Sección Agrocombustibles

Un negocio entre metas políticas y subsidios 

   

La Unión Europea (UE) favorece la importación de biodiesel con aranceles preferenciales, Estados Unidos continúa la producción de maíz (para biodiesel) y Argentina aumenta sus exportaciones de agrocombustibles al bloque europeo. Ahora, la UE quiere introducir una certificación ambiental para estas importaciones.

 

 

 

En marzo de 2007 los jefes de Estado y de gobierno de la UE acordaron un paquete de medidas de protección ambiental y ahorro energético. Este prevé, entre otros puntos, que en 2020 el 20 por ciento del consumo de energía primaria debe ser cubierto por combustibles renovables, en tanto que el carburante para vehículos debe contener 10 por ciento de agrocombustibles. Con ello –se afirma- se garantizaría un suministro energético seguro y sustentable a precios razonables.

 

Lo que fue presentado como una solución que compatibilizaría los objetivos de crecimiento económico y protección ambiental, debido a la reducción y eliminación de las emisiones de dióxido de carbono, ha contribuido en realidad a la ampliación indiscriminada de las plantaciones de palma africana, soja, maíz y caña de azúcar, entre otras, en varios países asiáticos (sobre todo Indonesia y Malasia) y latinoamericanos (sobre todo Brasil, Argentina y Colombia). Por lo tanto, a la luz del aumento de los precios de algunos alimentos básicos, sobre todo de cereales y lácteos, la acelerada destrucción de bosques tropicales y el desplazamiento de poblaciones enteras, aumentaron los cuestionamientos respecto de los supuestos beneficios ambientales, hasta que la Comisión Europea informara que publicará nuevas directivas sobre agrocombustibles, que se darán a conocer el miércoles 23 de enero.

 

Según explicó el Comisionado Europeo para el Medio Ambiente, Stavros Dimas, se trataría de evitar que el cumplimiento de las metas europeas cause daños, Dimas habría reconocido que se subestimaron los problemas ambientales y sociales causados por los agrocombustibles, y que ahora es necesario fijar “criterios de sustentabilidad, incluyendo los aspectos sociales y ambientales, porque se derivan algunos beneficios de los agrocombustibles”. Por lo tanto, la UE prepara un nuevo sistema de certificación para agrocombustibles y de restricciones contra el aceite de palma africana, para asegurar que el uso de los agrocombustibles produzca efectivamente una reducción neta de las emisiones de dióxido de carbono.  

 

Competencia con Estados Unidos

 

Actualmente el mercado europeo de agrocombustibles es el de mayor crecimiento a nivel mundial y atrae las importaciones tanto de Estados Unidos como de otros países, especialmente latinoamericanos. Argentina por ejemplo, que exporta 90 por ciento de su producción de agrocombustibles, prevé un aumento de sus exportaciones de biodiesel al bloque europeo para 2008, siguiendo la tendencia de 2007, cuando sus envíos a la UE totalizaron 300.000 toneladas.

 

Paralelamente, Estados Unidos subsidia las exportaciones de biodiesel a Europa, tanto para combustibles producidos en el país como para reexportaciones de biodiesel importado de terceros países, por ejemplo Argentina. Según el presidente de la gremial de fabricantes Asociación Europea de Biodiesel, y presidente de la empresa francesa de biodiesel Diester Industrie, Bernard Nicol, 75 por ciento de los envíos argentinos llegaron a Europa a través de la exportación a Estados Unidos y la posterior reexportación, mientras 25 por ciento fueron enviados directamente a la UE, beneficiándose en ambos casos del arancel preferencial de 5 por ciento que la UE aplica a las importaciones de biodiesel, en comparación con una tasa de 30 por ciento para los aceites comestibles.

 

La producción de agrocombustibles en Estados Unidos, específicamente de maíz, por su parte cuenta con subsidios oficiales que podrían llegar a 8,7 mil millones de dólares en 2010, superando los subsidios otorgados por la UE en el marco de su política agraria. Esta y otras prácticas distorsivas del mercado están en la centro de un conflicto comercial entre la UE y Estados Unidos, aún sin resolver, y que seguramente influirá en la evaluación que se hará de las nuevas políticas europeas. Una comparación entre las intenciones europeas y la política estadounidense, tal como quedó plasmada en la reciente Ley de Energía1, la cual estipula un mayor uso del maíz para combustibles, a pesar de que su contribución a la reducción neta de las emisiones esté más que dudosa, hace prever una intensificación de la lucha por el mercado europeo de los agrocombustibles.

 

  

En Montevideo, Dieter Schonebohm

Rel-UITA
21 de enero de 2008

 

Con información de BBC News 24 y adnmundo.com

  

 

1 - La Ley de Independencia y Seguridad Energética (Energy Independence and Security Act) fue firmada por el presidente Bush el 18 de diciembre de 2007 y prevé, entre otros aspectos, el uso obligatorio de por lo menos 36 mil millones de galones (unos 136,26 mil millones de litros) de combustibles a partir de fuentes renovables por año a partir de 2022.

 

 

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