Perú
Coca Cola no respeta los fallos de la justicia
y provoca conflicto |
Hace ya más de seis meses que el Ministerio de Trabajo de
Perú dictaminó que el cese colectivo decretado por la
empresa no correspondía. Al día de hoy la empresa se sigue
negando a cumplir lo que han dictaminado las autoridades
laborales y provoca una situación de conflicto innecesaria.
Cuando se produjo el acuerdo entre Coca Cola e Inka
Cola, los nuevos directivos de la empresa resolvieron cesar
a la casi totalidad de los trabajadores del sector ventas de
Coca Cola. La acción fue reclamada por SINATREL
(Sindicato Nacional de Trabajadores de EL S.A.) y el
Ministerio de Trabajo comprobó que no eran las
remuneraciones de los trabajadores las que generaban riesgos
económicos a la empresa, sino las millonarias –e
ineficientes– campañas publicitarias.
Una y otra vez el Ministerio dictaminó que, visto que el
cese era injustificado, correspondía que la empresa reviera
la medida y volviera a los trabajadores a sus puestos de
labor.
En el mes de setiembre, dado que la empresa continuaba con
las dilatorias, el sindicato resolvió una huelga indefinida.
Durante el transcurso de la misma era sorprendente ver que
las fuerzas policiales no actuaban contra varios cientos de
manifestantes que estaban bloqueando la sede del Ministerio,
incluso forzando la entrada y provocando algunos destrozos
en los accesos y si reprimían violentamente a los
trabajadores de SINATREL que, pacíficamente se
instalaban en las proximidades de los accesos a la empresa.
Incluso algunas banderas del sindicato fueron robadas por el
personal de seguridad sin que la policía hiciera nada por
evitarlo o recuperarlas.
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Finalmente se logró un acuerdo para seguir negociando y el
sindicato levantó la medida. Pero el tiempo ha seguido
pasando y los directivos de la empresa siguen dando largas a
la solución del cese.
En el comienzo de este año Coca Cola resolvió el
cierre de algunas secciones en la planta de Lima, y si bien
reubicó a los trabajadores, lo hizo en lugares que no dan
garantías para su continuidad. Por otra parte los rumores de
cierre de otras áreas, incluso de la totalidad de las
plantas existentes, no hacen más que aumentar la inseguridad
de los trabajadores.
Teniendo en cuenta la nula voluntad de la empresa de encarar
una negociación seria con el sindicato y las presiones que
ejerce a través de las acciones injustificadas de algunos
poderes públicos, el sindicato ha convocado a una nueva
huelga general, la que sería decretada en el comienzo de la
próxima semana.
Los tiempos de negociación se acortan, pero aún hay
confianza en que las autoridades peruanas fuercen a la
empresa a cumplir con las resoluciones del Ministerio de
Trabajo.
Ariel
Celiberti
© Rel-UITA
10 de febrero de 2005
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