturales y económicos, los trabajadores y
trabajadoras debemos dotarnos de una herramienta
adecuada, proporcionalmente eficaz, y la
UITA es el
marco ideal para lograrlo.