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En la ciudad sureña de 
Valdivia, un grupo de pescadores liderados por Joaquín Vargas Gallardo, del 
sindicato Sitimar, firmó un convenio de colaboración y asistencia recíproca con 
la empresa Celulosa Arauco y Constitución S.A. (Celco) que estipula la entrega 
de 8,9 millones de dólares a los pescadores. A cambio, los pescadores admiten el 
pasaje de un ducto desde la fábrica hasta el mar que transportará los residuos 
industriales líquidos. Para muchos en la comunidad de Mehuín, Vargas es un 
vulgar traidor, y su convenio no obliga al resto de los pobladores de la zona. 
Un botón de muestra de la “metodología Celco” en el sur de Chile. 
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Caleta Mehuín  | 
 
 
 
  
Los gerentes de asuntos públicos de Celco,
Charles Kimber y Ángelo Romano, reconocieron la existencia del 
convenio. Según éste, Celco pagará a los pescadores 340 mil dólares 
cuando se instale el ducto al mar -ya le pagó una cantidad similar al sindicato 
al momento de firmar-; una tercera partida igual al concluir las campañas de 
mediciones y toma de muestras; y 225 mil dólares más cinco días después de la 
aprobación definitiva del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y de la 
entrada en funcionamiento del ducto que verterá sus desechos al mar.  
  
El convenio se venía fraguando desde hacía meses.
Celco es asesorada por influyentes empresas de lobby 
comunicacional. Su objetivo es aislar a la comunidad de Mehuín y enfrentarla con 
otras comunidades de pescadores y campesinos. La empresa ya ha anunciado 
conversaciones con pescadores y mapuche de otras caletas y comunidades, han 
donado libros a bibliotecas de escuelas rurales, y pagado comidas y fiestas en 
las que sus asesores explican a la gente “las maravillas de Celco”. 
  
Pescadores de las caletas de Mehuín y Queule, y 
la comunidad mapuche lafkenche saben que el ducto contaminará el mar, poniendo 
fin a su actividad. Celco ha dado muestras de su nulo respeto con el 
medioambiente tras los escándalos en Lincancel y los ríos Mataquito e Itata, 
además de la muerte de la biodiversidad en el santuario de la naturaleza Carlos 
Andwanter, del río Cruces, donde miles de cisnes perecieron tras la 
contaminación del humedal.   
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Celco 
es asesorada por influyentes empresas de lobby comunicacional. 
Su objetivo es aislar a la comunidad de Mehuín y enfrentarla con 
otras comunidades de pescadores y campesinos  | 
 
 
 
  
La Confederación Nacional 
de Pescadores Artesanales (Conapach) ha reiterado su apoyo a la lucha 
contra Celco que lidera la comunidad de Mehuín. “Rechazamos este burdo 
acuerdo y prácticas utilizadas por Celco para desarticular la resistencia 
de la comunidad a la instalación del ducto. Celco no sólo presiona al 
gobierno y sus instituciones, también paga a los medios de comunicación para que 
oculten su accionar que raya en lo delictivo. Pretende destruir el tejido social 
de la comunidad de Mehuín, ofreciendo millonarias sumas de dinero para comprar 
voluntades. Incluso ha recurrido a sicarios para amedrentar a quienes se oponen 
a la destrucción del medio ambiente”, dice Cosme Caracciolo, presidente 
de la Conapach.  
  
Representantes del Comité de Defensa de Mar de 
Mehuín y de Conapach, entregaron en La Moneda una carta a la presidenta
Michelle Bachelet: “En los últimos días nuestro sector se ha visto 
envuelto en episodios que calificamos como vergonzosos y que involucran hechos 
de índole político, social y hasta criminal, que atentan contra nuestros 
derechos humanos más elementales. Entre otros hechos de triste relevancia. Nos 
referimos especialmente a la firma de un acuerdo que se tradujo en la redacción 
de un convenio ‘de colaboración y asistencia reciproca’, entre la empresa 
Celulosa Arauco y Constitución S.A. (Celco) y un grupo de pescadores. 
Este acuerdo no representa el sentir de la mayoría de los pescadores ni el de 
las organizaciones que conforman el Comité de Defensa del Mar, que agrupa a 
organizaciones de nuestros pueblos originarios y sociales. El fundamento de 
dicho convenio radica en que los pescadores firmantes contraen formalmente la 
obligación ante la empresa de colaborar en el desarrollo de los estudios 
destinados a evaluar la factibilidad de la construcción de un emisario 
submarino, cuya finalidad es el vertido de residuos industriales líquidos a las 
aguas del Océano Pacífico, en las inmediaciones de la caleta Mehuín. A cambio, 
los pescadores serán retribuidos económicamente con la suma de 8,9 millones de 
dólares. Esto no es ‘una negociación entre privados’ como dijera el Intendente 
de la Región de Los Ríos, Iván Flores, eludiendo la responsabilidad que 
tiene el gobierno del cual usted es su máxima representante”, señalan en el 
texto.  
  
La carta dirigida a Bachelet agrega: “Como 
pescadores artesanales, nuestra primera obligación ética y moral ha sido y será 
mantener un medioambiente limpio para preservar la biodiversidad de la cual 
ancestralmente hemos dependido. En base a este principio elemental y lógico, es 
que hemos sostenido una constante oposición a la instalación del ducto ya que 
son de conocimiento público las numerosas muestras de los impactos negativos que 
este tipo de industrias provoca en el medio ambiente, así como todo el mundo ya 
sabe que la pesca de arrastre es la principal culpable del colapso de las 
pesquerías. Creemos que ignorar o justificar el accionar de los operadores de 
Celco es hacerse cómplice de prácticas que rayan en la ilegalidad. 
Solicitamos a usted intervenir de manera categórica ante esta empresa para que 
termine con este tipo de prácticas que contravienen el rol del Estado que es 
velar por el bien común, el respeto a los derechos humanos y el cuidado del 
medioambiente”.  
  
Fuerte oposición 
de las comunidades 
  
En 2006 los pescadores y la comunidad de Mehuín y 
Queule, enfrentaron las barcazas pagadas por Celco -y custodiadas por la 
Armada- que intentaban tomar muestras para el estudio de impacto ambiental. La 
Armada, a través de transmisiones de radio, amenazó a los pescadores con “actuar 
por la fuerza si impedían las faenas”. Y eso hizo, disparando contra pequeños 
botes de pescadores que sólo se defendían con palos y piedras. Dos días estuvo 
tomado el camino que une San José de la Mariquina con Mehuín. Las barricadas se 
extendieron también al propio Mehuín y a Queule. La comunidad se defendió, 
mientras lanchas y botes custodiaban la costa. Desde los cerros los lafkenche 
vigilaban día y noche. De esta forma, los pescadores y mapuche impidieron que 
los remolcadores se acercaran. 
  
 Pescadores de Puerto Saavedra y otras caletas 
apoyan a los pescadores que luchan contra Celco. Jimmy Becerra, 
líder de la oposición al ducto en 1996, y secretario del Sindicato Nº1, encabezó 
la quema del convenio de Celco en la plaza de Valdivia. Jimmy Becerra, 
acompañado por pescadores del Sindicato Nº1, refutaron que el sindicato haya 
firmado alguna negociación con Celco: “Es falso. Somos los reales 
pescadores de ese sindicato y jamás hemos transado con la empresa”. Agrega que “Celco 
hizo un negocio con personas que hace más de cinco años no viven acá y no 
trabajan en el mar.  
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“Como pescadores artesanales, nuestra primera obligación ética y 
moral ha sido y será mantener un medioambiente limpio para preservar 
la biodiversidad de la cual ancestralmente hemos dependido”  | 
 
 
 
Supuestos pescadores como Marcos Aguirre y
Carlos Salazar trabajan en empresas forestales. Quienes realmente 
trabajamos en Mehuín no vamos a transar. Han convencido a nueve pescadores de 
nuestro sindicato, pero son gente analfabeta que se les trajo a firmar algo que 
no conocían. Lo mismo quiso hacer en la notaría Carmen Podlech con 
nosotros. A los pescadores de Mehuín que firmaron el convenio les sacamos sus 
botes del río y los tenemos varados en la calle para expulsarlos de la caleta. 
No vamos a vender el mar por muy tentadores que sean seis mil dólares para 
alguien que está mal económicamente y no ha visto ingresos en casi cuatro 
meses”, dice. 
  
Patricio Olivares, presidente del Sindicato de 
Pescadores de Queule, denuncia que los organismos gubernamentales han mostrado 
su parcialidad en el conflicto: “En la fiscalía de San José de la Mariquina hay 
más de 100 denuncias contra la empresa. Sólo se han acogido las que favorecen a
Celco”. Boris Hualme, dirigente lafkenche de Mehuín, agrega: 
“Mantenemos esta lucha hace unos doce años. Los problemas del último tiempo son 
resultado de una estrategia de Celco para enemistar a las comunidades, 
pero no tranzaremos ni un centímetro de mar. Los habitantes del borde costero 
que sientan su territorio amenazado y quienes solidaricen con esta lucha nos 
reuniremos en Mehuín”. 
  
La 
criminalización de la resistencia cívica 
  
Los ánimos continúan encendidos. Durante el 
Encuentro Empresarial del Sur, desarrollado en el Hotel Villa del Río de 
Valdivia, la ministra del Medioambiente, Ana Lya Uriarte, fue increpada 
por las agrupaciones Acción por los Cisnes, juntas de vecinos de Valdivia, 
jóvenes tehuelches y profesores de las universidades Austral y San Sebastián, y 
debió retirarse de la reunión. En caleta Queule, pescadores quemaron una 
embarcación de Carlos Salazar, presidente del Sindicato Nº 1 de Mehuín, 
que firmó el acuerdo junto a los dirigentes Omar Aburto Muñoz y 
Virginio Isla Lovera. 
  
El Comité de Defensa del Mar de Mehuín denuncia 
la actuación de matones y sicarios supuestamente pagados por Celco. “El 
21 de octubre tres opositores al ducto fueron arrollados y golpeados por 
desconocidos. Jorge Rodríguez debió ser trasladado grave hasta el 
Hospital Regional de Valdivia. El vehículo que los arrolló transportaba a 
personas residentes en Temuco que habrían llegado a la zona para firmar el 
convenio con Celco. La camioneta se dio a la fuga pero Carabineros de San 
José de la Mariquina detuvo al conductor”, dice Eliab Viguera. “A pesar 
de esto -denuncian-, opositores al ducto han sido puestos en prisión preventiva 
y domiciliaria. Están siendo procesados y la fiscal de San José de la Mariquina,
Paola Varela, sólo ha escuchado las declaraciones de una de las partes, 
demostrando su total parcialidad. Hay más de 100 denuncias en contra de Celco 
de quienes han resultado dañados por esta industria, pero la fiscalía no ha 
acogido ninguna, no ha iniciado procesos”.  
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Opositores al 
ducto han sido puestos en prisión preventiva y domiciliaria. Están 
siendo procesados y la fiscal de San José de la Mariquina, Paola 
Varela, sólo ha escuchado las declaraciones de una de las partes  | 
 
 
 
  
La comunidad de Tralcao -junta de vecinos, 
asociación indígena, grupo de ecoturismo, antropólogos y el equipo de desarrollo 
local-, ha manifestado su apoyo a los pescadores de Mehuín, “que valerosa e 
históricamente están defendiendo su territorio ancestral, el mar, ante la 
descarada arremetida financista de Celco, en lamentable y silenciosa 
complicidad con algunas autoridades gubernamentales”, dicen en un comunicado. 
Tralcao, comunidad rural en San José de la Mariquina, sufre los efectos de 
Celco desde hace años: “La prueba más clara es la destrucción irrecuperable 
del río Pichoy y toda su flora y avifauna. Hemos perdido un hermoso lugar de 
recreación y peligra día a día nuestra salud, principalmente de nuestros niños y 
ancianos, así como un importante patrimonio y recurso productivo ecoturístico, 
además del agua para riego”. Según la comunidad de Tralcao también han visto 
afectadas las siembras de habas, papas y otras hortalizas. “¿Será acaso la 
lluvia ácida que arrastra todas las partículas en suspensión que arroja 
diariamente y por toneladas la mega industria instalada en la comuna? 
  
Los ofrecimientos de dinero de Celco 
también pretenden llegar hasta Tralcao a dividirnos como comunidad. Lo 
rechazamos totalmente. Como habitantes conscientes y en defensa de nuestro 
territorio, mantenemos firme la demanda contra los responsables de la 
contaminación ambiental del Pichoy que presentamos en 2004 en el Juzgado de 
Policía Local de San José de la Mariquina. Esperamos que tras los últimos hechos 
se agilice la investigación”, concluyen.  
   
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