El
gerente Raúl Parada pidió a la Policía local que dispersara una manifestación en
la puerta de la planta CALVO Conservas. En realidad, se trataba de una
delegación sindical con representantes locales e internacionales que pretendía
concretar una entrevista previamente anunciada. El incidente se produjo como una
manifestación más del clima de “terrorismo antisindical” que implementa esta
filial de CALVO en Centroamérica.
En el marco de una
visita de la Rel-UITA a El Salvador, el pasado 2 de mayo nuestro
enviado Carlos Amorín, en compañía de Alfredo Osorio, secretario
general de la Federación de Trabajadores Salvadoreños del Sector Alimentos,
Bebidas, Hoteles, Restaurantes y Agroindustria (FESTSSABHRA), Atilio
Jaimes, secretario de Conflictos de la Confederación Sindical de
Trabajadores Salvadoreños (CSTS) y con el mismo cargo en la
FESTSSABHRA, Alexander Reyes, secretario general de la Junta
Directiva del
Sindicato General de Trabajadores de la Industria Pesquera y
Actividades Conexas (SGTIPAC) y Gilberto García, integrante del
Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL), acudieron a la planta de
Calvo Conservas, ubicada en la ciudad costera de La Unión, con la intención
de mantener una entrevista con representantes de esa transnacional, tal como
había sido acordado previamente.
En efecto, desde
el 19 de abril los directivos sindicales Osorio y Jaimes habían
informado al gerente general de Calvo Consignataria, Miguel Angel
Peñalva, acerca de la próxima visita de la Rel-UITA al país y a la
ciudad, solicitándole un encuentro entre el 29 de abril y el 3 de mayo con la
intención de dialogar acerca de los recientes despidos de directivos sindicales
en la planta de CALVO Conservas. Peñalva había contestado que si
bien él no podría atender la visita pues estaría viajando, la gerencia mantenía
una política de puertas abiertas y siempre estaba dispuesta a recibir al
sindicato. Con esa convicción la mencionada delegación llegó hasta las puertas
de la planta en la mañana del 2 de mayo, desde donde solicitó telefónicamente
una entrevista con el jefe de Planta, Antonio Huezo, quien no se
encontraba en la empresa. Alfredo Osorio, quien realizaba la gestión, se
comunicó entonces con el licenciado Raúl Parada, gerente de CALVO
Consignataria, quien le solicitó unos minutos para consultar con Peñalva
quien, supuestamente, no estaba en el país.
Poco después
Osorio atendió un llamado de Parada quien dijo no haber hallado a
Peñalva, y que por tanto no recibiría a la delegación. Mientras se
desarrollaba esta conversación telefónica, una camioneta de la Policía local
llegaba hasta el lugar y se estacionaba junto a los sindicalistas. Los agentes
policiales le pidieron a Alexander Reyes
-a
quien conocían por ser él también habitante de La Unión- que se acercara al
vehículo. Toda la delegación inició un diálogo con los agentes quienes
informaron que habían sido llamados por la empresa CALVO porque “había
una manifestación a la entrada de la planta”.
Aunque
comprobaron que la denuncia era falsa, los policías no ingresaron a CALVO
para saber quién y por qué había efectuado una falsa denuncia, sino que se
retiraron del lugar “acompañando” al vehículo en el que se desplazaba la
delegación sindical durante un tramo del camino, hasta que estuvo lejos de la
planta de CALVO.
Este
comportamiento con fines intimidatorios parece ser habitual en ciertos mandos
medios de esta filial salvadoreña de CALVO, seguramente acostumbrados a
la impunidad más absoluta. También se condice con las denuncias que realizan los
trabajadores y trabajadoras de CALVO Conservas, según las cuales persiste
un clima de miedo dentro de la planta donde hasta se pasean entre el personal
guardias armados con escopetas. Además de la presión psicológica inadmisible que
implica esta presencia, y siendo que el suelo es una superficie muy lisa y
permanentemente mojada, los operarios temen que un resbalón de estos guardias le
pueda costar accidentalmente la vida a alguno de ellos.
Finalmente, la
delegación sindical mantuvo una reunión con trabajadores de la empresa y
directivos del SGTIPAC-Seccional Conservas, donde se recogió abundante y
valiosa información directa sobre los casos de los tres despedidos por
persecución antisindical, y sobre las condiciones generales de trabajo en esa
empresa.
La Rel-UITA
aguarda con especial atención el resultado de la audiencia de conciliación que
tendrá lugar en el Ministerio de Trabajo hoy, martes 8, entre Miguel Angel
Peñalva, en representación de CALVO, y la compañera Berta Menjivar,
fundadora del sindicato. Como ya se consignó, Menjivar fue despedida a
principio de febrero sin causa justificada quien, con el total apoyo del
Sindicato y la Federación locales, así como de la Secretaría Regional de la
UITA reclama su inmediato reintegro al cargo que ocupaba y desempeñaba con
absoluta satisfacción de su supervisora directa. Asimismo, se exige el reintegro
de los salarios caídos y la garantía de que no habrá más discriminación en su
contra por ejercer su libertad para organizarse sindicalmente.
©
Rel-UITA
8 de mayo de 2007
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