La Central Única de Trabajadores (CUT),
junto a las demás centrales brasileñas
realizó ayer, lunes 11, en São Paulo, el
primer acto público de difusión y
recolección de firmas para la Campaña
Unificada por la Reducción de la Jornada
Laboral sin Reducción Salarial. Sirel
dialogó al respecto con Siderlei de Olivera,
presidente de la Confederación Nacional de
los Trabajadores de las Industrias de la
Alimentación (CONTAC) y del Instituto
Nacional de Salud, Trabajo y Medio Ambiente
(INST) de la CUT.
-¿Cómo se desarrolló la
actividad de ayer en São Paulo por el
lanzamiento de la Campaña por la Reducción
de la Jornada Laboral?
-Estaban presentes las ocho
centrales brasileñas, lo que ya es algo muy
bueno. El objetivo de esta Campaña es
recolectar 1 millón de firmas para presentar
ante el Congreso, por medio del mecanismo de
“iniciativa popular”, un proyecto de ley que
reduzca la jornada de trabajo. La CONTAC
viene trabajando desde hace tiempo sobre
este tema, y está circulando en el Congreso
un proyecto de ley específico para nuestro
ramo, en el cual incluso se plantean turnos
de seis horas para el sector avícola, más de
lo que propone la CUT, porque se
trata de una tarea insalubre.
Pero coincidimos con que la
reducción a 40 horas que se está reclamando
a nivel general, sin duda generará nuevos
puestos de trabajo. En el caso de la
alimentación estamos con un 100 por ciento
de ocupación porque las industrias no han
despedido personal en los últimos tiempos,
antes bien, están incrementando sus
plantillas, especialmente la industria
frigorífica.
Para nosotros, la reducción
de la jornada de trabajo tiene también
importancia porque reduciría las
enfermedades profesionales y los accidentes
de trabajo. Es evidente que si los
trabajadores y trabajadoras están menos
tiempo expuestos a condiciones de trabajo
insalubres, al frío, a ritmos intensos de
producción, su salud estará menos expuesta.
Mejorar y proteger la calidad de vida de los
trabajadores es tan importante como la
generación de empleos.
-¿Cuáles son las actividades
que registran mayor incidencia de las
enfermedades profesionales?
-La metalurgia, la
alimentación, los bancos y la construcción
civil son los cuatro sectores que encabezan
las estadísticas en ese aspecto. Uno de los
principales motivos que incide en ello es la
carga laboral y la intensidad de las
jornadas. Por eso la limitación de la
jornada a 40 horas semanales, el control de
las horas extras y la eliminación de los
llamados “bancos de horas” contribuirán a
que los trabajadores y trabajadoras tengan
mejores condiciones de salud.
-Más allá de la operación
aritmética simple de distribuir las horas
trabajadas entre más personas, ¿de qué otras
maneras una reducción de la jornada crearía
nuevos empleos?
-Eso es muy importante,
porque cuando se habla de desempleo muchas
veces se menciona sólo a quienes estaban
empleados y perdieron su trabajo, pero
raramente se incluye a los millones de
jóvenes que llegan cada año al mercado de
trabajo y no logran conseguir un primer
empleo. Actualmente Brasil tiene una
economía muy estable, quizás una de las más
estables del mundo, al punto de que aún no
da muestras de sentir la enorme crisis en
proceso en Estados Unidos, pero
queremos que estos beneficios, esta
consolidación económica llegue también a los
trabajadores generando nuevos empleos de
calidad para estos jóvenes. Entonces
podremos decir que viviremos en un
“Brasil para todos y todas”.
-¿Cómo están reaccionando los
empleadores y el sistema político ante esta
propuesta?
-Es lógico que, en primera
instancia, los empresarios rechacen nuestro
reclamo; ellos van a estar en contra. Pero
como se trata de una “iniciativa popular”,
esto es, un proyecto de ley que ingresa
directamente al Congreso desde la sociedad
organizada con el respaldo de una cantidad
estipulada de firmas, los parlamentarios se
las verán muy difíciles para votar contra
una reivindicación que viene de sus propios
electores, los mismos a los que deberán
apelar en las próximas elecciones si quieren
ser reelectos. La ley exige un
millón de firmas, pero nosotros pretendemos
recoger 20 millones para que el proyecto
tenga la mayor fuerza posible y no sea
rechazado por los parlamentarios.
-¿En cuánto tiempo esperan
reunir esas firmas?
-Quizás en dos o tres meses.
Si todas las categorías participan y cada
cual hace su trabajo, es perfectamente
posible. Nosotros en la alimentación
esperamos recoger unas 800 mil firmas. Vamos
a luchar para eso. Hay que recordar que
todas las centrales están participando en
este movimiento, por lo que puedo augurar
que si todos hacemos lo que debemos,
superaremos esa meta con toda certeza.
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