El 21 de noviembre de 2008 la ciudad de
Bogotá se paralizó para hacerle calle de
honor a los pueblos aborígenes asentados
en el departamento del Cauca, quienes,
en la denominada “Minga1
para caminar la palabra”, se trasladaron
desde sus parcelas con el propósito de
insistir en tratar con el Presidente de
la República y su equipo de gobierno los
temas que desde hace años, y durante
varios gobiernos, aún se mantienen
pendientes, sobre algunos de los cuales
existen acuerdos que nunca se
cumplieron.
En plena carrera séptima, en la
movilización acompañada por la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT)
hacia la Plaza de Bolívar, Sirel
dialogó con Olcué Tocué, miembro
de la Guardia Mayor, sobre las
motivaciones esenciales para la
convocatoria y el desarrollo de la
Minga.
-¿Por qué la oposición al Tratado de
Libre Comercio?
-Rechazamos los Tratados de Libre
Comercio (TLC) que se vienen
negociando con Estados Unidos,
Canadá y la Unión Europea.
Estos tratados son una estrategia
malintencionada de actores económicos
globales. El proceso de negociación, su
contenido y sus resultados amenazan
nuestras culturas, nuestros territorios,
nuestra soberanía, entregan recursos y
riquezas a intereses corporativos
transnacionales, amenazan la vida y la
Madre Tierra, y nos someten al afán de
acumulación de corporaciones. Estos no
son tratados entre los pueblos sino
contra los derechos de los pueblos.
-¿Cómo evalúan la política de “Seguridad
Democrática” del gobierno de Álvaro
Uribe?
-No más terror y guerra. Rechazamos la
política de Seguridad Democrática, el
Plan Colombia, la parapolítica, la
guerra sucia, la represión, la
militarización de la vida social y la
criminalización de la protesta. Verdad,
justicia y reparación integral frente a
los crímenes cometidos. La guerra no es
el camino. Personas que nos han hecho
mucho daño, como Juan José Chaux
Mosquera, deben ser juzgados desde
el derecho propio para que su mal
ejemplo nunca se repita y sus victimas
sean reparadas.
-¿Cuáles son las leyes que ustedes
proponen reformar o eliminar?
-Planteamos la derogación de toda la
legislación de despojo. Las reformas
constitucionales y legales y las leyes
que privan a los pueblos de sus derechos
y libertades deben ser reemplazadas por
leyes para la vida y la defensa de la
soberanía y de los derechos y bienestar
de los pueblos. Reclamamos
particularmente la derogación del
Estatuto Rural, del Código de Minas y de
los Planes de Aguas.
-¿Qué opinan sobre los acuerdos y
convenios conquistados?
-A través de años de lucha, los pueblos
hemos logrado ganancias y derechos que
son violentados e ignorados de manera
continua y recurrente por este gobierno.
Exigimos que el resultado de estas
luchas, plasmado en acuerdos y
convenios, sea respetado. Mencionamos
por ejemplo, para el caso de los pueblos
indígenas, la aplicación del Convenio
169 de la OIT2
refrendado por Colombia en la Ley
21 de 1991, el pleno reconocimiento e
implementación de la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos
Humanos de los Pueblos Indígenas de
2007. Exigimos el cumplimiento de lo
acordado a raíz de la masacre de El Nilo,3
y del Decreto 982 de 1999.4
-¿Qué le proponen al gobierno y a la
sociedad como método de discusión y
negociación?
-Proponemos
la creación de mecanismos de soberanía,
paz y Convivencia de modo que podamos
elaborar y hacer realidad nuestra agenda
a través del Congreso Permanente de los
Pueblos.