Nicaragua

El drama y la lucha de los cañeros  

Con la Asociación de Afectados por IRC “Domingo Téllez”

Contra viento y marea, seguimos andando…

 El primer contacto con este grupo de ex trabajadores de la caña afectados por Insuficiencia Renal Crónica (IRC) remonta a la “Marcha sin retorno”, cuando junto a los bananeros afectados por el Nemagón protagonizaron una lucha de más de ocho meses en Managua. Fue el origen de una nueva estrategia, donde los sectores entre los más desposeídos de Nicaragua decidieron apartar los intereses sectoriales y enfrentar juntos los desafíos que los esperaban. La plática con Carmen Ríos y Gustavo Martínez Manzanares, presidenta y vicepresidente de la Asociación, esclarece cuáles son sus principales objetivos y los ejes de la lucha que han emprendido.

 Carmen Ríos

 

-¿Como surgió la Asociación?

-Nuestra asociación surgió durante la “Marcha sin Retorno” del año pasado. Salimos de Chinandega el 20 de febrero de 2005 rumbo a Managua, donde llegamos el 2 de marzo después de recorerr a pie 140 kilómetros. En aquel tiempo formábamos parte de otro movimiento denominado “Chichigalpa por la vida”, y nos habíamos aliado con los bananeros del Nemagón y con los sectores que luchan para que se les reconozca el 25% de la comercialización del banano y de la caña.

 

En la estadía en Managua, muchos de nosotros nos dimos cuenta de que la manera de trabajar de ese grupo no satisfacía nuestras expectativas y decidimos separarnos y crear una nueva entidad, la Asociación Nicaragüense de Afectados de Insuficiencia Renal Crónica “Domingo Téllez” (ANAIRC). Ya estamos constituidos formalmente y nos faltan sólo algunos detalles para tener la personería jurídica.

 

-¿Quién fue Domingo Téllez?

-Le pusimos el nombre de un compañero que nos acompañó en la lucha en Managua y falleció en el plantón (campamento). Fue uno de los compañeros patriotas que dio su vida luchando hasta el final y es un ejemplo para todos nosotros y nosotras.

 

-¿Por qué crear una estructura para los afectados de IRC?

-En 2000 ya se habían contabilizado más de 900 muertos por IRC y había una gran cantidad de personas enfermas. Nos dimos cuenta de que era necesario unirnos para darle un giro decidido a nuestra vida y para comenzar a denunciar lo que estaba pasando. Nuestra gente moría todos los días y no recibíamos respuesta de parte de la empresa, del gobierno, del Seguro Social (INSS) y de la Asamblea Nacional. Al comienzo existían cuatro organizaciones con el objetivo de mejorar la situación de los enfermos, pero al final decidimos formar nuestra Asociación, porque no compartíamos el trabajo que hacían. Frente a tantos muertos, enfermos y a la condición de abandono de la gente, nos pareció necesario aliarnos con otros sectores que viven nuestra misma situación.

 

-¿Cómo está estructurada la Asociación?

-Convocamos a todas las personas enfermas de IRC y a las viudas, y dimos a conocer nuestra propuesta. Se realizó una Asamblea en la que se votó para elegir la Junta Directiva. Gustavo (Martínez) salió electo vicepresidente y yo (Carmen Ríos) presidenta. Aún estamos muy tiernos, ya que nuestra Asociación nació en junio del año pasado.

Al comienzo éramos sólo 105 personas, pero en pocos meses llegamos a tener 432 afiliados, entre afectados y viudas y sigue llegando gente que quiere afiliarse. Vamos casa por casa para que nos conozcan y para hablar muy claro de nuestros compromisos y del trabajo que estamos desempeñando. Nos reunimos cada semana y organizamos una Asamblea General cada mes para informar sobre el proceso que llevamos adelante. Además, somos el único grupo de cañeros que está participando en las negociaciones con el gobierno y la Asamblea Nacional, con los cuales hemos firmado acuerdos el año pasado.

Gustavo Martínez Manzanares

 

-¿Los afiliados pagan algunas cuotas y tienen un carné?

-Nadie paga una cuota fija, y estamos trabajando en lo del carné. No tenemos recursos de ningún tipo y para los gastos pedimos un aporte voluntario. No sería posible pedir un aporte fijo a gente que aún no tiene una pensión o que es muy baja y que no tiene trabajo. Sería una grosería. A veces hay gente no afectada que cree en nuestro trabajo y que nos ayuda.

 

-¿Cuales son los objetivos más importantes que caracterizan a la Asociación?

-En este momento es primordial llevar adelante la lucha con el INSS para que la gente tenga su pensión vitalicia por riesgo laboral y conseguir la reforma de los Artículos 1 y 6 de la Ley 456.

En un segundo momento vamos a entrar con la demanda contra la empresa, para que indemnice a la gente que salió afectada a causa de la contaminación del agua en el ingenio San Antonio. Hasta ahora, y en menos de un año, hemos conseguido más de 1.800 pensiones.

 

-¿Se podría decir que ya obtuvieron mucho de lo que se habían propuesto?

-Sí, pero también falta mucho. Firmamos acuerdos con las instituciones nicaragüenses y con el INSS, pero se están presentando varios problemas, sobre todo con esta última institución. Están revocando pensiones ya otorgadas y las nuevas son de montos muy bajas. A veces no llegan ni a los 25 dólares mensuales. ¡¿Cómo puede sobrevivir con eso una persona sin trabajo y con varios hijos? Además, hay varios casos de fraudes por parte del INSS. Cheques falsos o por la mitad del valor, gente a quien se le niega la pensión porque no ha cotizado lo suficiente, cuando la pensión es por riesgo laboral, sin relación con las cotizaciones.

 

-¿Y con las demandas en contra del ingenio?

-Estamos listos para demandar a los dueños del ingenio y para pedir las indemnizaciones. Pero hablar hoy de indemnizaciones sería mentirle a la gente porque no es el momento apropiado. Primero hay que obligar a la Asamblea Nacional a que reforme la Ley 456, y lograr que el INSS otorgue todas las pensiones. Después podríamos comenzar con la demanda de indemnización. Como asociación hemos crecido mucho en número de afiliados y en credibilidad, porque no andamos con cuentos y la gente mira los resultados, y porque damos respuestas concretas, sin falsas promesas.

 

-Aclarame bien cómo es eso de la Ley 456…

-En 2003 hubo una marcha organizada por diferentes grupos de cañeros para lograr una ley específica sobre IRC. Después de varios meses en Managua logramos que los diputados aprobaran la Ley 456 -“Ley de Adición de Riesgos y Enfermedades Profesionales a la Ley 185, Código del Trabajo”-, que establece que la insuficiencia renal crónica es una enfermedad profesional, por ser de origen laboral. En el artículo 1 del Proyecto de Ley se mencionaba como sector específico a los “cañeros”, pero los diputados lo cambiaron incluyendo otros sectores.

A consecuencia de ese cambio, el Presidente de la República aplicó un veto parcial a la Ley, considerando que el INSS no iba a poder cubrir tantas pensiones.

El veto fue aceptado por la Asamblea Nacional, dejando la ley en el aire y el INSS se aprovechó de la situación para decir que reconocía como enfermedad profesional sólo a la gente que hubiese trabajado en el campo y no a todas las personas (maquinistas, personal de oficina, albañiles, motoristas, etc.) que se desempeñron en el ingenio y que salieron afectadas, porque la contaminación se originaba del agua contaminada por pesticidas y no en el tipo de trabajo. Nuestra lucha en Managua obligó al presidente Bolaños a quitar el veto parcial y a tramitar en la Asamblea Nacional un Proyecto de Ley de Reforma a la Ley No. 456 “para garantizar que reciban una efectiva atención médica especializada y el otorgamiento de una pensión por riesgos profesionales por parte del Seguro Social” (extracto de la Resolución de la Asamblea Nacional del 28-09-05).

Lo que pedimos con la reforma son dos cosas: que en el artículo 1 quede claramente establecido que la IRC es la consecuencia directa que sufren las personas que laboran en todas las actividades agroindustriales de los ingenios azucareros, y que se ponga la expresión “trabajadores de la agroindustria azucarera”, para que todos los trabajadores gocen de la pensión por riesgo laboral, y que el artículo 6 previera la posibilidad de demandar al empleador por daños y perjuicios ocasionados al empleado.

 

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Por

Giorgio Trucchi

 

 

-¿Pero de esa forma quedarían excluidos los enfermos de IRC de otros sectores?

-Entendemos que la lucha debe ser para todos, pero para conseguir algo también tenemos que luchar todos. Sabemos perfectamente lo que hubo que luchar para conseguir esta ley. Comenzamos en 1998 y nos costó 1.383 muertos y una gran cantidad de viudas. Nadie nos puede arrebatar lo que nos ha costado tanto, y ahora los políticos quieren montarse a caballo de lo que nos costó sangre y muertes, porque los dirigentes que manejan los otros sectores nunca los hemos visto pelear al lado de nosotros y nosotras. La Ley es nuestra, de los cañeros, pero de todas maneras los otros sectores saldrán beneficiados porque la ley reconoce la IRC como enfermedad profesional por ser una enfermedad de origen laboral y podrán conseguir sus pensiones.

 

-¿Ya tienen los votos en la Asamblea?

-Creemos que sí. Hay un acuerdo con el gobierno y otro con la Asamblea Nacional que conseguimos después de cuatro días de huelga sin comer ni tomar nada, donde ocupamos la sede de la Cruz Roja nicaragüense para que nos escucharan. La “Marcha sin Retorno” no ha terminado; estamos listos para marchar otra vez hacia Managua si no nos cumplen.

 

-¿No creen que una nueva marcha sea demasiado peligrosa para la salud de la gente que está enferma?

-Las leyes no salen así como así, hay que empujarlas, porque los diputados no te escuchan. Yo seré el primero en arriesgar la vida (Gustavo Martínez) y esto creo deba ser el espíritu de un dirigente. La gente está ansiosa para ir a Managua, y si hay que morir, moriremos luchando. Tenemos claro que la Ley 456 no es para nosotros sino para nuestros hijos e hijas, porque nosotros vamos a morir, pero la ley se va a quedar para las futuras generaciones.

 

-¿Cuales son las otras demandas a las instituciones?

-Nosotros tenemos contactos con los trabajadores del ingenio. No son parte de la Asociación, pero hay mucha comunicación y nuestra lucha es también para ellos y para la comunidad en general. En las demandas incluimos varios aspectos que tienen que ver con el ambiente. Queremos que se realicen de forma inmediata y periódica análisis científicos de la calidad del agua, con la participación de entidades independientes, en las cuencas de agua para consumo humano y en las áreas de producción de bienes para el consumo humano en el ingenio y zonas aledañas. Que el gobierno formule un programa urgente de reforestación integral vinculado a las cuencas de agua, para frenar la desertificación de la región del Pacífico. Que se prohiba el uso de 29 pesticidas altamente tóxicos, se promueva y estimule el proceso de autorregulación para el manejo integrado de plagas y se apoyen iniciativas que permitan investigaciones conducentes a la búsqueda de alternativas no químicas para el manejo de plagas. Además, pedimos que se efectúen estudios de impacto ambiental y de calidad de vida de las comunidades aledañas en aras de estimular la producción orgánica. Otra demanda muy importante es la prohibición de las quemas en los procesos de producción de caña de azúcar, ya que son muchas las personas que viven cerca de los cañaverales y que son afectadas por el humo y la ceniza que contamina el agua y la comida. En Costa Rica ya se prohibió, y pensamos será posible lograrlo también en Nicaragua.

 

-Para finalizar, ¿qué necesita ANAIRC de la solidaridad internaional?

-En los acuerdos con las instituciones ya logramos mucho, ahora se trata de presionarlas para que cumplan. Pero los acuerdos son limitados. Preven ayuda en salud y para conseguir viviendas, pero algunos medicamentos son muy caros y la gente enferma es mucha. Al mundo le pedimos sobre todo que difunda lo que está pasando, y que se solidarice con nosotros.

 

En Chichigalpa, Giorgio Trucchi

© Rel-Uita

10 de febrero de 2006

 

 

 

Fotografías del autor.

 

 

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