La
declaración vertida por el presidente Daniel Ortega la
semana
pasada, de que las empresa maquiladoras no son
imprescindibles para Nicaragua, invitándolas además a
irse del país, ha dejado espacio a muchas preguntas e
inquietudes.
SIREL
conversó con Pedro Ortega de la Mesa Laboral de
Sindicatos de la Maquila (MLSM) para hacer un
análisis de la situación del sector en Nicaragua,
a casi un año de instalado el nuevo gobierno y para
conocer cómo las diferentes organizaciones sindicales
del sector están interpretando las declaraciones del
presidente.
-La presencia de un gobierno del FSLN había despertado
muchas esperanzas en las organizaciones sindicales de la
maquila. ¿Qué cambios efectivos han habido en este
primer año?
-Siempre hemos dicho que en los últimos 16 años las
empresas de zona franca tuvieron excesivos privilegios
de carácter político, económico y fiscal. Paralelamente,
aprovechando la fuerte influencia que tenían en el
Ministerio del Trabajo (MITRAB), nunca cumplieron
con la legislación laboral y del seguro social de
Nicaragua, manejando abiertamente una política
violatoria de los derechos laborales y sindicales de los
trabajadores y trabajadoras.
A un año de haberse instalado el nuevo gobierno
consideramos que se comenzaron a tutelar estos derechos,
tanto individuales como colectivos, y también el
Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS)
ha comenzado una fuerte acción fiscalizadora en las
empresas de zona franca.
En estas empresas siempre existieron anomalías con
respecto a las dobles planillas para tratar de evadir el
pago de las cotizaciones al INSS. Ahora, además
de aplicar multas, el INSS está tratando de
recuperar lo que las empresas evadieron en el pasado. Lo
que las nuevas autoridades están haciendo no es nada
nuevo, ni nada extraño, simplemente están aplicando la
ley como debe ser y esto ha generado mucha preocupación
entre una sector del empresariado. Por fin están
sintiendo que el MITRAB está tratando de cumplir
con la ley, dando la razón a quien efectivamente la
tiene.
-¿Esta nueva situación ha facilitado el trabajo
sindical?
-A partir de enero hemos desarrollado un fuerte trabajo
y logramos organizar a cinco nuevos sindicatos.
Actualmente estamos negociando tres nuevos convenios
colectivos: en Hansae, de capital coreano, se van
a beneficiar a 3.500 trabajadores, en China Unida
y en Formosa Textil, ambas de capital taiwanés,
se beneficiarán a 1.500 y 1.200 trabajadores y
trabajadoras respectivamente. En los próximos días vamos
además a introducir en el MITRAB los pliegos
petitorios de los sindicatos que se han conformado en
dos empresas norteamericanas, beneficiando de esta
manera a 1.700 trabajadores que van a ser protegidos
durante las negociaciones del convenio.
Estamos también trabajando en otros Departamentos del
país, donde están surgiendo nuevas empresas
maquiladoras, pero por el momento no estamos tratando
de conformar sindicatos, porque primero queremos
terminar el trabajo que estamos desarrollando en Managua
negociando los convenios colectivos. Lo que estamos
tratando de hacer es, más que todo, impartir talleres y
capacitaciones sobre derechos laborales y conocimiento
de las leyes que existen en el país.
-¿Cuál ha sido la reacción de las empresas?
-Este último periodo se ha caracterizado por las
amenazas de algunas empresas de irse del país. Por el
momento se han ido cinco empresas, dos norteamericanas y
tres taiwanesas. El tres de septiembre se fue Everly
de Nicaragua, de capitales de Hong Kong, solamente
porque fue multada por el MITRAB con 10 mil
córdobas (540 dólares) porque se detectó que no pagaba
las horas extras conforme la ley.
Ni siquiera acató una resolución del MITRAB de
incrementar el precio de las operaciones en un 18 por
ciento, aplicando de esta manera lo que se había
acordado en la negociación del salario mínimo a nivel
nacional. Se rehusó también acatar otra resolución con
la que definió que los treinta minutos de receso para el
almuerzo tienen que ser computados como horario efectivo
de trabajo.
Interpusimos ocho denuncias en contra de la empresa y
todas las ocho salieron a favor de los trabajadores,
porque el MITRAB averiguó que efectivamente había
violación de los derechos laborales. Frente al cierre
repentino e ilegal de la empresa, que ni siquiera pidió
la autorización de cierre al MITRAB, nos
comunicamos de inmediato con la Unión de
Estudiantes contra la Explotación en la Maquila de los
Estados Unidos, con la Federación de Sindicatos
Industriales de Estados Unidos (AFLCIO) y con la
empresa Polo Ralph Lauren, por la que maquilaba
Everly de Nicaragua.
Lo que estamos planteando es que se instale nuevamente
la empresa, garantizando todos los derechos laborales y
sindicales o que los 400 trabajadores y trabajadoras
pasen a otra empresa que trabaja por Polo
Ralph Lauren, en este caso la Metro Garment
Manufacturing Ltd. Si no se encuentra una solución
al caso estamos listos para lanzar una campaña de
denuncia y de presión a nivel internacional.
-Las empresas de zona franca siempre se han
caracterizado por las repetidas violaciones a los
derechos laborales y sindicales de los trabajadores y
trabajadoras. ¿Hubo cambios en este último año?
-Hubo un cambio sustancial. El MITRAB está
desarrollando un trabajo de inspectoría mucho más
efectivo que en el pasado. Los inspectores llegan
también a altas horas de la noche para averiguar si las
empresas siguen imponiendo horarios de trabajo no
permitidos por la ley. Las inspecciones casi siempre se
hacen en presencia de un miembro del sindicato y cuando
esto no ocurre, inmediatamente apelamos la resolución de
la inspección y nos comunicamos con el MITRAB
para averiguar cuál ha sido la anomalía. Por otro lado,
todo esto ha generado resistencia por parte de las
empresas que se rehúsan a cumplir las recomendaciones
del MITRAB.
Un ejemplo de ello es el Consorcio Textil Nien Hsing
que maneja cinco empresas: Chi Hsing, Alfa
Textil, Jon Garment, Chao Hsing y
Henry Garment. Este consorcio está amenazando al
gobierno con irse de Nicaragua, aduciendo que hay muchas
más oportunidades en China, Vietnam y
Camboya, donde la mano de obra es más barata. Según
esta empresa taiwanesa, en Nicaragua el costo de
la mano de obra se ha duplicado desde que llegaron al
país en 1992, pasando de 50 a 94 dólares mensuales.
Aparentemente ya está construyendo 4 fábricas en
Vietnam, una de ellas ya operativa y que allá el
costo del metro cuadrado de tela es de 1 dólar, mientras
que en Nicaragua se ha elevado a 3.00 - 3.50
dólares.
Aduce también que hay persecución contra la libertad de
empresa, porque el gobierno y el MITRAB le están
exigiendo demasiado y están haciendo muchas
inspecciones, mientras que en estos países asiáticos los
trabajadores trabajan las horas que la empresa quiera y
los salarios son muy bajos. Consideramos que son
pretextos para chantajear al gobierno, porque
Nicaragua goza todavía de muchos beneficios, como
por ejemplo los TPL1,
pero también que efectivamente
podrían irse.
-¿Que lectura dan de la declaración de Ortega de que las
empresas maquiladoras no son imprescindibles para
Nicaragua?
-Me parece que se está originando un cambio en el sector
de la maquila y hay un reacomodo de las empresas que van
a funcionar en Nicaragua.
Si por un lado las empresas de capital asiático ven
disminuir sus beneficios exagerados del pasado y quieren
irse, por el otro hay empresas de otros países que
quieren venir a invertir en el país. El Consorcio
Nien Hsing podría irse dejando a 15 mil trabajadores
sin trabajo, como ya lo hizo en marzo la otra empresa
taiwanesa Fortex de Nicaragua, a la que se le
había vencido su término de 10 años de exoneración de
impuestos. Sin embargo, en una reunión que tuvimos con
la Corporación de Zona Franca, con Pro Nicaragua2
y con la Comisión de Zona Franca, pudimos conocer la
estrategia del gobierno para los próximos años
con respecto a la inversión extranjera en el país y
pudimos ver que hay alrededor de 16 empresas que van a
abrir operaciones en Nicaragua, entre ellas
CONDENI, una empresa de capital norteamericano que
va a desarrollar el proceso textil completo, es decir
desde la siembra de algodón hasta el producto terminado.
Estamos hablando de empresas norteamericanas, brasileñas
y mexicanas que van a diversificar la producción, con
otro tipo de tecnología y esto va a dejar mayor valor
agregado a Nicaragua. Lo que va a haber es un
reacomodo en el cual las empresas taiwanesas y coreanas
se van a ir hacia otros países asiáticos y van a ser
reemplazada por empresas de otros países. Las
declaraciones del presidente Ortega hay que
insertarlas en un nuevo contexto en que tal vez se
genere menos empleo, pero con mejores condiciones de
trabajo y mejores remuneraciones para los trabajadores,
junto con un sistema efectivo de capacitación. En ese
aspecto el gobierno ha sido muy claro con las empresas
que quieren invertir, porque tienen que apegarse a tres
elementos fundamentales: el respeto a los derechos de
los trabajadores, el respeto al medio ambiente y la
responsabilidad social corporativa que deben de asumir
estas empresas.
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