4 de lo 5 trabajadores despedidos

Pagnifique, que comercializa su pan en cadenas de supermercados y almacenes, cuenta actualmente con 400 trabajadores que laboran en dos plantas, una en Montevideo y la otra en Canelones, a 19 quilómetros de la capital. A lo largo de sus siete años de historia, se ha “favorecido” de que no hubiera organización sindical, lo que le ha permitido manejar los derechos de los trabajadores a voluntad.

El 14 de setiembre la empresa decidió despedir a 5 trabajadores que habían iniciado el proceso de conformación del sindicato, pensando que, con ello, esos intentos abortarían.

Tras más de un mes de esfuerzos y negociaciones la empresa se ha visto obligada a reconocer la organización de los trabajadores y a manifestar públicamente su voluntad de negociar.

En una de las visitas que realizaran a la sede de la Regional de UITA, dialogamos con representantes del gremio.

-¿En qué estado están las conversaciones con la dirección?

-Al comienzo la empresa no se mostraba dispuesta a negociar, insistía en que estábamos los cinco despedidos. Después fue cambiando esa posición, pero siempre buscando dificultar la organización del sindicato. Nos han ofrecido opciones económicas para que desistiéramos de la acción colectiva. Pero las rechazamos, porque nuestro objetivo no es económico: lo fundamental es constituir el sindicato.

-¿Por qué piensan que la empresa se presentó al Ministerio de Trabajo a negociar?

-Porque vieron la fuerza de las medidas que tomamos, por ejemplo tres horas de paro en una de las dos plantas, y porque vieron que se movilizó gente de las dos plantas.

-La empresa pensó que echándolos a ustedes cortaba de raíz la constitución del sindicato.

-Sí, la primera vez fuimos al Ministerio de Trabajo con un reclamo individual y ellos pensaron que íbamos a negociar. Pero ya estaba la citación en la Dirección de Trabajo como reclamo colectivo. A partir de ahí encontramos la solidaridad de otros trabajadores, de UITA, de la Mesa de la Alimentación del PIT-CNT, del sindicato de Panaderos, y eso dio más impulso al sindicato.

Los trabajadores hemos escuchado todas las propuestas de la empresa, pero seguimos insistiendo que lo fundamental es el reconocimiento del sindicato y sus delegados. No se trata de resolver la situación particular de los cinco despedidos, sino de respetar los fueros de los delegados de la organización.

-¿Esta empresa tiene muchos juicios laborales?

-Ellos dicen que no, pero sabemos que son muchos los reclamos.

Cuando se produjo este conflicto la empresa aprovechó a pagar el despido de varios trabajadores que estaban en seguro de desempleo para evitar que esos reclamos fueran tomados también por la organización.

-Las medidas que ha tomado la empresa, como los despidos y los envíos al seguro de desempleo, no obedecían a una mala situación económica sino a impedir que los trabajadores se organizaran.

-Cuando los trabajadores ingresan a la empresa se les entrega un libro en el que se definen sus derechos y sus condiciones laborales. El libro fue hecho enteramente por la empresa, sin participación alguna de trabajadores, y sin embargo no se cumple. Allí por ejemplo se dice que nos entregarán dos uniformes por año, pero a trabajadores que ya llevan cuatro años en Pagnifique sólo les han dado dos. También se afirma que los trabajadores serán evaluados cada seis meses, pero jamás hubo una evaluación. El salario casi no se ha modificado en los últimos cuatro años. Sólo ahora, después de que se planteara el conflicto, se han dado aumentos de salarios y otorgaron viáticos para los camioneros, que están todo el día haciendo la distribución prácticamente sin comer. Han reconocido categorías y pagan compensación por trabajo en las cámaras de frío.

La empresa tiene la costumbre de pagar 11 horas diarias, ocho horas comunes y tres horas extra, sin considerar lo que trabaja efectivamente el obrero que en la mayoría de los casos supera las 11 horas. Tampoco da la posibilidad al trabajador de elegir no hacer esas horas extra.

-¿Qué es lo que han logrado hasta el momento?

-Un montón de cosas, que no pasaba por la cabeza de nadie que la empresa reconociera, se han obtenido en base a la lucha y al avance del proceso de organización. Pero todavía no hay un convenio firmado que asegure a los trabajadores que esos logros se mantengan. En otros momentos han quitado esos beneficios y a los trabajadores que reclamaban su aplicación se les amenazaba con despedirlos.

Lo más positivo es que esta lucha la iniciamos unos pocos y hoy se han sumado muchísimos compañeros. E incluso en otras empresas similares han empezado a organizarse. Ahora en Pagnifique realizamos semanalmente asambleas en que participan gran cantidad de trabajadoras y trabajadores y se ha designado a un conjunto importante de delegados de planta. Poco a poco la gente va tomando conciencia de sus derechos y organizándose.

Aún falta que la empresa se abra a la concreción de soluciones consistentes a los ceses. Las propuestas que ha realizado hasta ahora no son convincentes, atienden exclusivamente a sus propios intereses, y eso no es una forma de negociación aceptable ni que pueda avanzar.

Ariel Celiberti

Rubén Yizmeyián

© Rel-UITA

29 de noviembre de 2004