Colombia
Con Luis Alejandro Pedraza, presidente de la UNAC
Efervescencia en la Coca Cola de Urabá
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La
actitud de una dirigencia empresarial inexperta y arrogante
amenaza con desatar un grave conflicto en la Coca Cola de
esa zona. En el telón de fondo se percibe un burdo intento
de desarticular el sindicato antes de una nueva negociación
colectiva.
-¿Cuáles son
los antecedentes de este conflicto?
-En febrero de
2004 se firmó una convención colectiva cuyo proceso de
negociación estuvo a punto de provocar una huelga porque la
compañía Bebidas y Alimentos de Urabá, en Carepa
–departamento de Antioquia y región de Urabá- ya manifestaba
intenciones de tercerizar empleos, y de pretender suprimir
algunas cláusulas que le dan garantía al sindicato sobre el
derechos a la estabilidad laboral. Esta empresa tiene una
franquicia directa de Coca Cola.
-¿Quieren
tercerizar todos los empleos o sólo algunos?
-Esencialmente
el área de ventas y algunos puestos en el área de
producción. En ventas son 18 compañeros.
-¿Cuántos/as
trabajadores/as hay en la empresa?
-Son 57
operarios de los cuales 52 están afiliados al Sindicato
Nacional de la Industria de las Maltas, las Cervezas, las
Aguas y Refrescos de Colombia. Ya hay cuatro que fueron
desplazados de sus lugares de trabajo y redistribuidos
dentro de la empresa. Sus puestos han sido ocupados por
personal contratado. Sorprende que cuando se podía decir que
se estaba empezando a vivir un clima de paz interno, la
patronal se descuelga con este planteo de sustituir el
personal de algunas rutas de venta con terceros. Este
desplazamiento apunta a justificar más adelante que los
redistribuidos no tienen una verdadera función dentro del
proceso productivo y así poder cancelar sus contratos. Por
esta razón la Junta Directiva del sindicato intervino
denunciando a la compañía, y anunció que no permitirá el
ingreso de trabajadores temporales al área de ventas ni de
producción.
-¿Cómo
respondió la empresa?
-Iniciando una
investigación contra el presidente, Fiecelman Guzmán, y el
fiscal del sindicato, Nelson Palacio, a quienes acusa de
obstaculizar las decisiones administrativas. Se realizó una
serie de reuniones con los abogados de la empresa y con la
gerente, Silvia Enciso de Sáenz, y finalmente la compañía se
ratifica en que continuarán con el proceso de desmonte del
área de ventas para entregarla a contratistas porque ellos
interpretan que la ley les da ese derecho, pero aparentan
ignorar que la convención colectiva de trabajo no autoriza
temporales en la función social de la empresa. Ellos
instalan el hecho consumado para generar una situación a
partir de la cual cuestionar los acuerdos previos. Se les
reclamó que los dirigentes están cumpliendo con su función
de acuerdo al mandato de la propia ley, y se advirtió que no
se aceptaría ningún llamado de atención ni sanción contra
ellos. La empresa dio entonces por finalizado el diálogo e
iniciará un proceso de suspensión del fuero sindical para
ambos dirigentes como paso previo a despedirlos.
Nuestra opinión
es que esta acción, muy anticipadamente, apunta a llegar a
la próxima negociación –dentro de dos años- con un sindicato
debilitado y una convención colectiva arrollada. Algunas
versiones afirman que en sus reuniones internas la empresa
ha decidido iniciar un proceso agresivo para desmantelar el
sindicato y la convención para poder contratar
exclusivamente trabajadores temporales.
-¿Qué ha
hecho el sindicato?
-Celebró una
asamblea general en la cual se ratificó el apoyo a la Junta
Directiva y los dos dirigentes amenazados, expresó su
absoluto rechazo al intento de desestabilizar el sindicato y
de tercerizar el trabajo en ventas. Se movilizaron
organizaciones regionales como SINTRAINAGRO, líder en la
zona, y se puso sobre la mesa un acuerdo entre SICO,
SINTRAINAGRO y la empresa para promover las ventas de sus
productos en las fincas bananeras. Hasta este momento la
empresa no ha podido avanzar en la suspensión de los fueros
de los dirigentes porque los juzgados laborales están en
receso hasta los primeros días de enero, cuando creemos que
retomarán la ofensiva.
-¿Quién
maneja esa empresa?
-Ese es otro
problema grave porque los propietarios han resuelto
entregarle la empresa a esta señora Enciso, a su marido y a
su hijo, lo que ha creado un nepotismo complicado. El hijo
de esta señora es una persona muy joven que saltó de estar
en su casa a lidiar con trabajadores, lo que está
produciendo pésimos resultados. Este joven tiene una actitud
completamente irresponsable y parece que está acostumbrado a
tener siervos y no empleados, lo que ha complicado aún más
las cosas.
-¿Cuál es el
estado de ánimo de los/as trabajadores/as?
-Es muy tenso.
La empresa mantiene una actitud extremadamente beligerante y
hasta ahora nada ha podido modificar la decisión de
tercerizar.
-¿Qué actitud
asumirá la UITA?
-En primer lugar
queremos difundir una denuncia a nivel internacional sobre
esta situación anómala y llamar a todas las organizaciones a
mantenerse alertas. Por otra parte, la secretaría regional
está evaluando qué orientaciones adoptar a partir de los
primeros días de enero cuando el proceso se vuelva a
dinamizar.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
27 de diciembre de 2004
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