El
pasado miércoles 11, por segundo año
consecutivo, la totalidad de las
centrales sindicales brasileñas dieron
una impresionante muestra de unidad y de
capacidad de movilización al reunir en
esta “6ta. Marcha de la Clase
Trabajadora por las 40 Horas Semanales”
a más de 50 mil personas en las
explanadas frente al Congreso Federal en
Brasilia. La Rel-UITA estuvo presente en
la marcha, y Sirel recogió una rápida
evaluación de Sirderlei de Oliveira,
presidente de la CONTRAC, afiliada a la
Centra Única de Trabajadores (CUT), y de
Artur Bueno de Camargo, presidente de la
CNTA, afiliada a Fuerza Sindical.
Hemos estado unas cuantas veces en movilizaciones sindicales
en Brasilia, pero sin duda nunca tan
impactantes como ésta. Esta 6ta Marcha
de la Clase Trabajadora no solamente fue
muy grande en cantidad, también marcó
una diferencia en calidad. A pesar de
una persistente llovizna, la columna
ingresaba a las explanadas sin solución
de continuidad, y resultó muy
entusiasmante ver que los y las
militantes de las diversas centrales no
desfilaban en bloques homogéneos, sino
que había racimos mezclados de unos y
otros, todos con pancartas y cartelones
relativos a sus reivindicaciones y a la
demanda que motivó la Marcha, la
reducción de la semana laboral de 44 a
40 horas.
Siderlei
y Artur sintetizaron para
Sirel sus primeras impresiones.
Artur Bueno de Camargo, de la
Confederación Nacional de Trabajadores
en la Industria de la Alimentación (CNTA)
Esta marcha de los trabajadores en Brasilia fue una
demostración muy grande de unidad entre
todas las centrales que tomaron un
propósito común de enorme importancia
como es la reducción de la jornada
laboral de 44 a 40 horas semanales.
Se trata de una propuesta para permitir que los trabajadores
y trabajadoras tengan más tiempo para
sus familias, para capacitarse,
desarrollarse como seres humanos,
descansar o divertirse. Naturalmente, de
implementarse esto tendría un impacto
inmediato en el estado de salud de las
personas, porque trabajando menos horas
uno se desgasta menos y mejora su
calidad de vida.
La CNTA participó activamente en
esta gran movilización nacional, ya que
llegaron hasta Brasilia varios buses y
alojamos a parte de la gente en nuestra
sede ya que no se conseguía más lugar en
los hoteles.
Por otro lado, la otra gran reivindicación de esta marcha se
vincula con al llamado “Factor
Previdencial*”, uno de cuyos efectos es
mantener deprimidas muchas pensiones y
jubilaciones. Lograr esta meta es
esencial para que muchos y muchas que
dieron su mayor esfuerzo al trabajo
tengan hoy una vida digna.
Durante la concentración de los manifestantes ante el
Congreso, representantes de las
centrales se reunieron con el presidente
de la Cámara de Diputados, Michel
Temer, y con el presidente del
Senado, un asesor de la CNTA
participó en esa reunión en la cual se
decidió crear una comisión tripartita
para tratar de alcanzar un consenso en
estos temas.
Me preocupa que en este marco, algunas centrales puedan
aceptar la propuesta que vendrá del
sector empresarial, y que otras no lo
hagan. Por eso ya estamos realizando
gestiones para llevar a todas las
centrales el planteo de llegar a esas
reuniones con acuerdos previos, firmes,
entre ellas, y evitar así cualquier
división.
Esta fue la segunda vez en la historia del movimiento
sindical brasileño que se logra la
confluencia de todas las centrales en
una marcha con una pauta común de
reivindicaciones, y esto es algo que
debemos atesorar. Quiero aprovechar esta
entrevista para felicitarlas a todas
ellas, a sus directivas, por haber
tenido la capacidad de hacer a un lado
lo que las separa y enfatizar en lo que
las une, más allá de ideologías y
preferencias partidarias.
Siderlei de Oliveira, de la
Confederación Nacional de Trabajadores
en la Industria de la Alimentación y
Agroindustrias (CONTAC)
Desde el fin de la dictadura nunca habíamos visto tanta gente
en esta explanada como hoy. Creo que el
pueblo brasileño hoy se lavó el alma, y
seguramente le ha dado un gran dolor de
cabeza a muchos de aquellos que se
oponen a sus luchas.
Es difícil decir qué cantidad de personas manifestó hoy aquí,
porque además quien marcha sólo ve su
entorno, pero por la distancia a la que
estaba de “la cabeza de la serpiente”,
pienso que hubo mucho más de 50 mil
personas.
Fue sobresaliente también la unidad que se demostró; no vimos
unas banderas más grandes que las otras
o disputándose espacios. Fue una unidad
fraternal en torno a reivindicaciones
comunes, lo que permitió que aflorara
ese espíritu unitario. Quizás hubo
competencia en quién aportaba más gente
a la marcha, pero no dio para ver
diferencias, cada una participó con lo
mejor que tiene y de acuerdo a sus
posibilidades, y eso es lo que más
importa.