México

Lecheros en riesgo de extinción

  • 2008, importación de leche en polvo

  • Serán 9 entidades las afectadas

 

Se aproxima la liberación comercial total en el marco del TLCAN entre México, Estados Unidos y Canadá, la prueba final, para un alicaído sector agropecuario en México que ha desperdiciado tiempo, a la espera de un programa conjunto de acción entre el gobierno y los particulares a fin de prepararse para competir frente a productos similares que serán importados tanto de Estados Unidos como de Canadá.

 

Cuenta regresiva: quedan 2 años para cumplir, en el 2008, con una de las partes con impacto significativo en la actividad primaria de la producción, de la que por décadas, el país presumió de una soberanía alimenticia que perdió al ritmo del TLCAN. Nunca imaginamos ser importadores de maíz.

 

Desde la firma del tratado en 1993 y la entrada en vigor a partir del primero de enero de 1994, se sabía del desafío de apuntalar, fortalecer, capitalizar y expandir al campo y cada una de las actividades sustanciales para prepararlo en un lapso de 14 años para la cita del 2008. Fue una primera promesa del gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari, no cumplida por él, ni por el presidente Ernesto Zedillo; ni mucho menos en la administración del presidente Vicente Fox.

Han transcurrido 12 años sin acciones reales de fortalecimiento y los productores de azúcar, fríjol, maíz y leche, advierten del quebranto de cientos, miles de productores, y de una afectación colateral a tantas otras áreas unidas a la actividad primaria.

 

Además se trata de una herencia para el nuevo gobierno que -con el tiempo encima-, resolverá “al vapor” una respuesta inmediata que cumpla con las normas del TLCAN en materia de subsidios, lo mismo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), y que permita cierto oxígeno para la competencia que llegará desde afuera. ¿Cómo le hará para instrumentar tamaño programa de salvamento para los campesinos, ganaderos, cañeros, avicultores y lecheros?

 

A colación

 

Los productores de la industria lechera nacional enfrentan los primeros embates, preludio de lo mal que irán las cosas en los próximos años. De acuerdo con información de la Comisión Especial de Ganadería, de la Cámara de Diputados, la grave crisis en la industria lechera por la importación de 47 mil toneladas del producto genera pérdidas económicas por 15 millones 200 mil pesos diarios y la afectación de 400 mil productores.

 

Desde el 2005, una decisión de la Secretaría de Economía fue la de anticipar una reducción arancelaria de 35% para azúcar, fríjol, maíz y leche procedentes de Estados Unidos, fue una medida que Economía justificó para evitar el impacto de golpe de la liberación total y permitir que los productores pudieran llevar a cabo alguna maniobra. Insisto, tampoco se hizo nada, y un año después, en pleno 2006, tenemos que la importación de leche está agudizando la crisis en el sector al impedir la comercialización de 4 millones de litros del lácteo en el país, lo que orilla a los productores a tirarla.

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México  

23-05-2006

 

En 3 Años Pueden Desaparecer Pequeños Productores de Leche

 

Los productores prefieren tirar la leche para no afectar al precio en el mercado. Hace algunos meses pensaron en la idea de lograr una negociación con Liconsa para vender la producción excedente o bien la totalidad si llegaban a un arreglo con esta empresa de carácter social que trabaja para los programas del Gobierno Federal.

 

Lecheros de Coahuila, Chihuahua, San Luis Potosí, Querétaro, Jalisco, Tlaxcala, Puebla y Estado de México solicitaron a Sergio García de Alba, titular de Economía, que fungiera como interlocutor entre Liconsa y los productores, una decisión que ha todas luces resultó infructuosa dado que García de Alba señaló “que no eran competitivos en el precio, por ende, Liconsa no podía comprar excedentes a 3 pesos con 84 centavos cuando en Estados Unidos la leche cuesta 2 pesos con 60 centavos”. Entonces, los productores nacionales siguen tirando los excedentes.

 

En México tenemos 70 mil empresas dedicadas a la producción de lácteos, que generan 400 mil empleos permanentes, que pueden perderse al romper con la cadena productiva.

 

Datos proporcionados por la misma Comisión Especial de Ganadería señalan que tanto la Secretaría de Agricultura y la Secretaría de Economía están favoreciendo con su actuación a las grandes empresas nacionales y extranjeras como Lala y Nestlé.

 

No aplica la misma política protectora para otra empresa mexicana como Alpura, propiedad de más de 240 ganaderos lecheros que comercializa 2.5 millones de litros diarios de diversos productos, de los cuales 70% es leche envasada y el 30% restante de derivados como yoghurts y crema, entre otros.

 

Serpientes y escaleras

 

La actividad primaria de la producción se encuentra a la vera del camino, sin línea rectora, ni eje impulsor. La combinación de la Derecha en el poder, con el neoliberalismo, otorga a la empresa y al empresario todo el poder, y el gobierno simplemente aplica la filosofía de no meterse porque las fuerzas del mercado lo van a resolver todo y pondrán a cada quien en su lugar, saldrá avante el productor rentable con olfato para el dinero; al productor de pequeña escala, le irá mal. Pero no es problema del gobierno, ni de las políticas públicas, es un asunto del mercado.

 

En este sentido, tampoco se cuida la calidad del producto, el daño al sistema, las políticas sustentables, ni el número de bocas que comen directamente de participar en un esquema de producción por pequeño que éste sea.

 

Para el 2010, la participación de la actividad primaria de la producción será menor al 4% dentro del PIB. La crisis de olvido no es únicamente para la agricultura se extiende a todas las áreas y el abandono es evidente porque la gente no quiere sembrar brócoli, ni ordeñar las vacas, ni sacar el ganado a pastar. La gente del campo está trabajando en algún otro lugar en la Unión Americana.

Los productores saben que la única fórmula de sobrevivencia es la de asirse a nichos, y seguramente algunos se agruparán entre sí para ser más grandes frente a la competencia. Además se juegan los empleos, los costos de producción y el precio final. Entre líneas una palabra que nadie cuida, porque eso tampoco le interesa al gobierno: mantener la calidad del producto que cumpla con sus fines nutricionales.

 

En 2008, con la libre importación de leche en polvo, tendremos distintas calidades y tanto la gente como los programas de abasto del Gobierno Federal preferirán pagar un menor precio por el lácteo, a costa de sacrificar calidad. ¿Cuántas leches no parecen más bien agua de horchata?

Claudia Luna Palencia

 

Claudia Luna Palencia

Publicado en www.olganza.com

5 de junio de 2006

 

 

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