Chile
Con Cijifredo Vera
Dole sigue
siendo una compañía bananera |
Pese a sus esfuerzos
por aparecer como una compañía moderna y con responsabilidad
social, en Dole todavía perdura la cultura de las viejas
explotaciones bananeras. Cijifredo Vera, Presidente de la
Confederación de Trabajadores de Empresa de la Alimentación
y Área Privada de Chile (CONTALPCH) nos narra la huelga de
23 días en Embalajes Estándar-Dole, empresa ubicada en la
región de Biobío. También descubriremos como la legislación
laboral chilena favorece a los empresarios.
-La huelga comenzó el pasado
28 de mayo debido a que no se había logrado un acuerdo con
la empresa para que esta pagara el acostumbrado bono de
término de negociación.
-Correcto, pero el problema no
era solamente el bono. Los compañeros quedaban medianamente
conformes con el bono de término de negociación siempre que
fuera una cantidad de $100 mil (156 dólares). Si la empresa
ofrecía un bono por esa suma podían aceptarlo, porque el
reajuste salarial, calculado de acuerdo a la inflación, fue
muy bajo. Estamos hablando de 1,5 por ciento e incluso hay
quién no recibió aumento. La empresa solamente aplicó el
Índice de Precios al Consumidor –que en Chile fue casi
negativo- y encima les negó el bono. Ese fue el motivo de la
huelga, no es que los compañeros hayan dicho vamos a la
huelga solamente por el bono. El tema era el significado del
bono, con el cual los compañeros quedaban medianamente
conformes.
-En plena huelga el Sindicato
y la Confederación trataron de tener una entrevista con la
empresa. El 8 de junio se presentan en sus oficinas y ahí
les contestan que no van a recibir a ningún dirigente
sindical. ¿Qué pasó?
El Código de
Conducta de Dole, ¿una farsa?
Entre
otras cosas, el Código expresa que la compañía es
reconocida “por tener en alta estima y tratar con
justicia a nuestra gente”. Más adelante manifiesta el
compromiso de “tratar a los clientes,
proveedores y colegas de Dole con franqueza,
honestidad y respeto”. Refiriéndose a que “uno de sus
recursos más importantes es su gente”, dice que
“creemos en proporcionar un entorno de trabajo
positivo en el que las comunicaciones sean tanto
abiertas como francas”. Por otro lado también puede
leerse que “Dole debe prestar atención en particular a
las prioridades de desarrollo económico y social de
cada país, incluidos el crecimiento industrial y
regional, la calidad ambiental, el empleo y las
actividades de capacitación...” .
De
acuerdo al Código y la situación vivida en Embalajes
Standard-Dole, se deduce que los trabajadores de esa
empresa no son “gente”, ni “colegas”, ni merecen una
“comunicación abierta y franca”. Si además tenemos en
cuenta que luego de dos años, los trabajadores
prácticamente no tendrán aumento de salario por otros
dos años -vigencia del actual convenio colectivo- y la
negativa de proporcionar por única vez un bono
equivalente a 156 dólares, tampoco se vislumbra la
manifiesta prioridad de Dole en los campos económico
y social.
De
manera que, o el Código de Conducta es una farsa
propagandística o la dirección de Dole en Chile será
sancionada por violar las normas autoimpuestas, que
entraron en vigencia el pasado 4 de enero.
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-El 3 de junio solicitamos una
entrevista con el repre-sentante de la empresa y contestaron
que no tenían por qué recibirnos, les dijimos que igual
iríamos y nos tomaríamos las oficinas si no nos recibían,
cosa que hicimos los días 8 y 9 de junio. Tomamos las
oficinas que ocupan dos pisos, como a las cinco de la tarde
un abogado nos dice que habían resuelto que la jerarquía de
la empresa no recibiría a ningún dirigente sindical, ni a
ningún trabajador, ni a nadie. El 9 de junio nos tomamos
nuevamente las dependencias y les dijimos que no saldríamos
de allí hasta que la empresa recibiera a los dirigentes
sindicales y a los trabajadores, aceptaron recibir a los dos
dirigentes del sindicato presentes y a tres trabajadores que
los acompañaban. Los dirigentes de la Confederación quedamos
aguardando hasta que bajó uno de los dirigentes del
sindicato y nos comunica que la empresa no va a recibir a
nadie.
Procedimos
a tomar nuevamente los pisos 8 y 9 de las oficinas
impidiendo su normal funcionamiento, nos amenazaron con
llamar a los carabineros y les dijimos que los llamaran
nomás. Nos molestaba que los representantes de la empresa se
escudaran en las secretarias y nadie diera la cara. Les
dijimos que no nos íbamos a mover hasta que nos recibiera
alguien. Luego salió nuevamente el abogado, nos atendió en
el pasillo y nos recriminó por el modo de proceder.
Respondimos que era la única manera de que nos recibieran,
ya que en Los Ángeles el gerente había cerrado las puertas,
obligándonos a trasladarnos a Santiago para intentar hablar
con alguien que solucionara el problema. No fuimos recibidos
por Jonathan Bass, Gerente General de Dole-Chile, pero a
través de su abogado le transmitimos nuestros planteos y nos
retiramos.
La huelga siguió y la empresa
amenazó con cerrar la planta por tres meses –incluso comenzó
a retirar alguna materia prima- y que los trabajadores se
atuvieran a las consecuencias después de volver, dado que
estaban muy molestos por el hecho de que el conflicto se
estaba ventilando a escala internacional, lo cual no
aceptaban.
-Se referían a las cartas de
protesta de la Rel-UITA. (
ver cartas )
-Correcto. El 17 de junio viajé
a Los Ángeles, hice entrega de la mercadería adquirida con
la contribución económica enviada por la Rel-UITA -que
resultó muy oportuna pues había llovido diez días y las
necesidades eran grandes- y luego se realizó la asamblea. El
resultado fue que 118 compañeros votaron por aceptar la
ultima propuesta de la empresa contra 60 por continuar la
huelga. Una parte de los trabajadores recomenzó a laborar el
19 de junio y el resto el día 21.
-De manera que antes y
durante el conflicto la posición de la empresa fue de una
intransigencia total, además de desconocer las
organizaciones sindicales.
-Esa actitud nos molestó
bastante, pues la empresa había obligado a firmar a todo su
personal el Código de Conducta de Dole.
-El Código ya lo habían
hecho firmar antes de la huelga.
-Sí, antes de la huelga, pero
el tema es de que si la empresa obliga a que sus
trabajadores firmen un protocolo de esa naturaleza, es para
reírse de ellos. Esto se lo planteamos al abogado que nos
atendió. Hemos decidido elaborar un documento denunciando la
actitud de la dirección de la empresa, así como los
problemas existentes en Embalajes Standard-Dole, donde por
problemas derivados del desempeño de gerencia es ostensible
la baja de producción y tenemos pruebas de ello.
-Haciendo un balance del
conflicto, ¿qué obtuvieron los trabajadores?
-La verdad es que no se logró
el objetivo de poder mejorar. El bono no se logró, se
mantuvo lo poco y nada del IPC que se había dado y nada más.
No fue, a mi juicio, una negociación buena. Pero luego de
dos huelgas con el mismo gerente, queda claro que la
empresa día a día va bajando su producción, no por
responsabilidad de los trabajadores, sino por el desempeño
de la gerencia. Esta situación obviamente que repercute
negativamente en los trabajadores cuando hay que negociar y
esto es lo que pensamos denunciar.
Una ley laboral
hecha a la medida de los empleadores
-¿Para declarar la huelga
qué exige la ley?
-La última oferta que la
empresa hace por escrito es la que se vota ante el Ministro
Fe, optando por la oferta de la empresa o huelga. En este
caso ganó la huelga.
-Pero también hay un
artículo que permite “desengancharse” de la huelga.
-El artículo 369, que establece
que los trabajadores en huelga pueden reingresar a la
empresa, quedando por un año y medio sin ningún reajuste y
después se negocia a 18 meses.
-¿Y este es el caso ahora
en Dole?
-No, los trabajadores aceptaron
la última oferta efectuada por la empresa antes de la
huelga.
Enildo
Iglesias
© Rel-UITA
30 de junio de 2004
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