Mientras en
el centro de Buenos Aires se producían
incidentes entre cuerpos represivos de la
Policía y movilizaciones del Sindicato de
Choferes de Camiones, el secretario general de
la Confederación General del Trabajo (CGT) y
dirigente histórico de la Federación de Camioneros, Hugo Moyano, dialogó con Sirel explicando las causas
y posibles proyecciones de un conflicto que
amenaza con extenderse rápidamente a toda la
Argentina
-¿Cuáles son los antecedentes del conflicto?
-La empresa Cervecería y Maltería Quilmes, que
tradicionalmente había pertenecido a capitales
argentinos, fue adquirida por inversores
brasileños y belgas que son propietarios de la
transnacional InBev. Pienso que estos
señores, quizás acostumbrados a hacer su real
voluntad en sus respectivos países, quieren
lograr lo mismo aquí en Argentina.
Pretenden reducir el sistema de distribución de
cerveza, gaseosas, aguas, etc., para Capital
Federal y el Gran Buenos Aires; en la actualidad
son 23 distribuidores y ellos quieren dejar
solamente ocho, lo que implica que más de 2.500
trabajadores pierdan su empleo. Y eso nosotros
no lo vamos a permitir.
-¿Con qué base proponen esta reducción?
-Ellos argumentan falsamente que los distribuidores no hacen
lo necesario a favor de sus productos, pero
entre los que quieren suprimir hay trabajadores
que han recibido premios de ellos mismos por los
incrementos logrados en la colocación de
cerveza. Ellos dicen que es una reestructura,
pero en realidad se trata en muchos casos de
despidos encubiertos, porque, por ejemplo,
quitan a un trabajador de un circuito y lo
mandan a otro que está a 70 u 80 kilómetros del
anterior, lo que significa que para ir y volver
del trabajo el compañero debería pasar medio día
viajando. Eso es un despido encubierto. No vamos
a aceptar estas tácticas engañosas y
manipuladoras. Además, todo esto se acompaña con
un juego de estrategia comercial que
aparentemente pretende imponer las marcas
brasileñas sobre las tradicionales argentinas.
-¿A cuántos gremios involucra esta situación?
-Esto incumbe a nuestro Sindicato de Choferes de Camiones,
que somos quienes distribuimos los productos, y
a la Federación Argentina de Trabajadores de Aguas Gaseosas y
Afines (FATAGA), que agremia a quienes
trabajan en la elaboración de las bebidas.
-Este viene a ser el segundo episodio referido
al mismo tema, ¿no es así? En abril pasado ya
habían enviado mil telegramas de despido… (+
info)
-Claro, ellos ya intentaron implantar este sistema y nosotros
no se lo permitimos. Ahora vuelven al ataque en
un momento en el que por razones climáticas se
consume menos cerveza, tal vez apostando a que
nuestras posibles paralizaciones y
movilizaciones les afectarán menos. Ellos creen
que nosotros nos vamos a cansar y dejaremos de
luchar por los derechos que nos corresponden y,
fundamentalmente, por los puestos de trabajo.
Pero están completamente equivocados.
-¿Qué acciones están realizando?
-Hemos paralizado ya las plantas de Pompeya, Quilmes, Zárate
y Mar del Plata, y ahora continuaremos con otras
plantas del interior del país. En este mismo
momento en el que estamos hablando, además, hay
dos nutridos grupos de compañeros que están
realizando movilizaciones ante las embajadas de
Brasil y de Bélgica donde
decidimos instalar una carpa de forma permanente
para informar al público sobre lo que está
ocurriendo. Pero me acaban de llamar para
advertirme que están siendo reprimidos por la
Policía que, aparentemente, tiene órdenes de
impedir que se monten nuestros campamentos. Pero
esta gente no se va a salir con la suya.
Queremos denunciar a estos capitales brasileros
y belgas que quieren atropellar con todo como
hicieron en otros países donde ocupan posiciones
prácticamente monopólicas.
-¿Cómo piensan continuar esta lucha?
-No vamos a permitir bajo ningún concepto que se supriman
2.500 empleos. Vamos a luchar con todas las
armas legales y legítimas que tenemos, apoyados
en el derecho a mantener nuestra fuente de
trabajo. Ya estamos trabajando en coordinación
con FATAGA, porque hemos recibido en
común la agresión de estos señores, que no han
pagado el aguinaldo, que pagaron el 70 por
ciento de los salarios, y a los compañeros de
FATAGA no les quieren pagar los incrementos
salariales que se habían acordado en las
discusiones paritarias…
-Parece una provocación…
-Es una agresión y una provocación, y no se las vamos a
permitir; esta gente se deberá adaptar a la
realidad que vive nuestro país en materia
laboral porque de lo contrario esto va a
continuar. No es imaginable que abandonemos
2.500 empleos así como así. Lo que pasa es que
esta gente viene con una mentalidad del primer
mundo, y de Brasil, y creen que pueden
hacer cualquier cosa con los trabajadores, pero
no se lo vamos a permitir. Si así lo quieren
ellos, será una pelea dura, pero a nosotros no
nos queda otro camino que resistir, y hacerles
entender a estos señores que por más dinero que
tengan no van a venir a atropellar a los
trabajadores en un país como la Argentina.
Carlos Amorín
©
Rel-UITA
11 de julio de 2007 |
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